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De acuerdo a los diarios internacionales, la situación crítica que está viviendo el país vecino del norte en cuanto a la sequía ha afectado los precios de los alimentos a nivel mundial y aunque no se espera que la situación se agudice tanto como en el 2007-2008, los efectos a corto plazo ya pueden sentirse. El aumento en las importaciones de trigo es muestra de ello.

https://www.la-razon.com/mundo/FAO-producir-evitar-crisis-alimentaria_0_1667233358.html

Las importaciones de trigo a México incrementaron en más del 30 por ciento en el primer semestre, y alcanzaron los 742 millones de dólares de acuerdo a cifras del Banco Central.[1]

Las cifras del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) reportan cifras similares a las del Banco Central y afirma que durante el primer cuatrimestre del año, la balanza comercial agropecuaria de México reportó un saldo negativo de 392,524 millones de dólares, mientras las importaciones ascendieron 4,758 millones de dólares.

Debido a lo anterior, los diferentes organismos del país especializados en materia agropecuaria remarcan la necesidad de encaminar las políticas agrícolas hacia una mayor independencia alimentaria. Benjamín Grayeb, vicepresidente de Comercio  Exterior del Consejo Nacional Agropecuario, por ejemplo, afirmó que “es indispensable reducir las importaciones y fortalecer la productividad del campo, y q para ello se debe mejorar el rendimiento”.[2] Por su parte, durante la ceremonia de cambio de coordinador del Congreso Agrario Permanente (CAP), Juan Leyva Mendivil de la Alianza Campesina del Noreste (ALCANO) quien será el nuevo coordinador de dicha organización, hizo énfasis en la necesidad de impulsar el desarrollo regional agropecuario incluyendo un programa nacional de investigación, de transferencia de tecnología y de asistencia técnica, además de un programa de producción de  semillas mejoradas y de fertilizantes.[3]

Biofábrica Siglo XXI comprometida con el desarrollo del agro mexicano, trabaja continuamente con los centros de investigación más importantes del país para desarrollar e innovar en productos y paquetes tecnológicos para el campo. El resultado de este intenso trabajo ha sido el incremento en los rendimientos, la reducción de los costos de producción (ya que se puede reducir hasta en un 50% la aplicación de fertilizantes químicos nitrogenados) y  el mejoramiento de la tierra.


[1] Reuters, Afp y Dpa, “Duplica México importaciones de trigo, con gasto récord de 741 mdd” en La Jornada, consultado el 22 de ago. de 12 en https://www.jornada.unam.mx/2012/08/22/economia/023n1eco
[2] María del Pilar Martínez, “Importaciones logran balanza agropecuaria negativa para México” en El Economista consultado el  22 de agosto de 2012 en  https://eleconomista.com.mx/industrias/2012/08/08/importaciones-logran-balanza-agropecuaria-negativa-mexico
[3] Julián Sánchez  “CAP urge plan para revertir los precios” en El Universal en línea, consultado el 22 de agosto de 2012 en https://www.eluniversal.com.mx/notas/865594.html

Los principales diarios de todo el mundo reportan que la sequía en los Estados Unidos está afectando los precios de los granos básicos: maíz, trigo, soya, cebada, avena, sorgo y arroz.

¿Cómo impacta esto en México? De acuerdo con Juan Carlos Anaya, presidente del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas “la situación de Estados Unidos, que como principal productor del grano determina el mercado mundial, beneficiará a los productores mexicanos porque podrán mejorar sus precios.”[1]

Aunque los expertos aseguran que los efectos de la sequía en el país vecino no se verán reflejados de inmediato, es importante empezar a buscar alternativas que incrementen los rendimientos con un bajo costo de producción de tal manera que los agricultores puedan obtener la mayor ventaja de esta coyuntura.

De acuerdo al Bank of America Merril Linch, “los recientes incrementos en los precios del maíz y el trigo tendrán un efecto rezagado de 30% sobre los precios de los cereales a escala doméstica. En México, sería de tres meses y en Brasil, de nueve.”[2]

La siguiente infografía tomada de El Economista, ilustra cómo es que los precios han ido a la alza en los últimos meses.

https://eleconomista.com.mx/infografias/2012/07/31/maiz-alcanza-precio-record

Biofabrica Siglo XXI, comprometida con el desarrollo del agro mexicano, es una opción viable en este escenario de desafíos climatológicos y financieros. La Chacona Chiapas es ejemplo de ello:

En Octubre de 2011, en La Chacona Chiapas, se obtuvieron rendimientos de 9400 Kilogramos/hectárea en la parcela donde se aplicaron dos combos Azofer + Micorrizafer,  para ello se llevó a cabo una inversión de solamente $300.00 por combo, además de que hubo un ahorro en los costos de producción, ya que se aplicó únicamente el 75% de fertilizante químico. La parcela que se sembró con el 100% de fertilizante químico y sin biofertilizante, obtuvo un rendimiento de sólo 8,200 kilogramos/hectárea con un costo de producción más elevado.

El Secretario de Agricultura de los Estados Unidos se ha negado a especular sobre si la sequía que afecta a su país se debe al cambio climático[3], sin embargo, es evidente que los daños en causados por la actividad humana a la tierra se hacen presentes a cada momento, es por ello que la búsqueda de soluciones que den resultados a corto plazo y que mejoren el ambiente en el largo plazo son necesarias. Los biofertilizantes forman parte de este tipo de soluciones y están al alcance de todos.


[1] Susana González, “Se dispara 50% precio del maíz por sequía en EU”, en La Jornada, lunes 30 de julio de 2012 https://www.jornada.unam.mx/2012/07/30/economia/027n1eco
[2] Ana Valle, “Alza en 
el precio 
de los granos inquieta”, en El Economista, martes 31 de julio de 2012, https://eleconomista.com.mx/mercados-estadisticas/2012/07/30/alza-precio-granos-inquieta
[3] Peter Baker, Drought Threatens to Drive Up Food Prices
The New York Times,

La fundación Hidalgo Produce decidió probar los biofertilizantes de Biofabrica Siglo XXI en la región de la Huasteca Hidalguense en el periodo de siembra de otoño – invierno en 2008 – 2009, los resultados obtenidos fueron sin duda satisfactorios y una vez más se logro comprobar que el uso de tecnologías nuevas en la agricultura puede dar nuevas capacidades de competencia a los productores y los productos del campo mexicano.
La Huasteca Hidalguense localizada al noreste del estado de Hidalgo es una zona de alta marginación con una población indígena de alrededor de un 85%. Sin embargo es considerada una región con prominente adaptación de cultivos de interés, entre los que destacan el maíz y el frijol de temporal.
El rendimiento por grano de la zona huasteca que abarca los municipios de Huejutla, Atlapexco y Xochiatipan, es un promedio de 1.9 ton/ha., en maíz y de 590 kg/ha en frijol según datos de la SAGARPA, rendimientos que son por demás bajos debido principalmente al establecimiento de materiales criollos, bajo o nulo uso de fertilizantes y por el manejo de bajas densidades de siembra; esto deja un ingreso neto promedio en la venta de granos a los habitantes de $3,230 para maíz y de $10,620 para frijol, considerando variables como el precio por kilogramo y el costo de producción.[1]

En el ciclo agrícola otoño – invierno de 2008 a 2009 se establecieron 4 parcelas demostrativas para el maíz de aproximadamente una hectárea utilizando biofertilizantes, se seleccionaron parcelas representativas del ambiente suelo – clima de la Huasteca, así como de condiciones socioeconómicas de los productores de distintas comunidades como Ahualoja, Tlachapa, Xocotitla y Pesmayo. El objetivo de esto fue, por medio de los biofertilizantes, mejorar la producción y la competitividad de los cultivos en la región además de capacitar a varias personas en el uso de nuevas tecnologías.

En las localidades se decidió validar 4 distintos tratamientos de fertilización los cuales fueron los siguientes: MicorrizaFer, AzoFer, MicorrizaFer + AzoFer y un testigo sin fertilizar.
Para evaluar el efecto de los biofertilizantes sobre el maíz se evaluaron 4 parámetros principales, el rendimiento de grano ajustado al 14% de humedad, el peso de raíz, el ingreso neto y el impacto socioeconómico de los resultados.
Una vez llegada la fecha de cosecha se pudieron observar los resultados destacando el tratamiento número 3 de asociación de AzoFer + MicorrizaFer sobre los otros tratamientos y dejando además al tratamiento testigo con baja competitividad. Se concluyo que el rendimiento en maíz de temporal en la Huasteca hidalguense con el uso de AzoFer + MicorrizaFer es factible de incrementarse hasta en un 75% con lo cual se puede elevar el ingreso neto de las personas de $3,230 hasta $7,000.
Para el caso del frijol se establecieron, al igual que en el caso del maíz, cuatro parcelas de validación en el ciclo otoño – invierno  de una hectárea aproximadamente cada una las parcelas fueron seleccionadas de acuerdo a las características de ambiente suelo – clima de la Huasteca y de las condiciones socioeconómicas de productores de las comunidades de Ahualoja, Los Otates y Tecolotitla. Los tratamientos de biofertilizantes a evaluar fueron: MicorrizaFer, RhizoFer, MicorrizaFer + RhizoFer y un testigo sin fertilizar. Los parámetros a evaluar fueron rendimiento de grano ajustado al 14% de humedad, ingreso neto e impacto socioeconómico de los resultados.

En el caso del frijol se obtuvo que la inoculación de semilla con RhizoFer obtuvo el mayor rendimiento de grano seguido por la MicorrizaFer, en este caso la asociación entre el RhizoFer y la MicorrizaFer no obtuvo resultados tan sobresalientes. Se pudo observar que el ingreso neto se incrementó en un 300% en comparación con la producción tradicional y costos de producción del periodo 2008 – 2009, esto es la elevación del ingreso neto de $10,620 a $30,000.
Observándose así los resultados tanto en maíz como en frijol se puede concluir que el uso de biofertilizantes en la zona de la Huasteca hidalguense potenció a la región con capacidad de competencia y aumentó significativamente los rendimientos por grano además del ingreso neto de los productores.

Mayor número de vainas de frijol con tratamiento de  biofertilizantes.
Un punto a destacar fue que se logró capacitar sobre el uso y manejo de biofertilizantes y densidad de siembra a 175 técnicos, superando la meta que se propuso en un inicio de 20 prestadores de servicios profesionales. De igual forma se logró capacitar a 128 productores de la región.
Si desea consultar el artículo completo de la Fundación Produce Hidalgo sobre el uso de Biofertilizantes en la Huasteca Hidalguense en el periodo ototño – invierno 2008 – 2009, favor de entrar al siguiente enlace:
https://www.hidalgoproduce.org.mx/PDFARCHIVOS/REVISTA28.pdf
Fuente: Revista “Innovando Juntos”, Órgano informativo para el Agro – Hidalguense. Año 7 Núm. 28, 2010 pp. 10 – 21


[1] En el periodo de otoño – invierno de 2008 – 2009 el precio por kilogramo de maíz y frijol respectivamente eran de: $3.70 y $18.00. El costo de producción promedio para maíz era de $5,000 y de $8,000 para frijol. Datos obtenidos de la revista de la Fundación Hidalgo Produce “Innovando juntos” Año 7 Núm. 28, 2010 pp. 10 – 21.

 

Biofabrica Siglo XXI y la UNAM a la vanguardia en la búsqueda de alternativas sustentables para la agricultura


El panorama actual para la agricultura a nivel mundial en el marco de crisis económicas y medioambientales no es nada alentador. Esto se debe a diversos factores como la erosión de las tierras cultivables, el cambio climático, la contaminación de acuíferos, entre otros así como el uso indiscriminado de agroquímicos. Respecto a estos últimos, particularmente la agricultura mexicana actualmente enfrenta problemas de tipo económico-social y ambiental.

Agroquímicos: panorama actual

Los fertilizantes e insecticidas químicos son insumos agrícolas cuyo propósito es el aumento en los rendimientos de los cultivos a corto plazo teniendo a su vez efectos sumamente peligrosos para el medio ambiente y para la salud a largo plazo, como ya desde hace 10 años lo había detallado la ONU en su reporte “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial 2000”[1], por otra parte, los precios de estos insumos se han disparado debido al aumento en los precios del petróleo[2] lo cual representa una fuerte carga para los agricultores. En suma, los agroquímicos ya no responden a las necesidades actuales económicas y medioambientales, lo cual ha propiciado alianzas estratégicas entre los sectores involucrados en Investigación y Desarrollo (I+D) tanto privados como públicos, ejemplo de ello en nuestro país son Biofabrica Siglo XXI y la Universidad Nacional Autónoma de México.

La UNAM y Biofabrica: Historia de una alianza sustentable en I+D

En 1980 en la UNAM se creó el Centro de Investigación sobre Fijación del Nitrógeno[3], dedicado a impulsar la investigación sobre biofertilizantes microbianos[4] como alternativa en la producción agrícola del país debido a su bajo costo[5], a sus propiedades regeneradoras del suelo, a que permiten el ahorro de agua, mejoran la nutrición de la planta y de manera relevante aumentan la productividad disminuyendo la fertilización química. La primera aplicación a gran escala de estos biofertilizantes en el campo mexicano se dio en el marco del programa Alianza para el Campo-SAGARPA en 1999. Los microorganismos utilizados fueron Azospirillum brasilense, Glomus intraradices y Rhizobium etli[6]. En total se biofertilizaron 1,882 263 has. en casi todo el país mostrando excelentes resultados, sin embargo, con el cambio de gobierno en el año 2000, el programa se desactivo. Pese a lo anterior, los involucrados en el proyecto estaban convencidos de los beneficios a largo plazo de este tipo de fertilización y siguieron colaborando a través de la empresa mexicana Biofarbica Siglo XXI.

Desde el 2003, Biofábrica Siglo XXI, en su calidad de empresa científica y tecnológica ha trabajado de manera conjunta con la UNAM en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías sustentables para la producción agrícola del país, en la formación de cuadros de profesionales y en la búsqueda de soluciones sostenibles, obteniendo resultados contundentes como el aumento de hasta un 46% en el cultivo de frijol por ejemplo, con un ahorro promedio de hasta $1600.00 en el costo de fertilización[7].


[1] Panorama General PMAM-2000, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 1999. https://www.unep.org/Geo2000/ov-es.pdf
[2] FAO
[3] Hoy Centro de Ciencias Genómicas
[4] Los biofertilizantes microbianos  son fertilizantes biológicos a base de microorganismos benéficos para la planta y el suelo.
[5] De acuerdo a los precios de Biofabrica, los biofertilizantes cuestan el 10% de lo que cuestan los agroquímicos
[6] Organismos microbianos basados en bacterias y hongos benéficos.
[7] Datos proporcionados por Biofabrica Siglo XXI y disponibles en www.biofabrica.commx o a través de contacto@biofabrica.com.mx

FUENTE UNIVERSO PYME
18 de mayo del 2011
Marcel Morales es un agrónomo y director de la Pyme que hace posible que un desarrollo tecnológico importante para el campo mexicano, se mantenga con vida a pesar de la actitud de los mexicanos.
BIOFÁBRICA SIGLO XXI OBTUVO la licencia para comercializar a nivel nacional uno de los grandes desarrollos tecnológicos de la ciencia universitaria en la UNAM. El Centro de Investigación sobre la Fijación de Nitrógeno consiguió desarrollar un producto que protege la raíz, fija el nitrógeno en las plantas y ayuda a su desarrollo reticular.
Este centro de investigación que hoy es de Ciencias Genómicas en materia de biofertilización ha recibido un gran reconocimiento mundial y desde 1999 Marcel Morales comenzó a trabajar la idea de un convenio para que su empresa y el desarrollo tecnológico pudieran trabajar juntos. Finalmente consigue su propósito y desde finales de la década anterior BIOFÁBRICA es la Pyme que hace posible que este producto se comercialice en nuestro país, no sin pocos problemas.
En el año 2000 México lanzó un programa para impulsar la biofertilización que consiguió incorporar a tres millones de hectáreas a nivel nacional a la nueva dinámica. Lamentablemente, con la llegada de Vicente Fox a la Presidencia el «Rey del Ajo», su «ilustre» y «afamado» «Mejor Secretario de Agricultura» a nivel nacional –según palabras de Vicente Fox– no le concedió importancia al proyecto a pesar de que fertilizar una hectárea con productos derivados del petróleo, nocivos a la tierra y al organismo humano, cuesta tres mil pesos y la fertilización con este recurso cuesta 200 pesos para la misma superficie.
Por supuesto que en México nada importa que los resultados de incrementos en la productividad de la tierra sean tan notorios; en maíz incrementó 25 por ciento la cosecha, 30 por ciento en trigo, 30 por ciento en cebada, frijol y otros. En el año 2000 se tomó la decisión de desaparecer el programa de fertilización con este producto y desde entonces descansa sobre esta empresa la comercialización del producto.
Lamentablemente el INIFAP, organismo gubernamental que sólo debe de certificar y promover la fertilización por estas vías biológicas y evitar fraudes con productos que dicen ser fertilizantes, cuando en realidad son sólo tierra, en lugar de trabajar para estos menesteres esta ahora vendiendo también kilos de biofertilizantes, cosa que acaba haciéndole la competencia desleal a una Pyme que se la ha jugado por México y que ha remado contra corriente.
Esta Pyme produce 400 mil dosis por año y entrega ya su producto, este desarrollo tecnológico mexicano, universitario, a 12 estados del país con magníficos resultados.
Read more: https://365historiasdeexito.blogspot.com/2011/05/dia-138-biofabrica-siglo-xxi-impulso-la.html#ixzz1f7paAYUy


Fuente: Gomez Oscar, «Biofertilizantes, una alternativa para el pueblo chiapaneco», en El Economista, Chiapas, Lunes 3 de Octubre de 2011, pagina 9.
Ahorra hasta 50% en riego y fertilizantes químicos. Se obtienen mejores resultados en el cultivo y la producción
San Cristóbal de Las Casas. EN UN recorrido por una parcela muestra en la Secretaría del Campo (Secam), Marcel Morales Ibarra, director general de la Biofábrica Siglo XXI, dio a conocer que “nuestros biofertilizantes son objeto de estudio en centros de excelencia de investigación en México, como la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México], que es reconocida como vanguardista en esta materia a nivel internacional”.
Recordó que desde hace tres décadas la UNAM creó el Centro de Investigación de Fijación de Nitrógeno, hoy Centro de Ciencias Genómicas, con lo que se le dio un fuerte impulso a la investigación sobre las bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico, que es el principio por el que se crean los biofertilizantes como alternativa en la producción agrícola del país.
“En 2004 se funda Biofábrica Siglo XXI, S. A de C. V., la cuál estableció un convenio de colaboración con la UNAM”, anexó.
Reveló que estos biofertilizantes ya fueron aplicados en el país, al ser incorporados en 1999 y 2000 al programa de Alianza para el Campo de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa), en el que se utilizaron cerca de 3 millones de hectáreas para diversos cultivos a nivel nacional, estando a cargo del seguimiento y evaluación de este programa el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
“Desde entonces fertilizamos aproximadamente 200,000 hectáreas cada año y tenemos presencia en 20 estados de la república mexicana, en diversos cultivos y zonas agronómicas”, anexó Morales Ibarra.
A partir del 2011 los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI participan en investigaciones en materia de bio-remediación de suelos y agua en Canadá, con el respaldo de prestigiosos centros de investigación como la Universidad de Montreal y MC Gill University. El biofertilizante es un producto a base de microorganismos benéficos (bacterias y hongos) que viven asociados o en simbiosis con las plantas y ayudan a su proceso natural de nutrición, además de ser regeneradores del suelo.
Estos microorganismos se encuentran de forma natural en suelos que no han sido afectados por el uso excesivo de fertilizantes químicos u otros agroquímicos, ya que éstos disminuyen o eliminan dicha población.
Marcel Morales afirma que protegen a las plantas ante microorganismos patógenos del suelo, fijan el nitrógeno del medioambiente para la alimentación de la planta, estimulan el crecimiento del sistema radicular de la planta, mejoran y regeneran el suelo, incrementan la solubilización y la absorción de nutrientes “como el fósforo, que de otra forma no son de fácil asimilación natural por la planta”, incrementan la tolerancia de la planta a la sequía y la salinidad, ahorrando en riego hasta 50 por ciento.
Los biofertilizantes también permiten un mayor aprovechamiento de fertilizantes químicos, por lo que se recomienda su disminución hasta en 50%, obteniendo mejores resultados productivos.
“Al usar los productos de Biofábrica se tiene un incremento significativo en la productividad, ya que se disminuyen costos y existe una mayor respuesta productiva”, aseveró Morales Ibarra.
Marcelo Morales explicó en entrevista que tomando el caso del maíz, “en una hectárea más o menos fertilizada tú gastas de 5,000 a 7,000 pesos por hectárea, si estamos hablando que ahorras el 50%, ahorras de 3,000 a 4,000 pesos, [es decir que] si aplicas el biofertilizante gastas 300 [en el producto] y ahorras 3,000, con un incremento en población”.
Además relató que en las parcelas visitadas la población de milpas y elotes era de mayor tamaño en comparación con las que, según personal de la Secam, han recibido 100% de fertilizante químico. Y calcula que usando biofertilizantes en una hectárea de maíz se obtendrán de 10 a 11 toneladas. “Nuestros productos tienen la certificación de la [Comisión Federal para la protección contra Riesgos Sanitarios] Cofepris, de la Secretaría de la Salud [SS]; están registrados como un insumo orgánico, la empresa está certificada como empresa científica y tecnológica por el [Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología] Conacyt”, aseveró Morales Ibarra.

Los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI han sido garantizados en el uso de la caña de azúcar en otros estados como Morelos, donde el rendimiento nacional de la caña de azúcar varía entre 70 y 112 toneladas por hectárea; “en el siguiente estudio conseguimos alcanzar rendimientos de hasta 180 toneladas por hectárea, lo que representa un incremento considerable, ya que este aumento de producción se traduce en un mayor ingreso para el productor, además de reducir una parte de los costos de fertilización”.
 

El pasado siete de septiembre asistimos a un día demostrativo organizado por Firco Tlaxcala. El objetivo del evento fue mostrar a ejidatarios de la región y técnicos de Firco las parcelas demostrativas establecidas con maíz biofertilizado con Azofer y Micorrizafer y fertilizado con composta. Al evento asistieron varios representantes de Firco, entre los que destaca el Ing. Armando Figueroa, y alrededor de 300 campesinos y técnicos. La visita se estructuró con un recorrido inicial en las parcelas experimentales y con un taller realizado en el auditorio del ejido en donde se explicó a detalle la metodología usada en el montaje de las parcelas experimentales y se hizo promoción a otros productos de uso agrícola.

Figura 1) Recorrido en las parcelas demostrativas

Resultados en la parcela demostrativa:

La parcela experimental se estableció en dos hectáreas divididas en tres tratamientos:

1) ½ hectárea con media tonelada de composta más los biofertilizantes Azofer y Micorrizafer (media dosis en 10 kg de maíz) (Figura 2),

2) ½ hectárea con los biofertilizantes Azofer y Micorrizafer,

3) una de hectárea con una tonelada de composta sin fertilizante químico o biofertilizante. Este tratamiento es el que a últimas fechas (tres años) aplica el dueño de la parcela, el cual ha sustituido paulatinamente la fertilización química por la aplicación de materia orgánica composteada en sus instalaciones, con el fin de realizar la conversión a producción orgánica de maíz. La composta que aplica es preparada según una receta de la universidad de Chapingo. Su elaboración incluye 50% de estiércol, 20% de tierra, 20% de materia vegetal seca, 5% de cal y 5% de ceniza. El Maíz sembrado fue una variedad criolla de la región.

Durante la visita, el dueño de la parcela comentó que la misma estuvo expuesta a una sequía, a una helada y a un tornado. A pesar de esto se observo una notable mejoría de la parcela con biofertilizante y composta (Figura 3, cuadro 1), la cual tenía plantas notablemente más grandes, fuertes y con un color más intenso. Con respecto a la parcela que sólo contenía composta (Figura 3, cuadro 3). La parcela que sólo fue sembrada con biofertilizante (Figura 3, cuadro 2) también se encontró notablemente mejor que la parcela control, aunque con un tamaño y color de la milpa menor con relación a la que contenía también composta. Otro efecto importante aportado por los biofertilizantes Azofer y Micorrizafer fue una mayor resistencia a la sequia, ya que el tratamiento control fue el único que no la soportó, lo que provocó que este tratamiento tuviera que ser resembrado.

Al final del recorrido se comentó que la producción esperada por hectárea para el tratamiento con biofertilizantes más composta es de 2 ton/ha, contra una producción estimada de 1 ton/ha en el tratamiento control. Esta producción es muy baja, no obstante, es notable su ocurrencia dada la alta exposición a los fenómenos climáticos (Sequia, helada y un tornado).

Marcel Morales Ibarra

Nuestra agricultura no puede concebirse al margen del maíz. Actualmente, el 40% de la superficie agrícola se destina a este cultivo y se producen 24 millones de toneladas que se destinan a la alimentación de los mexicanos. Adicionalmente, se importan 8 millones de toneladas de maíz amarrillo para el consumo animal.

Aun cuando el maíz se cultiva en todas las regiones, más del 80% de la producción se concentra en sólo 10 estados, siendo Sinaloa el productor más importante, aportando una cuarta parte de la producción nacional. Lo realmente significativo de ésta es su oportunidad. La producción nacional  se divide en dos ciclos agrícolas: primavera-verano y otoño-invierno. El primero es el más relevante, aporta el 75 por ciento del volumen total y su cosecha se da en los meses de  noviembre-diciembre. Así, el primer semestre del año no hay mayores sobresaltos en el abasto; el problema inicia a partir del segundo semestre, y es aquí cuando entra la producción de Sinaloa.

El sorpresivo e inédito desastre agrícola en Sinaloa tendrá repercusiones nacionales, ya que significa una seria amenaza de desabasto. De las 472 mil hectáreas sembradas de maíz, se siniestraron 450 mil. Este daño representa una pérdida de al menos 5 millones de toneladas.

Lo único que se les ha ocurrido a las autoridades para enfrentar el desastre es la resiembra de maíz en Sinaloa. Esta medida evitará el desabasto, ya que permitirá recuperar la capacidad productiva perdida, se dice. La propuesta es resembrar 300 mil hectáreas. Por decir lo menos, ésta es una pálida respuesta a la magnitud del desastre, ya que de ningún modo exorciza el problema.

En primer lugar, la meta de 300 mil hectáreas es prácticamente inalcanzable, ya que esto significa echar a andar una pesada burocracia institucional, para el pago de seguros y el financiamiento, que simplemente no tendrán capacidad de respuesta, como el propio Presidente Calderón lo advirtió el pasado 23 de febrero; en segundo lugar, la agricultura no es una industria donde se controlen los factores de la producción. No se puede estar sembrando cuando se desee, existen claramente definidos calendarios de siembras por regiones y por cultivos, y sembrar fuera de estas fechas significa correr un alto riesgo, cuando no un esfuerzo vano. La fecha óptima de siembra de maíz en Sinaloa es el mes de noviembre, conforme se alejan estas fecha los riesgos productivos y económicos son mayores. En el mes de febrero prácticamente nadie siembra, ya que se considera un sinsentido. No hay que olvidar que Sinaloa es el estado agro empresarial más desarrollado, y para cualquier empresario los riesgos tienen un límite.

Existen muchas otras opciones, más allá de la resiembra, que se pueden, y deben emprender de inmediato. Para ello se requiere más imaginación y decisión de nuestras autoridades.

Una medida inmediata es armar un programa emergente de estímulos reales para la siembra de maíz en marzo en aquellas entidades que cuenten con riego y cuyas condiciones agro climatológicas lo permitan, como es el caso de Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Zacatecas, etc.; por otro lado, se deben de estimular las siembras tempranas, marzo-abril, en aquellas regiones de buen temporal, que por diversas razones, principalmente por problemas de líquidez, se posponen  hasta ya muy entrado el ciclo.  Es importante señalar que deben tener una atención especial aquellos estados que padecen un crónico problema de abasto de maíz, como es el caso de Oaxaca, y en general las regiones más marginadas del País.

Sin duda, el desastre agrícola que estamos viviendo es grave, pero existen alternativas para enfrentarlo. Lo primero que se debe de tener claro, es que estamos frente a un problema que debe asumirse como  responsabilidad de Estado. Esto significa que el desastre de Sinaloa se tiene que ver como un problema nacional y no limitado a esta entidad.

El autor es empresario, egresado de la Universidad de Chapingo, doctor en Sociología y experto en temas relacionados con la agricultura.

* Artículo publicado por el Diario Reforma el 8 de marzo de 2011.