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El mercado agropecuario tiene el reto de sustituir, después de 60 años, el uso de fertilizantes por unos que cuiden el medio, dice Carlos Alberto Hernández, coordinador administrativo de Biofábricas Siglo XXI.

Por Eduardo Camacho*

Con biofertilizantes que regeneran el suelo en lugar de debilitarlo y contaminarlo, Carlos Alberto Hernández, coordinador administrativo de Biofábricas Siglo XXI, busca convencer al sector agropecuario de ser amigables con el medio ambiente. Siendo una idea original del doctor Marcel Morales Ibarra, este tipo de productos generados por la pequeña y mediana empresa funcionan como fijadores de nitrógeno del medio ambiente para la alimentación de la planta, protectores de la planta ante microorganismos patógenos del suelo, además de que estimulan el crecimiento del sistema radicular de la planta, entre otras bondades. El entrevistado comentó que, al ser una empresa socialmente responsable dedicada a la producción y venta de biofertilizantes, encuentran retos por vencer y grandes expectativas por alcanzar en un campo lleno de oportunidades.

¿Es difícil entrar al nicho del mercado agropecuario?

Es un sector peculiar que tiene mas de 60 años usando el fertilizante tradicional pero están en el proceso de migración a este tipo de productos, tenemos tasas de crecimiento importantes de 50% anual aún en una población de gente adulta que en ocasiones es difícil de convencer pero están muy interesados en cuidar la tierra y todo el medio ambiente.

¿Quién respalda sus productos?

Nuestro crecimiento es resultado tanto de nuestro trabajo pero es de gran ayuda ser la primer empresa mexicana que cuenta con permisos sanitarios ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y también contamos con el respaldo del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM.

¿Reciben apoyo en investigación por parte de la UNAM?

Sí, se trabaja con diversos institutos y los desarrollos científicos para bajar los costos; se hicieron convenios con la UNAM, que permite potenciar la productividad de los agricultores, con lo cual se rompen las barreras estructurales al llevar los desarrollos científicos al campo dando como resultado productos con un menor precio.

¿Cómo se concibe el mercado?

Son tres puntos específicos los que rigen el mercado al ser productos con menor precio, más productivos y ecológicos. Es lo que falta en el país, vincular estos dos círculos, el de la investigación y el de la producción, dando elementos a los campesinos para ser más competitivos.

¿Qué tan competitivo es el costo?

Nuestros productos pueden disminuir hasta el 50% del cosoto de fertilización tradiconal en gramínias como maíz, trigo, cebada y otros granos de importancia; en leguminosas puede llegar al 100%, lo que es un impacto económico y ambiental importante a diferencia de agroquímicos sintéticos que generan contaminación en lagos, lagunas y mares.Por ejemplo, en el anuario estadístico de la petroquímica 2008, se importaron de Ucrania un millón 200 mil dólares en fertilizantes químicos, cuando antes Fertimex surtía a todo el país, pero con la venta de paraestatales, se volvió obsoleta; y ahora nuestro producto es 10 veces más económico y generan 20% más de rendimiento.

¿Qué regiones ya utilizan estos productos?

En todo el país son alrededor de 20 millones de hectáreas y de esa cifra, de acuerdo con la Sagarpa, la mitad se cultiva con fertilizante y nosotros tenemos el 0.5% del mercado pero con presencia en Guerrero, Guanajuato, Chihuahua, Zacatecas y Michoacán, gobiernos que son muy receptivos pero el problema al que nos enfrentamos es que somos una Pyme y no contamos con los recursos para penetrar en todos los estados.
*Nota publicada por El Universal, 23 de julio de 2010.

Bajo la premisa de lograr la aplicación de alternativas ecológicas en el campo mexicano, una empresa, nacida en el 2004, empuja el uso de biofertilizantes entre los productores agrícolas del país.

 

Por Alejandra Aguilar*

 

Biofábrica Siglo XXI nace con el objetivo de hacer llegar estos productos desarrollados tecnológicamente a los agricultores. “En el campo no se podrá avanzar si estos desarrollos tecnológicos no llegan a los productores”, aseguró el gerente comercial de la compañía, Fabián Soto.

El uso de biofertilizantes, dijo, genera dos principales ventajas sobre los fertilizantes químicos: reduce hasta 50% los costos de la producción y aumenta hasta 30% la cantidad de cosecha. En el país, esto productos naturales fueron desarrollados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, hace seis años, la máxima casa de estudios y la entonces naciente Biofábrica firmaron un convenio de exclusividad para que esta última produjera y comercializara los biofertilizantes.

Compromiso social

En el campo mexicano “hay productores que realmente requieren de apoyos para cosechar”, describió Soto Martínez, “los biofertilizantes pueden sr un aliado para ellos, por sus precios competitivos y sus ventajas en la producción”. Además de ofrecerlos de manera comercial, la pequeña y mediana empresa (Pyme) impulsa la distribución de sus productos a través de los estados y municipios; es el caso de Guerrero y Michoacán, donde las autoridades destinan ciertos recursos para adquirir los biofertilizantes y repartirlos entre los productores.

Única en su tipo

El acuerdo con la UNAM, permite a Biofábrica diferenciarse del resto de las empresas que ofrecen biofertilizantes en el país, ya que produce y comercializa a los biológicos, mismos que están certificados por la Secretería de Salud (Ssa) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). “El 98% de las empresa que ofrecen estos productos sólo comercializa productos productos que por lo general provienen de Estados Unidos”, aseguró Soto Martínez, entrevistado por El Economista.

Esfuerzo sostenido

En su poco más de un lustro de vida, la empresa ha llegado a 15 entidades del país, donde sus productos son utilizados en al menos 5,000 hectáreas de cultivos. Las entidades donde actualmente tiene más presencia son Guerrero, con alrededor de 140,000 hectáreas cultivadas con biofertilizantes de Biofábrica; Chihuahua, con 40,000, Oaxaca y Zacatecas, con 35,000 cada una.

El próximo año, adelantó el empresario, entrarán en Chiapas y triplicarán su presencia en Oaxaca. Para el 2013, la meta de Biofábrica es tener presencia en todo el país. “En estos años, los resultados han sido buenos. Hemos intentado, me atrevo a decir con éxito, la creación de un mercado para un producto nuevo, que debe romper inercias tanto de productores como de gobiernos. No es una labor nada fácil, pero hay que voltear a otra forma de cultivar, los beneficios serán increíbles”, dijo.

Antecedentes

En 1994 inició operaciones Asesoría Integral Agropecuaria y Administrativa (ASIA), con la función de brindar asistencia técnica y la capacitación a productores del campo. Cuatro años después, el gobierno federal, encabezado entonces por el Presidente Vicente Fox, decidió trasladar al sector productivo rural un desarrollo tecnológico de la UNAM: los biofertilizantes. El esfuerzo duró apenas un par de años, hasta le cambio de gobierno, en el 2000, cuando se interrumpió el proyecto. En ese momento, ASIA decidió dedicar su labor a incorporar estos productos al circuito comercial por lo que firmó un convenio con la máxima casa de estudios. A través de éste obtiene la exclusividad de la producción y comercialización de los biofertilizantes y para ello constituye un brazo operativo, al que le da el nombre de Biofábrica Siglo XXI.

*Nota publicada por el diario El Economista, Miércoles 7 de julio de 2010.