PRODUCTIVIDAD Y SOSTENIBILIDAD AGROALIMENTARIA, LA EXPERIENCIA DE BRASIL
Validación en Trigo y Maíz con uso de biofertilizantes y reducción de la fertilización química
Alianza entre Agroindustrias Unidas De México (AMSA) y Biofábrica Siglo XXI para una cafeticultura sustentable en México
Con el interés en contribuir al logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la denominada Agenda 2030, Agroindustrias Unidas de México (AMSA) y Biofábrica Siglo XXI firmaron un acuerdo para trabajar en conjunto con el fin de impulsar la cafeticultura sustentable en México.
Esta alianza pretende mejorar la productividad y rentabilidad de la producción primaria a partir de técnicas que no solo aseguren el cuidado del medio ambiente, sino que además permitan mejorar la rentabilidad para los productores, y que se encaminen hacia procesos de regeneración de los recursos naturales.
AMSA, como parte del grupo ECOM Agroindustrial LTD, lidera la comercialización de café en México, y por conducto de Servicios de Manejo Sostenibles (SMS), brinda servicios de capacitación, asistencia técnica, plantas de alta calidad, insumos, financiamiento y gestión de certificaciones sustentables tales como Rainforest Alliance, C.A.F.E. Practices TASQ Nespresso y orgánicos, entre otras. SMS trabaja de manera directa con miles de pequeños productores y fincas, así como con organizaciones, teniendo como misión el contribuir a la mejora de condiciones sociales, económicas y ambientales de los cafeticultores y sus familias.
Por su parte, Biofábrica Siglo XXI, empresa agro biotecnológica dedicada a vincular la investigación, innovación y desarrollo tecnológico con la producción agrícola, mencionó que intenta ser agente de cambio en el mercado agropecuario que genere valor a los productores mediante la contribución de alternativas económica y ecológicamente sustentables.
En el caso del café, Biofábrica lleva más de 8 años trabajando con productores y empresas productoras de café para mejorar la productividad y la sustentabilidad del cultivo con muy buenos resultados en calidad, rendimientos, producción de plántula y control de roya.
Algunos de los objetivos mencionados en este acuerdo son: incrementar la productividad y la calidad de la producción de café en México, especialmente en las zonas cafetaleras de Puebla, Veracruz, Chiapas y Oaxaca; conservar y recuperar los suelos agrícolas; reducir el uso de agroquímicos; hacer un uso más eficiente del agua; aumentar la sustentabilidad y reducir el impacto ambiental mediante la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del uso de agroquímicos, el incremento de captura de carbono a través del suelo y el desarrollo de proyectos de bioeconomía circular que permitan el aprovechamiento de residuos y subproductos derivados de la producción del café; entre otros.
Del mismo modo, pretende apoyar el desarrollo de capacidades y la transmisión de conocimientos técnicos entre jóvenes del sector rural, para así propiciar un adecuado relevo generacional en la cafeticultura mexicana, el cual es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta el sector.
Gracias a este acuerdo, se espera generar espacios de oportunidad para la inclusión social y financiera de los cafeticultores y sus familias, a la par que impulsar un desarrollo tecnológico que permita incrementar los niveles de rentabilidad y sustentabilidad del sector cafetalero mexicano.
El gran reto de la agricultura ante la contaminación del agua
La industria agrícola es una de las principales contaminantes del agua a nivel mundial debido al desmedido uso de agroquímicos que se emplean en los cultivos. Es urgente buscar alternativas sostenibles que no contaminen los cuerpos acuáticos.
El agua es el elemento de mayor presencia en el planeta y en el ser humano; basta con saber que tanto la Tierra, como el cuerpo humano, están conformados en un 70% de ella. Podemos decir que el agua es el componente más importante para la supervivencia y desarrollo de cualquier ser vivo en el planeta, sin embargo, el consumo irracional y la gran contaminación causada por distintas actividades humanas, ha puesto en enorme riesgo la disposición de este elemento fundamental para la vida.
El Día Mundial del Agua, celebrado cada 22 de marzo, nació con la intención de recordar la importancia de este líquido, pero sobre todo, para concientizar acerca de la crisis mundial que atraviesa; trabajar en encontrar medidas globales que permitan alcanzar un desarrollo sostenible y garantizar el acceso al agua a todas las personas.
No obstante, esta no es una tarea sencilla de resolver, así como tampoco es una labor que le competa únicamente a los grandes poderes, se trata de una responsabilidad que concierne a toda la sociedad. De la misma manera, es tarea de todos conocer el impacto ambiental que genera cada una de las cosas que consumimos, así como exigir, promover y consumir producciones más responsables, sustentables y amigables con el medio ambiente.
Contaminación por parte de la industria agrícola
¿Alguna vez te has preguntado sobre el impacto ambiental de la producción de los alimentos que consumimos tanto nosotros como los animales con los que nos alimentamos?
Todos los alimentos que consumimos dependen en mayor o menor medida del agua. En la agricultura mundial se utiliza el 70% de todos los suministros hídricos superficiales del planeta, y, al mismo tiempo, la agricultura tradicional con el uso de fertilizantes, pesticidas y agroquímicos, es también la causante de la contaminación de estos mismos recursos.
Tan sólo en 2019, la Comisión Nacional del Agua indicó que en el país el 32.2% de las aguas superficiales presentaban una calidad aceptable y el 66.8% presentaba algún grado de contaminación.
Desde la revolución verde que tuvo lugar a mediados del siglo pasado, los agroquímicos han sido utilizados para nutrir a los cultivos y controlar plagas y enfermedades, pero su uso indiscriminado y su bajo nivel de eficiencia, los han convertido en uno de los principales contaminantes de cuerpos de agua, suelos y atmósfera. Se calcula que del 100% de los fertilizantes sintéticos que se aplican en los cultivos, tan solo el 30% es aprovechado por las plantas, el resto contamina agua, aire y suelo. Por otro lado, la agricultura atraviesa otros retos importantes, como alimentar a una población que alcanzará los 9,000 milllones de personas en el año 2050; crear resiliencia en comunidades agrícolas para hacer frente a inundaciones y sequías y aplicar tecnologías en el uso del agua que respeten el medio ambiente.
¿Qué se está haciendo para disminuir este efecto?
La lista de propuestas es larga, por su parte, la ONU ha propuesto implementar infraestructuras ecológicas en las ciudades, plantar bosques, reconectar ríos con llanuras aluviales y restaurar humedales, por mencionar algunas.
En México se trabaja en el Plan Nacional Hídrico que cuenta con seis objetivos:
- Fortalecer la gestión integrada y sustentable del agua.
- Incrementar la seguridad hídrica ante sequías e inundaciones.
- Fortalecer el abastecimiento de agua y el acceso a los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento.
- Incrementar las capacidades técnicas, científicas y tecnológicas del sector.
- Asegurar el agua para el riego agrícola, energía, industria, turismo y otras actividades económicas y financieras de manera sustentable.
- Consolidar la participación de México en el contexto internacional en materia de agua.
Por su parte, la biotecnología ha apostado en los últimos años por el desarrollo de biofertilizantes, los cuales son productos 100% naturales basados en microorganismos benéficos que se relacionan de forma natural con las raíces de las plantas, promoviendo un mayor volumen de la raíz, permiriendo a las plantas mejorar su capacidad de explorar el suelo en busca de agua y nutrientes esenciales para su desarrollo como el Nitrógeno, Fósforo, Potasio, entre otros.
Gracias a esta mejor absorción por parte de la raíz, no solo se permite un aumento significativo en el aprovechamiento de estos nutrientes, sino también del agua, mejorando la nutrición de la planta, su vigor y resistencia a condiciones difíciles como sequías, heladas, salinidad del suelo, presencia de metales pesados y altas temperaturas. A su vez, los biofertilizantes mejoran la salud de las plantas al producir hormonas que estimulan su desarrollo y compiten contra otros hongos capaces de producir enfermedades en las raíces (hongos patógenos), disminuyendo significativamente el efecto negativo de estos hongos nocivos sobre la salud de la planta.
Otros beneficios de los biofertilizantes es que permiten la disminución del uso de agroquímicos, aumentan los rendimientos de los cultivos y mejoran la calidad de las cosechas, ofreciendo así una alternativa menos contaminante al ambiente y promoviendo la regeneración de nuestros suelos, la conservación de océanos, cuerpos de agua y la biodiversidad.
¿Sabías que en el suelo se encuentra la clave para solucionar algunos de los principales problemas de nuestra civilización?
El combate al cambio climático, el suministro de agua, la producción de alimentos para la creciente población humana, la producción de energía limpia y de materias primas, y el mantenimiento de la biodiversidad, son algunas de las principales funciones de este valioso y, hasta ahora, ignorado recurso no renovable.
¿Sabías que en el suelo se encuentra la clave para solucionar algunos de los principales problemas de nuestra civilización?El combate al cambio climático, el suministro de agua, la producción de alimentos para la creciente población humana, la producción de energía limpia y de materias primas, y el mantenimiento de la biodiversidad, son algunas de las principales funciones de este valioso y, hasta ahora, ignorado recurso no renovable.#DíaMundialdelSuelo #Sustentabilidad #Ecología #Cambioclimático
Posted by Biofabrica Siglo XXI. Biofertilizantes on Thursday, December 5, 2019
El suelo es la fina capa de la superficie que sostiene a todas las plantas terrestres y, por lo tanto, a todos los seres vivos que dependen de ellas. Esto incluye a todos los animales terrestres, los microorganismos y por supuesto, al ser humano.
Para que el suelo funcione adecuadamente debe mantener ciertas características físicas y químicas, además de una intensa actividad biológica. Entre estas características destacan las siguientes:
- El contenido de materia orgánica: que son restos de animales y plantas descompuestos o en proceso de descomposición. Esta materia orgánica tiene una gran cantidad de Carbono.
- El contenido y disponibilidad de nutrientes: Todos los seres vivos tenemos los mismos bloques de construcción en nuestras células, los cuales son átomos de Carbono, Hidrógeno, Oxígeno, Nitrógeno, Fósforo, Azufre y muchos otros que se encuentran en pequeñas cantidades. Las plantas toman algunos de estos nutrientes del suelo, los cuales posteriormente pasan a los demás seres vivos cuando se las comen o cuando se comen unos a otros.
- La porosidad: que es indispensable para que el agua y el aire se infiltren en el suelo. Esta característica se mantiene gracias a que las partículas del suelo se encuentran empaquetadas en pequeños gránulos llamados agregados. Estos agregados además ayudan a proteger la materia orgánica, a los nutrientes minerales y a los organismos del suelo.
- La actividad biológica: que es llevada a cabo por una gran cantidad de animales pequeños y microorganismos, los cuales, junto con las plantas, ayudan a mantener todas las funciones antes mencionadas. Realmente el suelo es fabricado en conjunto entre las plantas y los demás seres vivos que habitan en el suelo, sin embargo, este proceso tarda miles de años, por eso se considera un recurso no renovable.
Todas las funciones del suelo dependen de que estás características se mantengan en óptimas condiciones. Con suelos fértiles y saludables, somos capaces de mantener la producción de alimentos, aprovechar el agua que se infiltra al subsuelo o fluye sin contaminantes a los ríos y lagos, producir materias primas y biocombustibles totalmente renovables, además de ayudar a mantener la biodiversidad que es imprescindible para nuestra propia subsistencia. Un ejemplo claro de esto es el mantenimiento de la población de abejas y otros polinizadores, sin los cuales no podríamos producir la mayor parte de los cultivos de los que dependemos.
Lamentablemente, en las últimas seis décadas hemos hecho lo contrario, con el surgimiento de la llamada “revolución verde”, que se basa en el incremento de la producción agrícola mediante el uso de fertilizantes químicos y pesticidas, además del uso de técnicas mecanizadas, hemos provocado la degradación acelerada de este valioso recurso.
Los suelos en México
En México contamos con una superficie territorial de 198 millones de hectáreas, de las cuales, se siembra en una superficie aproximada de 22 millones de hectáreas, todas ellas con algún nivel de degradación provocada por la actividad agrícola.
Como consecuencia de este mal manejo, también aumenta la pérdida de superficies naturales, ya que cuando las tierras deterioradas dejan de ser productivas, los agricultores transforman nuevas tierras a la agricultura para mantener el nivel de producción. Como consecuencia, para el año 2011, en México se habían transformado alrededor de 55.9 millones de hectáreas de vegetación natural a otros usos del suelo, es decir, cerca del 29% del territorio. Esto ha provocado que el 64% de nuestros suelos, presente algún grado de deterioro, y que sólo el 36% no tenga degradación aparente y mantenga actividades productivas sustentables.
Todo lo anterior se traduce en que, si no hacemos algo para revertir esta situación lo antes posible, la producción de alimentos, materias primas y la disponibilidad de agua se verán seriamente comprometidos en pocos años.
¿Por qué el suelo ayuda a regular el clima y por qué es tan importante para combatir el cambio climático?
Cuando el suelo tiene una cubierta vegetal, gran parte de la radiación solar se refleja de vuelta al espacio, lo que ayuda a regular el clima y, por el contrario, cuando el suelo se encuentra desnudo, absorbe más calor.
Pero además, el suelo tiene una gran cantidad de materia orgánica, esta materia orgánica tiene una gran cantidad de carbono, de hecho el cuerpo de todos los seres vivos está formado principalmente por carbono. Este carbono es el mismo que contienen los combustibles fósiles (petróleo, gasolina, carbón) y es el mismo que se encuentra en el dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero que estamos liberando en grandes cantidades y que provoca la aceleración del cambio climático.
El suelo tiene un gran potencial de almacenar carbono en forma de materia orgánica, para lograr esto, sólo necesitamos un manejo adecuado que permita que se almacene más materia orgánica de la que se descompone, transformando así el problema del exceso de gases de efecto invernadero en una solución a la pérdida de fertilidad del suelo. Por el contrario, seguir con un manejo inadecuado, como el que hemos realizado en las últimas seis décadas, provoca que la materia orgánica del suelo se descomponga transformándose en dióxido de carbono y contribuyendo al incremento del cambio climático y a la degradación de nuestros suelos.
¿Cuál es la solución?
Es más sencillo de lo que parece. Sólo tenemos que transformar el actual modelo de producción agrícola por uno que sea más sustentable, es decir, que sea capaz de mantener y regenerar los suelos agrícolas, pero al mismo tiempo, que resulte productivo y rentable para los agricultores. Para conseguirlo, uno de los principales ejes de esta transformación se encuentra en el uso de la biotecnología, que no es más que el empleo del conocimiento que tenemos sobre los seres vivos para elaborar desarrollos tecnológicos.
Entre estos desarrollos, algunos de los más importantes son el empleo de productos basados en microorganismos, como biofertilizantes y biopesticidas. El desarrollo de estos productos se basa en el aislamiento y selección de los microorganismos naturales más adecuados para la producción agrícola, así como para el desarrollo del proceso de producción industrial.
También destacan el desarrollo de técnicas para procesar adecuadamente las fuentes de materia orgánica producidas a partir de recursos regionales y de la industria alimentaria, como son: desechos de granjas, residuos de fábricas de alimentos y bebidas, residuos orgánicos de las ciudades, entre muchos otros.
Estos desarrollos agro-biotecnológicos, apoyados con el uso de otras prácticas de conservación del suelo, tienen la capacidad, no sólo de mantener los niveles de producción actuales, sino de superarlos, reduciendo drásticamente el uso indiscriminado de agroquímicos tóxicos y altamente contaminantes. De esta forma podemos aumentar la seguridad alimentaria, es decir, nuestra capacidad de producir a alimentos, sin necesidad de destruir uno de los recursos más valiosos e imprescindibles para la subsistencia de las poblaciones humanas: el suelo.
Por Cesar González y Paula Medina
Uso de biofertilizantes reduciría gasto público.
Aumentaría en 25% rendimiento del cultivo de maíz, con este producto.
Para contar con un programa gubernamental en el que se impulse el uso de biofertilizantes para aumentar los rendimientos en el cultivo del maíz, se requiere 19 por ciento de lo que se destina a, por ejemplo, Programa de Incentivos para Productores de Maíz y Frijol (Pimaf ).
Con una inversión de 500 millones de pesos, dispersados en una superficie de un millón de hectáreas de maíz y el uso de biofertilizantes, sería posible incrementar el rendimiento en un 25 por ciento, que en el caso de pequeños productores y principalmente del sur del País, oscila entre 2 y 2.5 toneladas, refirió Marcel Morales, director de Biofábrica Siglo XXI, empresa dedicada a la comercialización de biofertilizantes.
Dicho monto es mucho menor que los 2 mil 586 millones de pesos que, después de la ampliación, se destina- ron como presupuesto 2018 al Pimaf.
La propuesta se está enviando a los equipos de campaña de los candidatos a la presidencia del País, con el fin de que se incluya en el programa de Gobierno del próximo sexenio del candidato ganador, y no se continue con el despilfarro de recursos, explicó el también investigador.
“Estamos haciendo un despilfarro de recursos sin ningún sentido porque nunca nos han dado esos resultados”, afirmó Morales.
Dijo que las políticas públicas para la productividad del campo no suelen meditarse, es decir, se hacen por inercia, e incluso en algunos casos los recursos no llegan a los productores.
“Uno de los grandes problemas que tenemos en la cuestión de las políticas (públicas) es que llegamos a una inercia y en la medida que se
va gastando, pues va generando más problemas que soluciones (…). Yo te puedo decir que el dinero de esos programas, que andan por ahí, pues una parte importante se va al bolsillo de quien sabe quién.
“O la otra, son negocios de estar metiendo insumos que no sirven o insumos bastantes cuestionables, pero son negocios que ya tienen muchos años funcionando”, detalló.
La diferencia de los valores se debe a que en la propuesta de Biofábrica Siglo XXI se incluiría el uso de biofertilizantes, creados a partir de microorganismos, pues las bacterias tiene la capacidad de aprovechar el nitrógeno atmosférico y después dárselo de alimento a la planta, aspecto que los hace menos costosos que los fertilizantes químicos.
Por ejemplo, para una hectárea de maíz se requiere invertir 4 mil pesos en fertilizantes químicos, mientras que en biofertilizantes se de- mandan 400 pesos, detalló Morales.
Por Frida Andrade. Periódico Reforma.
Biofertilizantes: nutren y protegen a la planta de plagas y enfermedades.
Los biofertilizantes son microorganismos benéficos (hongos y bacterias), que fijan nitrógeno a las plantas y solubilizan otros elementos importantes en la nutrición de las mismas, como el fósforo y el potasio, activando en las plantas fitohormonas que las vuelven tolerantes al ataque de plagas y enfermedades.
En pruebas recientes, con la aplicación de los biofertilizantes, hemos encontrado grandes resultados en parcelas de Café, afectadas por la Roya; de Caña de Azúcar, afectada por Raya Roja; de Sorgo, afectadas por el Pulgón amarillo, y de Cítricos, afectadas por Gomosis. Plagas que han afectado significativamente la producción de dichos cultivos, como en el caso del Sorgo, donde el pulgón amarillo disminuyó la cosecha en varios estados del país hasta en un 50%, ó la Roya del Café, que se estima ha contribuido a la disminución de la producción del orden del 50%, a partir de los años 1987-88.
Biofertilizantes contra Raya Roja
Síntomas de la enfermedad. La enfermedad se presenta como un rayado en el follaje o como una pudrición del cogollo. Estos síntomas pueden aparecer al mismo tiempo o de forma separada dependiendo de una alta humedad relativa en el ambiente.
En el estado de Morelos se presentó hace aproximadamente cinco años en la variedad ITV-921424; este año se presentó con una incidencia en todas las diferentes variedades que se cultivan en el estado.
En las parcelas en donde se aplicaron biofertilizantes la incidencia de Raya Roja fue menor, observándose en el cultivo de la caña de azúcar, mayor tolerancia al ataque de esta enfermedad, que se tradujo en rendimientos muy superiores a las parcelas afectadas.
De la misma manera se registró menor incidencia en el ataque del hongo Fusarium sp. (pocka boeng), y menor incidencia de las siguientes plagas: barrenadores (Diatraea magnifactella y Eoreuma loftini) y la escama acanalada y salivazo o mosca pinta. Plagas consideradas como las principales causantes de un gran daño al cultivo de caña de azúcar.
Biofertilizantes contra Pulgón Amarillo, en el cultivo del Sorgo
El Sorgo, es un cultivo mayormente de temporal que actualmente presentó un severo ataque de la plaga pulgón amarillo (Melanaphis saccahari), disminuyendo la producción hasta en un 50% en diferentes estados del país; sin embargo, en las parcelas que fueron tratadas con biofertilizantes, (Azofer más Micorrizafer) el daño fue mínimo logrando una producción relativamente normal.
En el Estado de Morelos se establecieron varias parcelas con aplicaciones de biofertilizantes (Azofer y Micorrizafer), donde el productor pudo levantar cosechas en el 100% de la parcelas.
Biofertilizantes contra Roya, en el cultivo del Café.
En el caso de Café, el gran problema que presenta este cultivo a partir de los años 80s, principalmente en los estados productores del país como Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Puebla y Chiapas, es el ataque de la Roya del Café (Hemileia vastratrix), que ha contribuido a disminuir la producción del aromático hasta en un 50%; desde entonces productores, empresas agroindustriales, gobierno federal y estatal, han invertido millones de pesos en el combate a la Roya, sin grandes resultados.
Biofabrica Siglo XXI estableció parcelas demostrativas en Coatepec, Veracruz y Zihuateutla y Xicotepec en Puebla, aplicando biofertilizantes (Azofer y Micorrizafer) al cultivo, obteniendo un control hasta en un 90% en cuanto a la incidencia de este hongo.
En estos estados, los productores nos hicieron la observación de que en las plantas inoculadas con los biofertilizantes experimentaron una mejoría significativa contra el ataque de la Roya y otras enfermedades, como el ojo de Gallo.
Incluso, se han tratado plantaciones que han tenido 15 años abandonadas y que han sido severamente afectadas por la Roya. Las plantaciones que se trataron con los biofertilizantes mostraron una significativa recuperación.
En Coatepec, Veracruz, se muestra el efecto en plantaciones establecidas afectadas por el ataque de la Roya, presentándose resultados en un periodo bastante corto.
Biofertilizantes contra Gomosis, en Cítricos
En cítricos, en Martinez de la Torre, Veracruz, se ha disminuido la muerte de árboles por ataque de Gomosis (Phytophthora parasitica), al utilizar los biofertilizantes desde la formacion de la planta, iniciando desde los patrones porta injertos. Logrando con esto una planta fuerte y sana.
En plantaciones establecidas, se llevó a cabo la aplicación de los biofertilizantes Azofer y Micorrizafer, diluidos en la suficiente cantidad de agua para distribuirse en las 350 a 400 plantas que se tiene en una hectárea, aplicando 500 a 1000 mililitros por planta, de esa solución, con lo cual se obtuvo un área foliar de gran tamaño y una mayor tolerancia al ataque de Gomosis.
Además se identificó una mejor pigmentación de los foliolos, con un verde intenso, mayor número de flores y amarre de frutos, así como mejor calidad en cuanto a sanidad y tamaño del fruto.
El uso de los Biofertilizantes, está demostrando ser una alternativa para aumentar la capacidad de resistencia a plagas y enfermedades, ya que además de resultar altamente efectivos para aumentar el rendimiento de los cultivos, también son capaces de disminuir de forma efectiva la incidencia plagas y hongos que producen enfermedades en los cultivos.
Por: Ing. Artemio Campos Hernández – Área de Agronomía Biofabrica Siglo XXI.
Actualmente nos encontramos en cada vez más frecuentes ocasiones con programas de televisión, artículos o anuncios comerciales en revistas y en internet que nos traen nuevas formas de convivir con la naturaleza y con nuestro medio. Estos medios nos invitan a comenzar a hacer nuevas actividades para vivir más sanamente y en otras ocasiones a comprar menos o a consumir diferente.
Todos estos consejos o nuevos principios de vida obedecen a nuestra cada vez más complicada existencia, en la que el clima se hace cada vez más impredecible, los efectos de la agricultura y ganadería han secado y erosionado la tierra, en donde la contaminación en los pueblos, en las ciudades y la creciente urbanización nos dejan con menos aire fresco que respirar, menos agua limpia que tomar así como menos áreas verdes en donde convivir.
La nueva forma de ver nuestra vida bajo principios más ecológicos tiene gran influencia de formas de vida como la conceptualizada en la Permacultura, pero, ¿y qué es la Permacultura? Bueno este término fue acuñado por Bill Mollison, científico y naturalista y David Holmgren un ingeniero ecólogo a mediados de los años 70’s.
El concepto propone una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza siguiendo los principios de los ciclos de las plantas y aprovechando los recursos disponibles en nuestro entorno (animales, clima, agua, tierra), ciertamente a algunos podrá sonar extraño, pues estas formas de relacionarnos con la naturaleza existen y existían antes, sin embargo con el inicio de la era industrial en el siglo XVIII, muchas de estas formas de vivir se fueron perdiendo gradualmente y substituyendo con formas menos naturales de hacer las cosas, desde cómo nos transportamos, como vivimos, hasta lo que comemos y cómo lo comemos. Hoy en día en las ciudades y cada vez más en los pueblos nos resultan extrañas, si no acaso desconocidas las formas de cultivar plantas para alimentarnos, las formas en como criar animales e incluso como construir muebles, herramientas y casas usando materiales que no impacten gravemente la naturaleza como madera o adobe.
Es importante decir que como bien mencionamos la Permacultura hace uso de los recursos disponibles, en las ciudades también se comienzan a repensar las cosas, pues existen ciudades como Amsterdam en Holanda, con corredores de bicicletas que además generan energía solar haciendo uso del espacio para transportarse sanamente y además generar energía para uso doméstico o público.
Resulta gratificante ver que esta forma de vida comienza a cambiar los entornos en algunos países y México no es la excepción pues existen ya empresas, asociaciones civiles y grupos académicos que llevan a cabo actividades que promueven otras formas de hacer las cosas cotidianas, pero es importante que aun cuando ya existan estas iniciativas, las mismas siempre deben ser evaluadas y repensadas buscando impactar menos el medio en el que se vive, ya sea generando menos basura, menos emisiones de CO2 o inclusive generando nuevas formas de sociabilización entre los mismos habitantes de un lugar determinado.
Nosotros en Biofabrica Siglo XXI nos hemos comprometido con el agro mexicano buscando nuevas formas de producción que no impacten al medio ambiente, esto a través del uso de nuestros biofertilizantes y compostas orgánicas. Sabemos que ha sido y será una ardua y larga labor, pero vemos con optimismo el porvenir, esperamos realmente que la forma en como producimos nuestros alimentos en México empiece a ser ejemplo a nivel mundial.
Les adjuntamos un texto introductorio a la permacultura y un artículo sobre un proyecto de azotea verde en la Universidad Nacional Autónoma de México con lo cual se pretende obtener más información sobre retención de agua de lluvia, captación de metales en plantas y eficiencia energética.
Escrito por Eduardo Castillo 7/09/15
DESCARGA: Texto. Agricultura ecológica. La escencia de la Permacultura.
DESCARGA: Artículo. Sembradío integral en la azotea verde de la CIC.
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