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La necesidad de la inversión en tecnologia para enfrentar tanto los retos futuros como el cambio climático es una prioridad a nivel mundial hoy en día. La innovación tecnológica en sectores como la agricultura es un imperativo para resolver problemas como los que en México se viven, basta mencionar la terrible sequía que ha azotado al país en los pasados meses y que ha afectado a vastas extensiones de los territorios del norte y centro del país.
En México diversos grupos de investigadores, empresarios y productores luchan por promover nuevas alternativas en materia de innovación para el campo y la agricultura, y una prueba de ello se pudo apreciar en la XVI Expo Agroalimentaria 2011 llevada a cabo del pasado 9 al 12 de noviembre en la ciudad de Irapuato, Guanajuato, en donde representantes gubernamentales de distintos países (47 países invitados entre ellos Israel, Francia, Holanda),  asociaciones como la Asociación Mexicana de Constructores de Invernaderos A.C., The Israel Export International Cooperation Insitute, empresas como Agricola Genética S.A. de C.V., Apelsa Guadalajara S.A. de C.V.,  estudiantes,  productores, investigadores y cientificos en materia de agricultura, se dieron cita para exponer las nuevas tecnologias aplicables al campo para diversos propósitos como la producción o el mejoramiento de cultivos.

Biofábrica Siglo XXI como uno de los principales promotores del uso alternativo de biofertilizantes para producción a pequeña y gran escala en el país asistió a la ciudad de Irapuato para la difusión y venta de sus productos en sus distintas presentaciones (Azofer líquido 1 y 5 litros, Micorrizafer 1 y 40 kg, Rhizofer 380 g.,  Azofer 380 g).
A lo largo de la expo las actividades del personal de la empresa Biofabrica Siglo XXI estuvieron centradas en la difusión de información sobre Biofábrica y los productos que maneja, mediante la entrega de folletos, de muestras de 50 g de Azofer y 100 g de Micorrizafer y de pláticas y explicaciones a productores, académicos, técnicos y estudiantes interesados. La expo permitió difundir nuevas alternativas para la produccion con una gran cantidad de gente.
El uso de biofertilizantes es una alternativa para ayudar a combatir el cambio climático, su utilización en la agricultura implica una reducción de los fertilizantes químicos que en usos excesivos degradan la tierra, erosionándola y dejándola infértil. Además los biofertilizantes no sólo ayudan a la agricultura sino que sirven como regeneradores y mejoradores de suelo, pues aportan bacterias y hongos necesarios para la fertilidad de la misma.

En Biofabrica Siglo XXI seguiremos trabajando para mejorar la calidad de nuestros productos y los servicios que ofrecemos, frente a los nuevos retos que surgen en este nuevo siglo XXI.
 

FUENTE UNIVERSO PYME
18 de mayo del 2011
Marcel Morales es un agrónomo y director de la Pyme que hace posible que un desarrollo tecnológico importante para el campo mexicano, se mantenga con vida a pesar de la actitud de los mexicanos.
BIOFÁBRICA SIGLO XXI OBTUVO la licencia para comercializar a nivel nacional uno de los grandes desarrollos tecnológicos de la ciencia universitaria en la UNAM. El Centro de Investigación sobre la Fijación de Nitrógeno consiguió desarrollar un producto que protege la raíz, fija el nitrógeno en las plantas y ayuda a su desarrollo reticular.
Este centro de investigación que hoy es de Ciencias Genómicas en materia de biofertilización ha recibido un gran reconocimiento mundial y desde 1999 Marcel Morales comenzó a trabajar la idea de un convenio para que su empresa y el desarrollo tecnológico pudieran trabajar juntos. Finalmente consigue su propósito y desde finales de la década anterior BIOFÁBRICA es la Pyme que hace posible que este producto se comercialice en nuestro país, no sin pocos problemas.
En el año 2000 México lanzó un programa para impulsar la biofertilización que consiguió incorporar a tres millones de hectáreas a nivel nacional a la nueva dinámica. Lamentablemente, con la llegada de Vicente Fox a la Presidencia el «Rey del Ajo», su «ilustre» y «afamado» «Mejor Secretario de Agricultura» a nivel nacional –según palabras de Vicente Fox– no le concedió importancia al proyecto a pesar de que fertilizar una hectárea con productos derivados del petróleo, nocivos a la tierra y al organismo humano, cuesta tres mil pesos y la fertilización con este recurso cuesta 200 pesos para la misma superficie.
Por supuesto que en México nada importa que los resultados de incrementos en la productividad de la tierra sean tan notorios; en maíz incrementó 25 por ciento la cosecha, 30 por ciento en trigo, 30 por ciento en cebada, frijol y otros. En el año 2000 se tomó la decisión de desaparecer el programa de fertilización con este producto y desde entonces descansa sobre esta empresa la comercialización del producto.
Lamentablemente el INIFAP, organismo gubernamental que sólo debe de certificar y promover la fertilización por estas vías biológicas y evitar fraudes con productos que dicen ser fertilizantes, cuando en realidad son sólo tierra, en lugar de trabajar para estos menesteres esta ahora vendiendo también kilos de biofertilizantes, cosa que acaba haciéndole la competencia desleal a una Pyme que se la ha jugado por México y que ha remado contra corriente.
Esta Pyme produce 400 mil dosis por año y entrega ya su producto, este desarrollo tecnológico mexicano, universitario, a 12 estados del país con magníficos resultados.
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Participación de Biofabrica Siglo XXI en el Seminario Nacional Insumos para la Producción Agrícola. CEDRSSA.
El día martes 18 de octubre de 2011, se llevó acabo el Seminario Nacional para la Producción Agrícola por parte del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Este seminario contó con la presencia de  distintas personas provenientes de universidades de la republica mexicana, asociaciones civiles, así como diversas instituciones del ámbito publico y privado.
Algunas de dichas instituciones fueron la Universidad Autónoma Antonio Narro, Semillas Ceres, la Asociación Mexicana de Productores de Semillas, Biofabrica Siglo XXI, SAGARPA, la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquimicos, la Asociación de Agrónomos Parasitólogos, la Asociación Nacional de Usuarios de Riego y el Instituto Nacional de Ecología.
El objetivo del seminario fue el de intercambiar opiniones y experiencias en el ámbito de la producción agropecuaria, así como el de proponer estrategias para el aprovechamiento de insumos como las semillas, los fertilizantes y el agua, todos elementos fundamentales para los procesos productivos.

El encargado de inaugurar el seminario fue el diputado y presidente del Comité del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) Héctor Eduardo Velasco Monroy.
La dinámica del seminario fue la división por temas relevantes para la producción, quedando de la siguiente forma: tema 1 Semillas, tema 2 Fertilizantes y Agroquímicos, Tema 3 Agua y Energía.
Dentro de la primera mesa se recalco la importancia de las semillas para la producción nacional y el auto abastecimiento pues no solo es el elemento primario para la producción, sino que su calidad es determinante para la competitividad en el mercado internacional, además de poner a debate la importancia del aumento de la producción del país, pues el crecimiento demográfico prospectivo requiere dicha medida de manera inmediata.
La mesa de fertilizantes y agroquímicos fue la encargada de llevar un tema olvidado a la agenda del seminario, el tema de la biofertilizacion en México. El Dr. Marcel Morales Director y Fundador de Biofabrica Siglo XXI, fue el encargado de recalcar la importancia de estos productos para la producción en México, ya que su costo es inferior al de los fertilizantes químicos usados regularmente en la agricultura, dando mayores ventajas a los productores además de   representar un beneficio para las plantas en cuanto a crecimiento y nutrición.

En esta segunda mesa y a raíz de la exposición el Dr. Marcel Morales el Diputado Javier Bernardo Usabiaga Arroyo hablo de la necesidad de un nuevo marco normativo para la implementación de los biofertilizantes en México, pues el país cuenta ya con leyes regulatorias de organismos genéticamente modificados, leyes en materia de bioenergéticos, pero nada en materia de biofertilizacion.
En la tercer mesa se hablo de la importancia de la captación de agua para riego y el uso racional de la misma en el producción agrícola. México es rico en yacimientos de agua tanto a nivel superficial pero de la misma forma a nivel subterráneo. Sin embargo la captación es algo que se debe de hacer inclusive con el agua de lluvia como recalco el Dr. Manuel Anaya Garduño del Colegio de Post graduados, para el mayor aprovechamiento de la misma.
Diversos son los problemas con el agua en México y la contaminación es uno de los principales, así como la reutilización de ella en los procesos de agricultura.
El camino por andar en materia de insumos agrícolas en México es largo, los acuerdos entre productores, gobiernos y empresarios es sumamente necesario y prioritario, la implementación de nuevos marcos regulatorios es algo que no se debe olvidar pues solo a través de ellos se podrá comenzar a dar marcha a un proyecto de nación que debe ser incluyente, eficiente y pueda ser competitivo a nivel internacional además de ser autosuficiente para el consumo.
México cuenta con grandes iniciativas a nivel empresarial, académico y de gobierno, la necesidad y sobretodo la efectividad con la cual se conjuguen todas podrá dilucidar un proyecto nacional que apunte a la soberanía alimentaria y un desarrollo integral del campo, tan necesario y buscado en el país.

El día 5 de octubre se realizaron dos visitas a parcelas demostrativas ubicadas en el Estado de Morelos. El objetivo de las visitas fue observar los resultados obtenidos en plantaciones de cacahuate con el uso de nuestros productos Micorrizafer y Rhizofer en comparación con el tratamiento testigo de abono de corral mas fungicidas químicos.

En las primeras parcelas visitadas, ubicadas en Ahuehuetzingo, Morelos, los productores sembraron cuatro parcelas utilizando 1 combo de Micorrizafer + Rhizofer y un fungicida químico. De las cuatro parcelas sembradas tres fueron inoculadas al pie de la planta a las 2 semanas del brote y la parcela restante fue fertilizada a través de la inoculación de las semillas, obteniendo un brote a los 6 días. La aplicación de nuestros productos fue totalmente nueva para los productores, nunca antes habían llevado a cabo el proceso de biofertilización.

En las segundas parcelas visitadas en Morelos, se compararon plantaciones de cacahuate con tratamiento testigo y aquellas fertilizadas con 2 combos de Micorrizafer + Rhizofer.

La diferencias fueron importantes pues en las plantaciones que habían sido biofertilizadas con nuestros productos se encontraron plantas con abundante follaje, tallos gruesos y mas cacahuates, mientras que en las que habían sido fertilizadas con tratamiento testigo de abono de corral y fungicidas, se apreciaron plantas con follaje reducido, tallos delgados y pocos cacahuates.

Resultados.

Los resultados que los productores pudieron observar consistieron en el incremento en cuanto a follaje de la planta, grosor de tallos, mayor formación de nódulos en la raíz y un mayor numero de cacahuates obtenidos.

Cabe destacar que las parcelas fertilizadas con Micorrizafer y Rhizofer obtuvieron un resultado en rendimiento promedio de 2,5 toneladas por hectárea en comparación al testigo con abono de corral que genero una sola tonelada por hectárea.

Además del rendimiento superior que se obtuvieron en las plantas biofertilizadas con Micorrizafer y Rhizofer su aspecto era notablemente mejor que aquellas que no habían sido biofertilizadas. Pues las plantas biofertilizadas con Micorrizafer y Rhizofer presentaban una mejor coloración, mejores tallos, follaje y raíces mas grandes y gruesas con una mayor cantidad de nódulos y mas cacahuates.


Fuente: Gomez Oscar, «Biofertilizantes, una alternativa para el pueblo chiapaneco», en El Economista, Chiapas, Lunes 3 de Octubre de 2011, pagina 9.
Ahorra hasta 50% en riego y fertilizantes químicos. Se obtienen mejores resultados en el cultivo y la producción
San Cristóbal de Las Casas. EN UN recorrido por una parcela muestra en la Secretaría del Campo (Secam), Marcel Morales Ibarra, director general de la Biofábrica Siglo XXI, dio a conocer que “nuestros biofertilizantes son objeto de estudio en centros de excelencia de investigación en México, como la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México], que es reconocida como vanguardista en esta materia a nivel internacional”.
Recordó que desde hace tres décadas la UNAM creó el Centro de Investigación de Fijación de Nitrógeno, hoy Centro de Ciencias Genómicas, con lo que se le dio un fuerte impulso a la investigación sobre las bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico, que es el principio por el que se crean los biofertilizantes como alternativa en la producción agrícola del país.
“En 2004 se funda Biofábrica Siglo XXI, S. A de C. V., la cuál estableció un convenio de colaboración con la UNAM”, anexó.
Reveló que estos biofertilizantes ya fueron aplicados en el país, al ser incorporados en 1999 y 2000 al programa de Alianza para el Campo de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa), en el que se utilizaron cerca de 3 millones de hectáreas para diversos cultivos a nivel nacional, estando a cargo del seguimiento y evaluación de este programa el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
“Desde entonces fertilizamos aproximadamente 200,000 hectáreas cada año y tenemos presencia en 20 estados de la república mexicana, en diversos cultivos y zonas agronómicas”, anexó Morales Ibarra.
A partir del 2011 los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI participan en investigaciones en materia de bio-remediación de suelos y agua en Canadá, con el respaldo de prestigiosos centros de investigación como la Universidad de Montreal y MC Gill University. El biofertilizante es un producto a base de microorganismos benéficos (bacterias y hongos) que viven asociados o en simbiosis con las plantas y ayudan a su proceso natural de nutrición, además de ser regeneradores del suelo.
Estos microorganismos se encuentran de forma natural en suelos que no han sido afectados por el uso excesivo de fertilizantes químicos u otros agroquímicos, ya que éstos disminuyen o eliminan dicha población.
Marcel Morales afirma que protegen a las plantas ante microorganismos patógenos del suelo, fijan el nitrógeno del medioambiente para la alimentación de la planta, estimulan el crecimiento del sistema radicular de la planta, mejoran y regeneran el suelo, incrementan la solubilización y la absorción de nutrientes “como el fósforo, que de otra forma no son de fácil asimilación natural por la planta”, incrementan la tolerancia de la planta a la sequía y la salinidad, ahorrando en riego hasta 50 por ciento.
Los biofertilizantes también permiten un mayor aprovechamiento de fertilizantes químicos, por lo que se recomienda su disminución hasta en 50%, obteniendo mejores resultados productivos.
“Al usar los productos de Biofábrica se tiene un incremento significativo en la productividad, ya que se disminuyen costos y existe una mayor respuesta productiva”, aseveró Morales Ibarra.
Marcelo Morales explicó en entrevista que tomando el caso del maíz, “en una hectárea más o menos fertilizada tú gastas de 5,000 a 7,000 pesos por hectárea, si estamos hablando que ahorras el 50%, ahorras de 3,000 a 4,000 pesos, [es decir que] si aplicas el biofertilizante gastas 300 [en el producto] y ahorras 3,000, con un incremento en población”.
Además relató que en las parcelas visitadas la población de milpas y elotes era de mayor tamaño en comparación con las que, según personal de la Secam, han recibido 100% de fertilizante químico. Y calcula que usando biofertilizantes en una hectárea de maíz se obtendrán de 10 a 11 toneladas. “Nuestros productos tienen la certificación de la [Comisión Federal para la protección contra Riesgos Sanitarios] Cofepris, de la Secretaría de la Salud [SS]; están registrados como un insumo orgánico, la empresa está certificada como empresa científica y tecnológica por el [Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología] Conacyt”, aseveró Morales Ibarra.

Los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI han sido garantizados en el uso de la caña de azúcar en otros estados como Morelos, donde el rendimiento nacional de la caña de azúcar varía entre 70 y 112 toneladas por hectárea; “en el siguiente estudio conseguimos alcanzar rendimientos de hasta 180 toneladas por hectárea, lo que representa un incremento considerable, ya que este aumento de producción se traduce en un mayor ingreso para el productor, además de reducir una parte de los costos de fertilización”.
 

El pasado siete de septiembre asistimos a un día demostrativo organizado por Firco Tlaxcala. El objetivo del evento fue mostrar a ejidatarios de la región y técnicos de Firco las parcelas demostrativas establecidas con maíz biofertilizado con Azofer y Micorrizafer y fertilizado con composta. Al evento asistieron varios representantes de Firco, entre los que destaca el Ing. Armando Figueroa, y alrededor de 300 campesinos y técnicos. La visita se estructuró con un recorrido inicial en las parcelas experimentales y con un taller realizado en el auditorio del ejido en donde se explicó a detalle la metodología usada en el montaje de las parcelas experimentales y se hizo promoción a otros productos de uso agrícola.

Figura 1) Recorrido en las parcelas demostrativas

Resultados en la parcela demostrativa:

La parcela experimental se estableció en dos hectáreas divididas en tres tratamientos:

1) ½ hectárea con media tonelada de composta más los biofertilizantes Azofer y Micorrizafer (media dosis en 10 kg de maíz) (Figura 2),

2) ½ hectárea con los biofertilizantes Azofer y Micorrizafer,

3) una de hectárea con una tonelada de composta sin fertilizante químico o biofertilizante. Este tratamiento es el que a últimas fechas (tres años) aplica el dueño de la parcela, el cual ha sustituido paulatinamente la fertilización química por la aplicación de materia orgánica composteada en sus instalaciones, con el fin de realizar la conversión a producción orgánica de maíz. La composta que aplica es preparada según una receta de la universidad de Chapingo. Su elaboración incluye 50% de estiércol, 20% de tierra, 20% de materia vegetal seca, 5% de cal y 5% de ceniza. El Maíz sembrado fue una variedad criolla de la región.

Durante la visita, el dueño de la parcela comentó que la misma estuvo expuesta a una sequía, a una helada y a un tornado. A pesar de esto se observo una notable mejoría de la parcela con biofertilizante y composta (Figura 3, cuadro 1), la cual tenía plantas notablemente más grandes, fuertes y con un color más intenso. Con respecto a la parcela que sólo contenía composta (Figura 3, cuadro 3). La parcela que sólo fue sembrada con biofertilizante (Figura 3, cuadro 2) también se encontró notablemente mejor que la parcela control, aunque con un tamaño y color de la milpa menor con relación a la que contenía también composta. Otro efecto importante aportado por los biofertilizantes Azofer y Micorrizafer fue una mayor resistencia a la sequia, ya que el tratamiento control fue el único que no la soportó, lo que provocó que este tratamiento tuviera que ser resembrado.

Al final del recorrido se comentó que la producción esperada por hectárea para el tratamiento con biofertilizantes más composta es de 2 ton/ha, contra una producción estimada de 1 ton/ha en el tratamiento control. Esta producción es muy baja, no obstante, es notable su ocurrencia dada la alta exposición a los fenómenos climáticos (Sequia, helada y un tornado).

Albertina González Márquez*

¿Se ha preguntado qué se hace por los problemas ambientales como el cambio climático, aguas contaminadas o degradación de suelos? Varios de estos problemas se originan por afectaciones provocadas en el suelo, en la forma de hacer agricultura, e incluso en las consecuencias negativas que acarrea el uso descontrolado de los fertilizantes químicos.

El campo necesita utilizarse de forma responsable y sustentable a través de tecnologías que favorezcan la productividad y la calidad de los cultivos, utilizando de forma óptima los insumos requeridos, reduciendo costos. Todos estos aspectos pueden ser impactados a través del uso de los biofertilizantes.

Todas las definiciones de biofertilizante coinciden con los siguientes elementos: es una sustancia que contiene microorganismos vivos, los cuales, cuando se aplican a semillas, superficies de plantas o suelos, colonizan la rizosfera o el interior de la planta, y promueven el crecimiento al incrementar el suministro o la disponibilidad de nutrientes primarios a la planta huésped.

La acción de introducir hongos y/o bacterias a la semilla, al suelo o a los sistemas de riego en cultivos de leguminosas, gramíneas, hortalizas y frutales, principalmente, se le conoce como inoculación. Generalmente los beneficios se traducen en mayor desarrollo de la raíz y rendimiento en el grano. Los resultados a través del tiempo son suelos más ricos en contenidos de materia orgánica y nutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, calcio, entre otros).

El éxito en el proceso de inoculación depende de factores como la cantidad de luz, la temperatura, el tipo de suelo, las regiones climáticas, la mezcla con otros biofertilizantes y agroquímicos, la caducidad de los productos, entre otros. Estos aspectos requieren de un proceso de capacitación y acompañamiento por lo que varias dependencias gubernamentales y empresas particulares dedicadas a la producción de biofertilizantes ayudan a entender cómo usar la tecnología para lograr los mejores beneficios.

Los biofertilizantes se clasifican en dos grupos: de acción directa e indirecta. Los primeros agrupan microorganismos que habitan en algún componente de los tejidos vegetales, y por ello la acción benéfica se realiza en la planta y no en su medio circundante, es el caso de la Fijación Biológica de Nitrógeno (FBN) y las micorrizas. En tanto, en la acción indirecta la biofertilización es aprovechada primero por el suelo y lo transmite hacia los cultivos, pertenecen a este grupo los mecanismos de acción que trabajan en la solubilización de nutrientes como el fósforo.

En la agricultura, el nitrógeno es el principal nutriente para el crecimiento de las plantas. A pesar de que 78 por ciento del aire sea nitrógeno gaseoso, no puede ser aprovechado por las plantas, por lo que se requiere de un proceso para que sea transformado en una presentación de fácil asimilación para la raíz de la planta como son: nitritos, nitratos y amonio. La enzima nitrogenasa se encarga de transformar (fijar) el nitrógeno gaseoso en amonio, este proceso es conocido como FBN.

Al respecto, la bacteria Azospirillum tiene capacidad para fijar nitrógeno gaseoso a las raíces, que conlleva a mayor superficie de absorción de nutrientes y por consecuencia mejor crecimiento de las plantas. Se han realizado diversos experimentos para evaluar sus efectos en distintos cultivos, suelos y condiciones climáticas, y los resultados son alentadores, con éxitos de 60 a 70 por ciento de los casos y con rendimientos en los cultivos de cinco a 30 puntos porcentuales mayores.

Por su parte, las micorrizas son una estructura formada por la raíz de la planta y el micelio de un hongo que da lugar a una relación simbiótica, formando un sistema de absorción que permite proporcionar agua y nutrientes a la planta; además de desempeñar tres roles: biofertilizante, agente de control biológico y bioindicador del estado de la salud del suelo. Basado en estos elementos, un estudio del INIFAP ha reportado rendimientos de cultivos micorrizados que van desde 11.5 por ciento de mejora para el maíz, hasta 22.1 por ciento en el frijol.

Las ventajas de su uso son:

  • Pueden usarse en combinación con productos químicos para lograr un uso más racional de los materiales sintéticos, con lo que es posible mejorar significativamente el aprovechamiento por la planta, al tiempo que disminuyen los niveles de desperdicio y contaminación, incluso se reportan, en algunos casos, mejores rendimientos trabajando juntos.
  • Intervienen diferentes microorganismos que en conjunto pueden lograr la fertilidad, estabilidad y funcionamiento de los suelos.
  • En la actualidad existen diversos productos comerciales que son fáciles de conseguir.

*Ing. Biomédica y M.C. por la Universidad Autónoma Metropolitana. Gerente de Servicios Tecnológicos a Pymes en la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM.

Artículo publicado por el Suplemento Investigación y Desarrollo, 31 de agosto de 2010.

Bajo la premisa de lograr la aplicación de alternativas ecológicas en el campo mexicano, una empresa, nacida en el 2004, empuja el uso de biofertilizantes entre los productores agrícolas del país.

 

Por Alejandra Aguilar*

 

Biofábrica Siglo XXI nace con el objetivo de hacer llegar estos productos desarrollados tecnológicamente a los agricultores. “En el campo no se podrá avanzar si estos desarrollos tecnológicos no llegan a los productores”, aseguró el gerente comercial de la compañía, Fabián Soto.

El uso de biofertilizantes, dijo, genera dos principales ventajas sobre los fertilizantes químicos: reduce hasta 50% los costos de la producción y aumenta hasta 30% la cantidad de cosecha. En el país, esto productos naturales fueron desarrollados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y, hace seis años, la máxima casa de estudios y la entonces naciente Biofábrica firmaron un convenio de exclusividad para que esta última produjera y comercializara los biofertilizantes.

Compromiso social

En el campo mexicano “hay productores que realmente requieren de apoyos para cosechar”, describió Soto Martínez, “los biofertilizantes pueden sr un aliado para ellos, por sus precios competitivos y sus ventajas en la producción”. Además de ofrecerlos de manera comercial, la pequeña y mediana empresa (Pyme) impulsa la distribución de sus productos a través de los estados y municipios; es el caso de Guerrero y Michoacán, donde las autoridades destinan ciertos recursos para adquirir los biofertilizantes y repartirlos entre los productores.

Única en su tipo

El acuerdo con la UNAM, permite a Biofábrica diferenciarse del resto de las empresas que ofrecen biofertilizantes en el país, ya que produce y comercializa a los biológicos, mismos que están certificados por la Secretería de Salud (Ssa) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). “El 98% de las empresa que ofrecen estos productos sólo comercializa productos productos que por lo general provienen de Estados Unidos”, aseguró Soto Martínez, entrevistado por El Economista.

Esfuerzo sostenido

En su poco más de un lustro de vida, la empresa ha llegado a 15 entidades del país, donde sus productos son utilizados en al menos 5,000 hectáreas de cultivos. Las entidades donde actualmente tiene más presencia son Guerrero, con alrededor de 140,000 hectáreas cultivadas con biofertilizantes de Biofábrica; Chihuahua, con 40,000, Oaxaca y Zacatecas, con 35,000 cada una.

El próximo año, adelantó el empresario, entrarán en Chiapas y triplicarán su presencia en Oaxaca. Para el 2013, la meta de Biofábrica es tener presencia en todo el país. “En estos años, los resultados han sido buenos. Hemos intentado, me atrevo a decir con éxito, la creación de un mercado para un producto nuevo, que debe romper inercias tanto de productores como de gobiernos. No es una labor nada fácil, pero hay que voltear a otra forma de cultivar, los beneficios serán increíbles”, dijo.

Antecedentes

En 1994 inició operaciones Asesoría Integral Agropecuaria y Administrativa (ASIA), con la función de brindar asistencia técnica y la capacitación a productores del campo. Cuatro años después, el gobierno federal, encabezado entonces por el Presidente Vicente Fox, decidió trasladar al sector productivo rural un desarrollo tecnológico de la UNAM: los biofertilizantes. El esfuerzo duró apenas un par de años, hasta le cambio de gobierno, en el 2000, cuando se interrumpió el proyecto. En ese momento, ASIA decidió dedicar su labor a incorporar estos productos al circuito comercial por lo que firmó un convenio con la máxima casa de estudios. A través de éste obtiene la exclusividad de la producción y comercialización de los biofertilizantes y para ello constituye un brazo operativo, al que le da el nombre de Biofábrica Siglo XXI.

*Nota publicada por el diario El Economista, Miércoles 7 de julio de 2010.