ALIANZA PARA LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA RENTABLE Y SUSTENTABLE EN CAÑA DE AZÚCAR
Palabras pronunciadas por Marcel Morales, Director de Biofábrica Siglo XXI, para dar a conocer la alianza de siete organismos públicos y privados, para impulsar un modelo de producción rentable y sustentable en el cultivo de caña de azúcar, en la visita que realizaron a Biofábrica Siglo XXI el pasado 23 de mayo, como parte de las actividades de la Bonsucro Global Week 2024.
De izquierda a derecha: Marcel Morales (Director General Biofábrica Siglo XXI), Danielley Morley (CEO Bonsucro), Benjamín Sandoval (Representante Bonsucro en México), Diego Montenegro (Representante IICA en México), Patricia Toledo (Directora Sustentabilidad Syngenta), Mirna Aragón (Directora Fomento a la Agricultura SADER), Rigoberto Verduzco (Srio. de Finanzas UNC-CNPR) y Víctor Vila (Gerente de Desarrollo de Negocios Biome Makers).
El llamado cambio climático es, sin duda, el reto más importante que tenemos las sociedades todas, ya que compromete, ni más ni menos, la vida en el planeta, es decir, su habitabilidad. Sin embargo, como dice Antonio Guterrez, secretario general de la ONU, contamos con un sólido aliado: el amplio instrumental científico y tecnológico, que nos permite construir las alternativas para frenar la devastación, incluso, para revertirla.
La Agricultura, o más bien, el modelo actual de la producción representa uno de los sectores que más impacta en este gran deterioro ambiental, ya que es responsable de una tercera parte de los gases de efecto invernadero que se emiten en el mundo; además, compromete de manera determinante, otro de los grandes problemas globales: la crisis hídrica, ya que su actividad consume, de manera altamente ineficiente, más de dos terceras partes del consumo mundial de agua.
Estamos convencidos que en el tema de la producción agrícola contamos con las alternativas sólidas, con base científica, que permita revertir la tendencia de la agricultura, de ser parte importante del colapso climático, a ser parte importante de su solución.
La experiencia que hemos tenido con el uso de los fertilizantes microbianos en el cultivo de caña nos permite asegurar que el potencial para incrementar los actuales niveles de productividad y sustentabilidad es bastante considerable. Si a esta práctica le añadimos otras, como es la incorporación de materia orgánica, control biológico de plagas y enfermedades, sustitución de cosecha manual por mecánica, uso eficiente del agua, etc., los resultados serían significativamente mayore. Hay que resaltar que además de una disminución importante de la emisión de gases de efecto invernadero, la regeneración del suelo que se logra con la disminución de agroquímicos y el uso de fertilizantes microbianos, permite un incremento importante en el secuestro del CO2.
La magnitud y gravedad de los problemas que enfrentamos demanda la integración de esfuerzos, capacidades y voluntades de los diversos sectores y actores. Con el objeto de contribuir a la innovación del actual modelo de producción agrícola, diversas instituciones, Públicas y Privadas, que trabajamos en temas de la productividad y sostenibilidad en la producción agrícola, hemos conformado una alianza para impulsar un Programa Nacional de Transferencia de Tecnología para la Producción Rentable y Sustentable de Caña de Azúcar, donde investigación, capacitación, asistencia técnica y producción, interactúen de manera dinámica, que nos permita construir las alternativas viables y deseables que tanto urgen.
Esta alianza está conformada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Unión Nacional de Cañeros (UNC-CNPR), Syngenta, Biome Maker, Bonsucro y Biofábrica Siglo XXI.
Hay que señalar que esta alianza pretende la unión de esfuerzos, por lo que está abierta a todos aquellos que deseen participar en esta contribución a una agricultura más sustentable.
Los microorganismos del suelo y su aprovechamiento en la Agricultura.
A primera vista puede parecernos extraño que un microorganismo nos ayude a tener plantas fuertes y sanas, sin embargo existen miles de microorganismos a nuestro alrededor y algunos de los que viven en el suelo tienen la habilidad de promover el crecimiento de las plantas porque proporcionan nutrientes como nitrógeno, fósforo y hierro.
El proceso por el que los microbios pueden asimilar el nitrógeno gaseoso de la atmósfera se llama Fijación biológica de nitrógeno y es una versión natural de la producción industrial de fertilizantes. Los microbios que realizan este proceso se pueden ver como pequeñas fábricas de fertilizantes nitrogenados. Algunas de estas bacterias fijadoras de nitrógeno viven en estrecha relación con las plantas y pueden proporcionarles nitrógeno haciendo que estas dependan menos del nitrógeno del suelo o de los fertilizantes químicos con nitrógeno. Las bacterias más conocidas que tienen esta capacidad se asocian a plantas leguminosas y se llaman “rizobios”.
El fósforo es un nutriente que puede ser abundante en el suelo pero que no es fácilmente disponible para las plantas porque se encuentra en formas insolubles que no se pueden utilizar. Existen microorganismos llamados “solubilizadores de fosfatos” que tienen la habilidad de producir sustancias ácidas que liberan el fósforo de los minerales del suelo y así este nutriente ya puede ser absorbido por las plantas. Los microorganismos más conocidos que tienen esta capacidad son hongos llamados “micorrizas” pero también hay bacterias que viven asociadas a las plantas que pueden solubilizar fosfatos.
El hierro es otro nutriente que también suele encontrarse en formas insolubles y no disponibles para los vegetales en el suelo. Algunos microorganismos producen y liberan unas sustancias llamadas “sideróforos” que unen muy fuertemente al hierro, luego estos complejos sideróforo – hierro son absorbidos por las raíces de las plantas.
Otra forma en la que los microorganismos pueden favorecer el crecimiento de las plantas es mediante la producción de hormonas vegetales, como las auxinas. Estas sustancias promueven el crecimiento de las raíces de las plantas, lo que permite que puedan absorber más agua y nutrientes del suelo.
Cuando las plantas sufren algún tipo de estrés liberan una hormona llamada etileno, hay algunos microorganismos que producen sustancias capaces de disminuir la producción de etileno en las plantas, lo que disminuye el estrés y por lo tanto mejora el crecimiento. Este es otro mecanismo mediante el cual las bacterias promueven el crecimiento vegetal.
Extraído del Manual Teórico – práctico: Los Biofertilizantes y su uso en la Agricultura. SAGARPA – COFUPRO – UNAM. México, D.F. 2013.
El desarrollo de la biotecnología en México tiene un largo camino por recorrer y asimismo muchos campos en los cuales aportar beneficios. De la semana del 23 al 28 de junio de 2013 se llevó a cabo el XV Congeso Nacional de Biotecnología y Bioingeniería en conjunto con el XII Simposio Internacional sobre Genética de Microorganismos Industriales en Cancún, Quintana Roo.
En este Congreso se dieron cita diversos investigadores de centros de investigación e instituciones especializadas en materia de biotecnología y genética reconocidos a nivel internacional, destacando proyectos innovadores dentro de ellos los relacionados en materia de biotecnología agrícola, como fue el caso de la biofertilización en donde el Dr. Mauricio Trujillo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la U.N.A.M., habló sobre el desarrollo de la formulación líquida de un inoculante basado en la bacteria Azospirillum brasilense, con larga vida de anaquel, que fue transferido a la empresa Biofabrica Siglo XXI la cual lo llevará al mercado en los próximos meses. Este inoculante reporta incrementos de 1.8 veces en la producción de granos, en pruebas iniciales, siendo una nueva alternativa para fertilizar cultivos de distintos tipos como maíz, sorgo, caña de azúcar, avena, cebada, trigo, aguacate, mango, plátano, entre otros, aportando una forma sustentable de producir frutos y granos básicos a la agricultura mexicana.
Por otra parte se presentó el proyecto de la Dra. Damar López en conjunto con el reconocido investigador el Dr. Luis Herrera Estrella quienes pertenecen a la empresa StelaGenomics México S. de R.L. de C.V. , empresa nacida del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad del CINVESTAV, el proyecto consiste en introducir genes en diversos cultivos para estimular el uso de fosfitos, que es una fuente de fosforo normalmente no asimilable por las plantas, también limitan el crecimiento de las malezas en el campo donde son cultivadas, tecnología que puede ser aplicada en cualquier cultivo.
Otros proyectos presentados fueron el del Dr. Enrique Galindo del Instituto de Biotecnología de la U.N.A.M. que consiste en un biofungicida para mango, papaya y aguacate, que combate el hongo antracnosis, el biofungicida es amigable con el medio ambiente utilizando organismos enemigos del patógeno para reducir o eliminar los efectos dañinos a los cultivos.
Estos son algunos de los casos que ilustran que a pesar de los obstáculos es posible llevar al mercado desarrollos de alta tecnología a nivel internacional. En una importante vinculación entre empresas y centros de investigación. Los aportes de proyectos innovadores como estos a los diversos campos de la agricultura pueden dar como resultado una mayor competitividad frente a la producción mundial así como una mejora en la calidad de vida de las personas a la vez que se procura el medio ambiente.
https://dl.dropboxusercontent.com/u/63805385/Simposio%20Canc%C3%BAn%20Uni%C3%B3n%20(Galindo%202013).pdf
Desertificación y sequía amenazan al país.
Actualmente la desertificación y las sequias en territorio nacional son problemas que preocupan a gran parte de ganaderos y productores agrícolas en el país, pues aproximadamente el 40% del territorio ya registra sequías de moderadas a excepcionales.
Organizaciones campesinas aclaran que más allá de la inversión en infraestructura y créditos se requieren de acciones contundentes que ayuden a las personas a mejorar las condiciones tanto de producción agrícola como de manutención y cría de ganado. Este tipo de acciones pueden verse expresadas en la implementación de tecnología en el campo mexicano, con nuevos tipos de semillas resistentes a condiciones climáticas extremas, la reconversión de cultivos en zonas de temporal, el uso racional del agua con nuevos sistemas de riego y sobretodo la capacitación en el uso de estas nuevas tecnologías a productores del campo.
La implementación de nuevas tecnologías en el campo debe de promover una agricultura sustentable donde haya un manejo eficiente de los recursos naturales y no representen un gran gasto a los productores, como lo son los sistemas de riego en donde llegan a pagar hasta 30 mil pesos mensuales de energía eléctrica, y no dañen la tierra. El uso de los biofertilizantes ayuda a: regenerar la tierra, ahorro de agua en riego, disminuir los costos de producción, obtener mejores cosechas invirtiendo menos y procurando al medio ambiente.
Si desea consultar el artículo de La Jornada a propósito de las sequías en el país de click al siguiente enlace:
https://www.jornada.unam.mx/2013/04/01/sociedad/035n1soc
Biotecnología aplicada ayuda a reducir los costos de producción: Seminario Internacional de Fertilización Integral.
El pasado 9 y 10 de Agosto, se realizó en Querétaro el Seminario Internacional de Fertilización Integral organizado por parte de las Fundaciones Produce, A.C. (COFUPRO) y bajo el auspicio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). El evento contó además, con la participación de entidades como la Universidad Nacional Autónoma de México, México (UNAM), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), entre otras.
Sebastián Lara Pastor, vicepresidente pecuario y de acuacultura de la Coordinadora Nacional de las Fundaciones Produce destacó que 37% de los costos de producción está destinado a la compra de fertilizantes, y que a través de la adopción de biofertilizantes y fertilizantes orgánicos se pueden reducir los gastos hasta en 12 por ciento.
Por su parte, Guillermo del Bosque Macías, Director de Fibras Naturales y Biocombustible de la SAGARPA puntualizó que los biofertilizantes son una parte estratégicapara enfrentar los retos de este siglo; señaló que el uso de biotecnología aplicada al campo, reduce los costos de producción y es por ello que los biofertilizantes son un punto estratégico de la federación el cual que va de la mano con el desarrollo social y económico del país en donde la principal preocupación es revertir el daño ecológico y haciendo un uso óptimo de los recursos naturales que aún nos quedan.
El primer día se dedicó a exponer la experiencia de México en materia de los biofertilizantes. En este rubro, el Dr. Humberto Peralta, investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, habló sobre la experiencia científica mexicana en cuanto a los biofertilizantes. En esta ponencia destacó la relación del CCG con Biofábrica Siglo XXI en cuanto a investigación, desarrollo y comercialización.
Otro tema de preocupación, sin embargo, es la rápida aparición de productos que no cuentan con los estándares mínimos de calidad y que pueden dañar los cultivos y generar pérdidas económicas. Por ello es importante incorporar la biotecnología al sistema de producción, tomando en cuenta la calidad de los productos y el prestigio de la empresa.
Biofabrica Siglo XXI, comprometida con el desarrollo del campo, cuenta con todos los registros de sanidad necesarios, emitidos por la SAGARPA, además de que investiga continuamente procesos innovadores para mejorar la situación agrícola del campo.
https://www.cofupro.org.mx/cofupro/cofupro_web.php?documentweb=1&idseccion=395
Agro – Biotecnología como alternativa para los retos actuales del campo.
Sin duda, uno de los grandes retos para la humanidad en el siglo XXI, será el incremento de la producción de alimentos que permita satisfacer la creciente demanda mundial, la cuál en el último período, se ha incrementado más allá del crecimiento de la población.
Pero si el reto de incrementar la oferta alimentaria es grande, este es aún mayor si consideramos que el actual esquema de producción agrícola tiene que ser radicalmente transformado, por otro que sea más económico, más productivo y sobre todo menos contaminante y devastador. Es decir se necesita un modelo más sensato y responsable de producción.
El reto de la producción agrícola en el siglo XXI, todavía es más complejo si consideramos que las fuentes de nutrientes vegetales, que son indispensables para la producción, como es el caso del nitrógeno y del fósforo, se están agotando a un ritmo acelerado.
Actualmente los fertilizantes nitrogenados dependen del petróleo, y su futuro está ligado a este, y ya llegamos al umbral de su agotamiento.
El fósforo que requieren las plantas proviene de la roca fosfórica, pero ésta tiene un horizonte limitado de vigencia. Adicionalmente, el fósforo que se utiliza se desperdicia más del 70% situación similar sucede con los fertilizantes nitrogenados. Estos fertilizantes representan uno de los grandes absurdos del actual modelo de producción agrícola en el mundo; el insumo más caro en la agricultura, es el más ineficiente y altamente desperdiciado: por cada 100 kgs. de aplicación, la planta solo aprovecha cerca de 30 kilos, mientras que 70 kgs. se van a contaminar suelos, agua y atmósfera.
Afortunadamente, existen alternativas viables y deseables para enfrentar estos inmensos retos, como son los biofertilzantes y otras opciones de la Biotecnología.
Los invitamos a leer este artículo sobre Damar López Arredondo investigadora del CINVESTAV que a los 28 años ha desarrollado cultivos genéticamente modificados para aprovechar el uso de fertilizantes.
https://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/8f5f3eb62bb61e396de9cd0eea64fffd
Artículo sobre Biofabrica Siglo XXI en El Universal
Biofabrica Siglo XXI y la UNAM a la vanguardia en la búsqueda de alternativas sustentables para la agricultura
El panorama actual para la agricultura a nivel mundial en el marco de crisis económicas y medioambientales no es nada alentador. Esto se debe a diversos factores como la erosión de las tierras cultivables, el cambio climático, la contaminación de acuíferos, entre otros así como el uso indiscriminado de agroquímicos. Respecto a estos últimos, particularmente la agricultura mexicana actualmente enfrenta problemas de tipo económico-social y ambiental.
Agroquímicos: panorama actual
Los fertilizantes e insecticidas químicos son insumos agrícolas cuyo propósito es el aumento en los rendimientos de los cultivos a corto plazo teniendo a su vez efectos sumamente peligrosos para el medio ambiente y para la salud a largo plazo, como ya desde hace 10 años lo había detallado la ONU en su reporte “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial 2000”[1], por otra parte, los precios de estos insumos se han disparado debido al aumento en los precios del petróleo[2] lo cual representa una fuerte carga para los agricultores. En suma, los agroquímicos ya no responden a las necesidades actuales económicas y medioambientales, lo cual ha propiciado alianzas estratégicas entre los sectores involucrados en Investigación y Desarrollo (I+D) tanto privados como públicos, ejemplo de ello en nuestro país son Biofabrica Siglo XXI y la Universidad Nacional Autónoma de México.
La UNAM y Biofabrica: Historia de una alianza sustentable en I+D
En 1980 en la UNAM se creó el Centro de Investigación sobre Fijación del Nitrógeno[3], dedicado a impulsar la investigación sobre biofertilizantes microbianos[4] como alternativa en la producción agrícola del país debido a su bajo costo[5], a sus propiedades regeneradoras del suelo, a que permiten el ahorro de agua, mejoran la nutrición de la planta y de manera relevante aumentan la productividad disminuyendo la fertilización química. La primera aplicación a gran escala de estos biofertilizantes en el campo mexicano se dio en el marco del programa Alianza para el Campo-SAGARPA en 1999. Los microorganismos utilizados fueron Azospirillum brasilense, Glomus intraradices y Rhizobium etli[6]. En total se biofertilizaron 1,882 263 has. en casi todo el país mostrando excelentes resultados, sin embargo, con el cambio de gobierno en el año 2000, el programa se desactivo. Pese a lo anterior, los involucrados en el proyecto estaban convencidos de los beneficios a largo plazo de este tipo de fertilización y siguieron colaborando a través de la empresa mexicana Biofarbica Siglo XXI.
Desde el 2003, Biofábrica Siglo XXI, en su calidad de empresa científica y tecnológica ha trabajado de manera conjunta con la UNAM en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías sustentables para la producción agrícola del país, en la formación de cuadros de profesionales y en la búsqueda de soluciones sostenibles, obteniendo resultados contundentes como el aumento de hasta un 46% en el cultivo de frijol por ejemplo, con un ahorro promedio de hasta $1600.00 en el costo de fertilización[7].
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