Fuente: Gomez Oscar, «Biofertilizantes, una alternativa para el pueblo chiapaneco», en El Economista, Chiapas, Lunes 3 de Octubre de 2011, pagina 9.
Ahorra hasta 50% en riego y fertilizantes químicos. Se obtienen mejores resultados en el cultivo y la producción
San Cristóbal de Las Casas. EN UN recorrido por una parcela muestra en la Secretaría del Campo (Secam), Marcel Morales Ibarra, director general de la Biofábrica Siglo XXI, dio a conocer que “nuestros biofertilizantes son objeto de estudio en centros de excelencia de investigación en México, como la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México], que es reconocida como vanguardista en esta materia a nivel internacional”.
Recordó que desde hace tres décadas la UNAM creó el Centro de Investigación de Fijación de Nitrógeno, hoy Centro de Ciencias Genómicas, con lo que se le dio un fuerte impulso a la investigación sobre las bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico, que es el principio por el que se crean los biofertilizantes como alternativa en la producción agrícola del país.
“En 2004 se funda Biofábrica Siglo XXI, S. A de C. V., la cuál estableció un convenio de colaboración con la UNAM”, anexó.
Reveló que estos biofertilizantes ya fueron aplicados en el país, al ser incorporados en 1999 y 2000 al programa de Alianza para el Campo de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa), en el que se utilizaron cerca de 3 millones de hectáreas para diversos cultivos a nivel nacional, estando a cargo del seguimiento y evaluación de este programa el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
“Desde entonces fertilizamos aproximadamente 200,000 hectáreas cada año y tenemos presencia en 20 estados de la república mexicana, en diversos cultivos y zonas agronómicas”, anexó Morales Ibarra.
A partir del 2011 los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI participan en investigaciones en materia de bio-remediación de suelos y agua en Canadá, con el respaldo de prestigiosos centros de investigación como la Universidad de Montreal y MC Gill University. El biofertilizante es un producto a base de microorganismos benéficos (bacterias y hongos) que viven asociados o en simbiosis con las plantas y ayudan a su proceso natural de nutrición, además de ser regeneradores del suelo.
Estos microorganismos se encuentran de forma natural en suelos que no han sido afectados por el uso excesivo de fertilizantes químicos u otros agroquímicos, ya que éstos disminuyen o eliminan dicha población.
Marcel Morales afirma que protegen a las plantas ante microorganismos patógenos del suelo, fijan el nitrógeno del medioambiente para la alimentación de la planta, estimulan el crecimiento del sistema radicular de la planta, mejoran y regeneran el suelo, incrementan la solubilización y la absorción de nutrientes “como el fósforo, que de otra forma no son de fácil asimilación natural por la planta”, incrementan la tolerancia de la planta a la sequía y la salinidad, ahorrando en riego hasta 50 por ciento.
Los biofertilizantes también permiten un mayor aprovechamiento de fertilizantes químicos, por lo que se recomienda su disminución hasta en 50%, obteniendo mejores resultados productivos.
“Al usar los productos de Biofábrica se tiene un incremento significativo en la productividad, ya que se disminuyen costos y existe una mayor respuesta productiva”, aseveró Morales Ibarra.
Marcelo Morales explicó en entrevista que tomando el caso del maíz, “en una hectárea más o menos fertilizada tú gastas de 5,000 a 7,000 pesos por hectárea, si estamos hablando que ahorras el 50%, ahorras de 3,000 a 4,000 pesos, [es decir que] si aplicas el biofertilizante gastas 300 [en el producto] y ahorras 3,000, con un incremento en población”.
Además relató que en las parcelas visitadas la población de milpas y elotes era de mayor tamaño en comparación con las que, según personal de la Secam, han recibido 100% de fertilizante químico. Y calcula que usando biofertilizantes en una hectárea de maíz se obtendrán de 10 a 11 toneladas. “Nuestros productos tienen la certificación de la [Comisión Federal para la protección contra Riesgos Sanitarios] Cofepris, de la Secretaría de la Salud [SS]; están registrados como un insumo orgánico, la empresa está certificada como empresa científica y tecnológica por el [Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología] Conacyt”, aseveró Morales Ibarra.
Los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI han sido garantizados en el uso de la caña de azúcar en otros estados como Morelos, donde el rendimiento nacional de la caña de azúcar varía entre 70 y 112 toneladas por hectárea; “en el siguiente estudio conseguimos alcanzar rendimientos de hasta 180 toneladas por hectárea, lo que representa un incremento considerable, ya que este aumento de producción se traduce en un mayor ingreso para el productor, además de reducir una parte de los costos de fertilización”.
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Bajo la premisa de lograr la aplicación de alternativas ecológicas en el campo mexicano, una empresa, nacida en el 2004, empuja el uso de biofertilizantes entre los productores agrícolas del país.
Por Alejandra Aguilar*
Biofábrica Siglo XXI nace con el objetivo de hacer llegar estos productos desarrollados tecnológicamente a los agricultores. “En el campo no se podrá avanzar si estos desarrollos tecnológicos no llegan a los productores”, aseguró el gerente comercial de la compañía, Fabián Soto.
El uso de biofertilizantes, dijo, genera dos principales ventajas sobre los fertilizantes químicos: reduce hasta 50% los costos de la producción y aumenta hasta 30% la cantidad de cosecha. En el país, esto productos naturales fueron desarrollados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, hace seis años, la máxima casa de estudios y la entonces naciente Biofábrica firmaron un convenio de exclusividad para que esta última produjera y comercializara los biofertilizantes.
Compromiso social
En el campo mexicano “hay productores que realmente requieren de apoyos para cosechar”, describió Soto Martínez, “los biofertilizantes pueden sr un aliado para ellos, por sus precios competitivos y sus ventajas en la producción”. Además de ofrecerlos de manera comercial, la pequeña y mediana empresa (Pyme) impulsa la distribución de sus productos a través de los estados y municipios; es el caso de Guerrero y Michoacán, donde las autoridades destinan ciertos recursos para adquirir los biofertilizantes y repartirlos entre los productores.
Única en su tipo
El acuerdo con la UNAM, permite a Biofábrica diferenciarse del resto de las empresas que ofrecen biofertilizantes en el país, ya que produce y comercializa a los biológicos, mismos que están certificados por la Secretería de Salud (Ssa) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). “El 98% de las empresa que ofrecen estos productos sólo comercializa productos productos que por lo general provienen de Estados Unidos”, aseguró Soto Martínez, entrevistado por El Economista.
Esfuerzo sostenido
En su poco más de un lustro de vida, la empresa ha llegado a 15 entidades del país, donde sus productos son utilizados en al menos 5,000 hectáreas de cultivos. Las entidades donde actualmente tiene más presencia son Guerrero, con alrededor de 140,000 hectáreas cultivadas con biofertilizantes de Biofábrica; Chihuahua, con 40,000, Oaxaca y Zacatecas, con 35,000 cada una.
El próximo año, adelantó el empresario, entrarán en Chiapas y triplicarán su presencia en Oaxaca. Para el 2013, la meta de Biofábrica es tener presencia en todo el país. “En estos años, los resultados han sido buenos. Hemos intentado, me atrevo a decir con éxito, la creación de un mercado para un producto nuevo, que debe romper inercias tanto de productores como de gobiernos. No es una labor nada fácil, pero hay que voltear a otra forma de cultivar, los beneficios serán increíbles”, dijo.
Antecedentes
En 1994 inició operaciones Asesoría Integral Agropecuaria y Administrativa (ASIA), con la función de brindar asistencia técnica y la capacitación a productores del campo. Cuatro años después, el gobierno federal, encabezado entonces por el Presidente Vicente Fox, decidió trasladar al sector productivo rural un desarrollo tecnológico de la UNAM: los biofertilizantes. El esfuerzo duró apenas un par de años, hasta le cambio de gobierno, en el 2000, cuando se interrumpió el proyecto. En ese momento, ASIA decidió dedicar su labor a incorporar estos productos al circuito comercial por lo que firmó un convenio con la máxima casa de estudios. A través de éste obtiene la exclusividad de la producción y comercialización de los biofertilizantes y para ello constituye un brazo operativo, al que le da el nombre de Biofábrica Siglo XXI.
*Nota publicada por el diario El Economista, Miércoles 7 de julio de 2010.
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