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Aunque el cambio climático es uno de los problemas ambientales más urgentes, las políticas gubernamentales para su abatimiento no han sido suficientes. “En conferencia de prensa en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), el doctor Fernando Briones, y a través de videoconferencia los expertos Ben Jong y Armando Ruiz expusieron su preocupación por los efectos que genera el cambio climático. Precisaron que aunque a México se han canalizado más de 100 mil millones de pesos para mitigar esta situación, que no se ha logrado el efecto deseado, por lo que debe haber cambios en la política de este rubro.”1

Es importante destacar que el cambio climático no ha sido reconocido oficialmente ni por el Presidente Barack Obama ni por el Secretario del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos como una de las principales causas de la sequía en los Estados Unidos de América y la cual afecta gravemente la producción de granos.

Según un estudio publicado el 22 de abril de 2012 en el periódico Nature Climate Change2, la volatilidad de los precios de los alimentos podría estar mucho más relacionada con el cambio climático que con otros factores como el precio del petróleo y las políticas de mercado aunque la producción de biocombustibles también podría afectar de manera palpable.

El análisis encontró que una tendencia moderada de calentamiento puede incrementar el número de días de calor severo en la temporada de siembras lo que dobla la volatilidad de los rendimientos en granos.

Esto es de particular importancia ya que el estudio sugiere que para mitigar estos efectos en la producción, los agricultores tendrían que cambiar la producción de los Estados Unidos a Canadá (lo cual es inconcebible) o bien, desarrollar variedades más tolerantes a las altas temperaturas.

Es por esto que los métodos tradicionales de producción agrícola deben ser revisados a detalle para mejorar sus procesos e innovar de modo que se protejan los cultivos y sean más resistentes a sequías y heladas sin dañar al ambiente.

Los biofertilizantes de Biofabrica Siglo XXI son una alternativa ecológica y sustentable que vuelven a la planta más resistente a los efectos climáticos negativos además de que mejoran los suelos, lo cual es un asunto de mayor importancia, ya que se necesitan soluciones que en el largo plazo garanticen el cuidado de la Tierra.

1 Carolina Gómez, ”Se destinaron más de 100 mil mdp para mitigar cambio climático, sin resultados: Ciesas”, en La Jornada en Línea, consultado el 28 de agosto de 2012 en https://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/08/24/13462158-se-destinaron-mas-de-100-mil-mdp-para-mitigar-cambio-climatico-sin-resultados-ciesas
 
2 Stephanie Strom, “Climate Change to Affect Corn Prices, Study Says” en The New York Times, consultado el 28 de agosto de 2012 en https://www.nytimes.com/2012/04/23/business/climate-change-effect-seen-for-corn-prices.html?_r=1&ref=foodprices
 

 

Por medio de la preparación de fertilizantes biológicos, integrantes de la Unidad de Bioprocesos (UBP) del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, desarrollan métodos altamente productivos y benéficos para los mexicanos, en especial para el sector agrícola.
El proyecto, que hace en colaboración con la empresa Biofábrica Siglo XXI, y con apoyo del Conacyt, consiste en una formulación de medios de cultivo que permiten el mejoramiento del producto de fermentación (incremento de las poblaciones bacterianas) de Azospirillim brasilense, Rhizobium etli y Sinorhizobium meliloti.
Asimismo, mantiene sus características funcionales, fisiológicas y metabólicas, para establecer una simbiosis eficiente con la planta y el crecimiento vegetal, lo que permitirá mayor producción y la optimización del suelo a menor costo.
Mauricio A. Trujillo Roldán, director de la Unidad, explicó que esa instancia universitaria proporciona servicios y apoyo para el desarrollo, innovación y optimización de procesos biotecnológicos con el uso de biorreactores. “La UBP tiene vasta experiencia en proyectos de estudio que involucran el desarrollo y la optimización de procesos de fermentación, separación y purificación de productos biotecnológicos”.

 
 
 
 
En ese espacio se realiza investigación básica y aplicada para acercar a la industria. “Somos un eslabón en la relación universidad-sector productivo, porque hacemos los experimentos en tamaño piloto, para demostrar la factibilidad de los procesos y su posible comercialización”, dijo.
También, llevan a cabo pruebas de artículos que ya se encuentran en el mercado, pero que requieren ser estudiados. Para ello, cuentan con una serie de biorreactores en los que desarrollan, por ejemplo, un biofertilizante a base de microoganismos, en especial bacterias y hongos que viven asociados o en simbiosis con las plantas, que contribuyen de forma natural a la nutrición y crecimiento de estas últimas.
En la UBP los universitarios desarrollan fertilizantes biológicos en escalas desde 10 hasta mil litros, “las pruebas a mil litros son envasadas, y por medio de la empresa, se llevan al campesino para que las aplique en siembras de maíz, caña, cacahuate, sorgo y fríjol, entre otros”.
La empresa Biofábrica Siglo XXI proporciona las bacterias específicas para estos plantíos, licenciadas para su comercialización a nivel nacional por la UNAM, y ellos las producen en volúmenes de hasta mil litros. Los cultivos bacterianos ya formulados y envasados tienen hasta dos años de vida útil a temperatura ambiente, pues mantienen a las bacterias vivas durante ese lapso, “lo que no había sido posible y, al parecer, ningún mercado del mundo lo ha logrado”.
Además, en colaboración con esa firma, han realizado pruebas experimentales en caña de azúcar, cuyos rendimientos se han duplicado. Con ello se estaría en posibilidad de aumentar el promedio nacional de producción de este insumo, que es del orden de 70 toneladas por hectárea.
Se trata de rendimientos considerables. En términos generales, se puede decir que los biofertilizantes tienen un costo para el productor de sólo 10 por ciento del gasto de la fertilización química. Al aplicar 250 mililitros del fertilizante biológico combinado con productos químicos por hectárea, se invierte en promedio de 300 a 400 pesos, mientras que el uso de químicos en una hectárea vale entre seis mil y 10 mil pesos.
Fuente: La Jornada en línea. 26/08/2012
https://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/08/26/111241533-producen-en-la-unam-fertilizantes-biologicos-en-beneficio-del-sector-agricola

El día 5 de octubre se realizaron dos visitas a parcelas demostrativas ubicadas en el Estado de Morelos. El objetivo de las visitas fue observar los resultados obtenidos en plantaciones de cacahuate con el uso de nuestros productos Micorrizafer y Rhizofer en comparación con el tratamiento testigo de abono de corral mas fungicidas químicos.

En las primeras parcelas visitadas, ubicadas en Ahuehuetzingo, Morelos, los productores sembraron cuatro parcelas utilizando 1 combo de Micorrizafer + Rhizofer y un fungicida químico. De las cuatro parcelas sembradas tres fueron inoculadas al pie de la planta a las 2 semanas del brote y la parcela restante fue fertilizada a través de la inoculación de las semillas, obteniendo un brote a los 6 días. La aplicación de nuestros productos fue totalmente nueva para los productores, nunca antes habían llevado a cabo el proceso de biofertilización.

En las segundas parcelas visitadas en Morelos, se compararon plantaciones de cacahuate con tratamiento testigo y aquellas fertilizadas con 2 combos de Micorrizafer + Rhizofer.

La diferencias fueron importantes pues en las plantaciones que habían sido biofertilizadas con nuestros productos se encontraron plantas con abundante follaje, tallos gruesos y mas cacahuates, mientras que en las que habían sido fertilizadas con tratamiento testigo de abono de corral y fungicidas, se apreciaron plantas con follaje reducido, tallos delgados y pocos cacahuates.

Resultados.

Los resultados que los productores pudieron observar consistieron en el incremento en cuanto a follaje de la planta, grosor de tallos, mayor formación de nódulos en la raíz y un mayor numero de cacahuates obtenidos.

Cabe destacar que las parcelas fertilizadas con Micorrizafer y Rhizofer obtuvieron un resultado en rendimiento promedio de 2,5 toneladas por hectárea en comparación al testigo con abono de corral que genero una sola tonelada por hectárea.

Además del rendimiento superior que se obtuvieron en las plantas biofertilizadas con Micorrizafer y Rhizofer su aspecto era notablemente mejor que aquellas que no habían sido biofertilizadas. Pues las plantas biofertilizadas con Micorrizafer y Rhizofer presentaban una mejor coloración, mejores tallos, follaje y raíces mas grandes y gruesas con una mayor cantidad de nódulos y mas cacahuates.