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Los debates alrededor de los combustibles envuelven varias aristas: sociedad, ambiente, rentabilidad, sustentabilidad, seguridad alimentaria entre otros importantes aspectos a considerar.

Uno de estos aspectos gira en torno a las políticas  públicas a implementar, ya que existe el temor de que la producción de biocombustibles afecte la de alimentos. Este debate solamente será superado en la medida en la que la ciencia avance y las innovaciones tecno-científicas se enfoquen en la búsqueda del equilibrio en la relación producción- sociedad-ambiente.

En este ejercicio de reflexión y de búsqueda de las alternativas que coadyuven a este equilibrio, compartimos con ustedes los resultados de un interesante trabajo de investigación, el cual se titula Sistemas Agroforestales con Acacias para la Producción de Leña y Frijol: Análisis alométrico y Energético. Este proyecto se hizo acreedor, por su importancia en el campo de la bioenergía, al segundo lugar del Premio PUMA de la UNAM (Programa Universitario de Medio Ambiente).

En este trabajo participaron: Ricardo Vázquez Perales y Jorge Islas Samperio ambos del Centro de Investigación en Energía, Ivonne Toledo García y Esperanza Martínez Romero del Centro de Ciencias Genómicas, Javier Aguillón Martínez del Instituto de Ingeniería y Raúl García Barrios, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, todos ellos centros de investigación de la UNAM. EL objetivo principal del trabajo fue “evaluar comparativamente la productividad de biomasa leñosa, contenido energético y de carbono (C), así como la cosecha de frijol en los tratamientos experimentales”.

Esto con el propósito de “reconvertir y recuperar suelos de vocación forestal perturbados por el cambio del uso del suelo a ganadería y agricultura, favoreciendo que los campesinos satisfagan la demanda de leña de uso doméstico familiar con la oportunidad de generar ingresos adicionales por la venta de excedentes”.

Esto es de suma importancia ya que uno de los resultados que arrojó el proyecto fue que las leguminosas como el frijol, ayudan a la recuperación de suelos desgastados y de baja fertilidad. El proyecto atribuye esta función rehabilitadora a la capacidad de las leguminosas para asociarse naturalmente con rizobios (bacterias fijadoras de nitrógeno). El rizobio que se utilizó en esta investigación fue específicamente el Rhizofer, nombre comercial del Rizobum Etli desarrollado por la UNAM y que actualmente se comercializa y produce a través de Biofabrica Siglo XXI.

Aunado a lo anterior, se compararon los resultados de productividad de frijol utilizando fertilización tanto biológica como química. El resultado de este experimento fue que “En el cultivo del frijol, la fertilización biológica promovió rendimientos significativamente mayores que la fertilización química”.  La fertilización biológica estuvo por arriba de los 800 Kg. ha

En resumen, son varios los factores a considerar para mejorar la producción de biomasa y los rendimientos en frijol: si es monocultivo o policultivo, la especie leñosa, si esta especie leñosa es interplantada o no con frijol y finalmente si éste último es fertilizado química o biológicamente, en este último aspecto como se pudo observar en la gráfica anterior, la biofertilización coadyuva a la obtención de rendimientos mayores de manera significativa.

Aprovechar al máximo los espacios que tiene la agricultura y mejorar los suelos a través de las leguminosas, es una necesidad, la cual puede ser atacada a través de la fertilización biológica lo cual impacta de manera positiva en los aspectos productivos y ecológicos.

Esto demuestra que la biofertilización es más efectiva en la producción de leguminosas y que por lo tanto la agricultura de autoconsumo se puede ver beneficiada de manera importante aumentando los rendimientos con lo cual se aprovecha el espacio resolviendo así la tensión entre producción de alimentos y la de biocombustibles.

Las alternativas existen y están disponibles, la inciativa de proeyctos como éste y la búsqueda de soluciones que contribuyan a mejorar la caldiad de vida no sólo del ser humano sino de la naturaleza, nos hace pensar que la ciencia puede ser humana y estar estrechamente relacionada con las necesidades reales de nuestra sociedad.

Agradecemos al Dr. Humberto Peralta que nos haya compartido esta valiosa información  y esperamos con entusiasmo ver los resultados finales publicados.

En horabuena por los esfuerzos que los universitarios realizan en la búsqueda de propuestas que apunten a soluciones específicas para necesidades reales de la sociedad mexicana.

Artículo completo:

https://dl.dropbox.com/u/63805385/Plantaciones%20energeticas_Vazquez%20et%20al.doc


* El artículo con los resultados de la investigación está próximo a publicarse. Los datos que aquí se presentan, así como los extractos que se citan, corresponden a la presentación de los resultados en el  VI Congreso de Bioenergía que se llevó a cabo en octubre de 2011 en Valladolid, España.

FUENTE UNIVERSO PYME
18 de mayo del 2011
Marcel Morales es un agrónomo y director de la Pyme que hace posible que un desarrollo tecnológico importante para el campo mexicano, se mantenga con vida a pesar de la actitud de los mexicanos.
BIOFÁBRICA SIGLO XXI OBTUVO la licencia para comercializar a nivel nacional uno de los grandes desarrollos tecnológicos de la ciencia universitaria en la UNAM. El Centro de Investigación sobre la Fijación de Nitrógeno consiguió desarrollar un producto que protege la raíz, fija el nitrógeno en las plantas y ayuda a su desarrollo reticular.
Este centro de investigación que hoy es de Ciencias Genómicas en materia de biofertilización ha recibido un gran reconocimiento mundial y desde 1999 Marcel Morales comenzó a trabajar la idea de un convenio para que su empresa y el desarrollo tecnológico pudieran trabajar juntos. Finalmente consigue su propósito y desde finales de la década anterior BIOFÁBRICA es la Pyme que hace posible que este producto se comercialice en nuestro país, no sin pocos problemas.
En el año 2000 México lanzó un programa para impulsar la biofertilización que consiguió incorporar a tres millones de hectáreas a nivel nacional a la nueva dinámica. Lamentablemente, con la llegada de Vicente Fox a la Presidencia el «Rey del Ajo», su «ilustre» y «afamado» «Mejor Secretario de Agricultura» a nivel nacional –según palabras de Vicente Fox– no le concedió importancia al proyecto a pesar de que fertilizar una hectárea con productos derivados del petróleo, nocivos a la tierra y al organismo humano, cuesta tres mil pesos y la fertilización con este recurso cuesta 200 pesos para la misma superficie.
Por supuesto que en México nada importa que los resultados de incrementos en la productividad de la tierra sean tan notorios; en maíz incrementó 25 por ciento la cosecha, 30 por ciento en trigo, 30 por ciento en cebada, frijol y otros. En el año 2000 se tomó la decisión de desaparecer el programa de fertilización con este producto y desde entonces descansa sobre esta empresa la comercialización del producto.
Lamentablemente el INIFAP, organismo gubernamental que sólo debe de certificar y promover la fertilización por estas vías biológicas y evitar fraudes con productos que dicen ser fertilizantes, cuando en realidad son sólo tierra, en lugar de trabajar para estos menesteres esta ahora vendiendo también kilos de biofertilizantes, cosa que acaba haciéndole la competencia desleal a una Pyme que se la ha jugado por México y que ha remado contra corriente.
Esta Pyme produce 400 mil dosis por año y entrega ya su producto, este desarrollo tecnológico mexicano, universitario, a 12 estados del país con magníficos resultados.
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