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Después de que terminara la Segunda guerra mundial (finales de 1945) se buscó una manera de producir alimentos en suficiente cantidad para la población mundial. En 1940, surge en Estados Unidos un modelo de producción, llamado Revolución Verde. Era un modelo de agricultura intensiva que tenía la finalidad de aumentar rendimientos de los cultivos, en el que se siembran monocultivos y se usan insumos agrícolas como los fertilizantes químicos, plaguicidas y herbicidas. Ahora se sabe que los agroquímicos tienen efectos nocivos tanto para la salud de las personas como para el ambiente.
Es verdad que los fertilizantes químicos y en general, los insumos agrícolas, aumentan la productividad agrícola en los primeros años que se usan, sin embargo, se sabe que la productividad no se sostiene por mucho tiempo.
El uso de fertilizantes nitrogenados en el mundo aumenta año tras año y su precio también se incrementa, esto debido a que el petróleo es fundamental para su elaboración, tanto como materia prima como la energía derivada de este. Hace 30 años México producía los fertilizantes químicos que usaba, sin embargo ahora se importan más de la mitad. Considerando que las reservas de petróleo se están agotando y que su precio se elevará cada año, y que la demanda de los fertilizantes aumenta cada año, se espera que también el precio de los fertilizantes aumente en un mediano y largo plazo.
El nitrógeno en el suelo tiene un índice de asimilación muy bajo por los cultivos. Del total de nitrógeno que se incorpora al suelo, dependiendo del manejo y del tipo de fertilizante aplicado, más del 50% (hasta el 80%) es perdido del suelo por la lixiviación (lavado por el agua hacia el subsuelo). Se lavan el nitrato orgánico o formas de nitrógeno orgánico que se pueden disolver en agua. El nitrógeno se pierde también por la volatilización de los gases que se producen en el suelo, amonio, óxido nítrico y óxido nitroso.

Parte del nitrógeno no utilizado termina en ríos, lagos y mares causando la eutrofización de los mantos de agua, lo que significa que aumentan las concentraciones de nutrientes. La eutrofización provoca que algunos tipos de organismos crezcan de más, como algunas algasa que crecen tanto que no dejan pasar la luz a través del agua, lo que limita la producción en estuarios (sitio donde se une un río con el mar) y costas, el resultado es que hay poca o nula producción pesquera. En sistemas terrestres, los pastos invadirán la tierra pues no hay limitante de nutrientes como el nitrógeno.
El consumo de agua con cantidades altas de nitratos tiene efectos en la salud de las personas. Los niños menores de 6 meses de edad desarrollan una enfermedad (metahemoglobinemia) que ocasiona que no puedan respirar y se vean de color azul. Algunos datos científicos han asociado el consumo de nitratos al desarrollo de algunos tipos de cáncer en humanos.
Los productos transformados de los fertilizantes nitrogenados que se liberan como gases, tienen efectos negativos en el ambiente. En el caso del óxido nítrico los efectos son locales, provocando por ejemplo, lluvias ácidas. Los efectos del óxido nitroso son globales, pues este es un gas de invernadero que causa un aumento de la temperatura global en el planeta y contribuye al cambio climático. Este gas también es responsable de romper el ozono que nos protege de los rayos ultravioleta.

Los fosfatos de los fertilizantes químicos también son responsables de la contaminación ambiental y se han asociado a la proliferación de unas bacterias muy antiguas en el planeta tierra, las cianobacterias, que pueden producir toxinas de alto riesgo para la salud. El consumo de estas toxinas en el agua se ha asociado a enfermedades nerviosas de gravedad semejantes al Alzheimer.
Dentro de los recursos con los que se cuenta actualmente para disminuir el uso de los fertilizantes químicos se encuentran compostas y biofertilizantes fijadores de nitrógeno como el Azospirillum brasilense y el Rhizobium étli así como hongos Micorrizicos o Micorrizas que ayudan a la solubilización de nutrientes como fósforo y potasio, asímismo existen productos orgánicos para el tratamiento de plagas de insectos y enfermedades al igual que prácticas de agricultura orgánica.
Extraído del Manual Teórico – práctico: Los Biofertilizantes y su uso en la Agricultura. SAGARPA – COFUPRO – UNAM. México, D.F. 2013.

Alarmante es la situación actual de los polos en el planeta, según los expertos, el Ártico podría quedar completamente libre de hielo dentro de 10 a 20 años, el derretimiento de las capas de hielo comienza a traer consecuencias ya irreversibles a los habitantes de las zonas polares así como a su fauna y flora local, lo que a su vez esta repercutiendo en una enorme liberación de Gases de Efecto invernadero (GEI ) que agravarán de forma exponencial los efectos del cambio climático en todo el mundo. Además de afectar de poco en poco el equilibrio natural del clima a nivel mundial.
Para evitar los impactos más catastróficos del cambio climático es necesario mantener el aumento de la temperatura global tan lejos de los 2ºC como sea posible.
Los polos actúan como un refrigerador natural del planeta y su pérdida incrementa por tanto los efectos del cambio climático, lo que implica a su vez el aumento de impactos, entre los que se encuentran la mayor proliferación e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos. La cubierta de hielo marino desempeña un papel crucial en la regulación del clima global ya que el hielo marino de color blanco refleja la radiación solar, mientras que el color oscuro del mar abierto, absorbe la energía del sol. A medida que el hielo del Ártico se derrite, menos energía se refleja hacia el espacio y más calor es absorbido por el océano, lo que conduce a un mayor calentamiento y aumenta el derretimiento del hielo.
Por esto, es de vital importancia entre otras acciones declarar un santuario global en el alto Ártico, que proteja este delicado ecosistema.
¿Qué pasaría en todos los rincones del planeta a la vez?
Aunque el deshielo del Ártico es un proceso regional, su impacto es global. De hecho, se estima que la desaparición de la gran superficie reflectante del hielo ártico determinaría un efecto de calentamiento equivalente a dos décadas de emisiones globales de gases de efecto invernadero
Hasta hace un tiempo, una gruesa capa de hielo marino absorbía la energía de las olas más grandes, lo que les impedía chocar contra las playas y acantilados, pero a medida que el hielo marino se derrite, desaparece este sistema natural de control y deja vía libre para que el mar erosione las costas de la región e inunde pueblos costeros
El descenso de la capa de hielo favorece además que estas aguas absorban dióxido de carbono (CO2), lo que lleva a una progresiva acidificación del océano Ártico, un problema potencialmente desastroso para organismos marinos.

¿Pero en México que efectos traerá y ha traído el derretimiento de los polos?
México es un país con gran cantidad de biodiversidad con un tercio de su superficie situada geográficamente en una zona intertropical del hemisferio norte, lo que lo hace sumamente vulnerable a afectaciones por cambio climático.
En México, los efectos del cambio climático se han manifestado con una secuencia de desastres de origen hidrometeorológico con graves daños para la sociedad. Por un lado, se han presentado sequías como la de 1997, 1998 y 2008 que provocaron incendios forestales y pérdida de cosechas, que a su vez ocasionaron grandes pérdidas humanas y económicas en todo el país, sobre todo en el sureste mexicano.
En términos generales, se calcula que 15% del territorio, 68.2% de su población y 71% del Producto Interno Bruto (PIB) se encuentran altamente expuestos al riesgo de los impactos adversos directos del cambio climático. Asimismo, se estima que 56.7% de los municipios que conforman la nación se encuentran catalogados en alto riesgo de desastre por efectos del cambio climático. Los sistemas naturales, sociales, productivos y económicos de México son muy vulnerables ante los efectos previsibles del cambio climático. Actualmente México es uno de los países con los ecosistemas marinos más frágiles y vulnerables ante los impactos de los fenómenos naturales. Un ejemplo es la acidificación de los océanos.
La influencia del cambio climático en la biología y en la distribución de seres vivos podría favorecer la expansión de plagas como la procesionaria o de especies invasoras. De esa manera, se distorsionará la habilidad competitiva de las especies y se modificará la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas.
La sequía como uno de los principales peligros climáticos para México: Este impacto deriva de la alteración de los patrones del régimen pluvial , las cuales en años recientes han afectado de manera grave al país generando perdidas millonarias en la agricultura y dejando a gran parte de las poblaciones en zonas rurales en malas condiciones. La respuesta a este tipo de fenómenos ha traído y seguirá trayendo flujos migratorios en busca de mejores condiciones, lugares y recursos para sobrevivir.
El aumento de los niveles del mar: “El aumento en el nivel del mar como resultado del calentamiento global tendrá diferentes efectos ambientales sobre los sistemas costeros tales como tormentas, inundaciones, pérdida de humedales, erosión, intrusión de agua salada y aumento en los niveles freáticos. Dichos efectos, tendrán además impactos socioeconómicos directos e indirectos sobre el turismo, los asentamientos humanos, la agricultura, el suministro, la cantidad y calidad de agua dulce, las pesquerías, así como los servicios financieros y de salud, afectando a la población residente.”
Las alternativas para mitigar el cambio climático y el derretimiento de los polos existen y se han implementado en diversos países, sin embargo distamos mucho de poder sobrellevar la situación, de ahí que se hayan ya descartado datos oficiales del Panel Inetergubernamental de Cambio Climático debido al aumento no previsto del derretimiento de las capas de hielo en los polos y el aumento de la temperatura global.
Es necesario que tanto en el Ártico como en México, se tomen las medidas políticas de trascendencia generacional que permitan avanzar hacia un futuro focalizado en fuentes renovables de energía. Una de las principales alternativas es la diversificación de las fuentes de energía.
Los días en que el petróleo era barato y accesible están llegando a su fin. Mientras tanto, la seguridad energética de varias regiones está comenzando a ser vulnerable en términos globales. Si los tomadores de decisiones hacen conciencia de esto, las prospecciones petroleras en el mundo serán cada vez más innecesarias y las regiones prístinas como el Ártico y el Golfo de México, así como toda la biodiversidad que albergan dejarán de ser amenazadas.
Para consultar el artículo completo sobre el Ártico y los efectos del cambio climático en México acceda a: https://dona.greenpeace.org.mx/artico/toolkit/recursos_descargables/documento.pdf

Durante el Segundo Foro Nacional “Prospectivas de la Sanidad, Inocuidad, Calidad y Producción Convencional y Orgánica de los Alimentos”, el rector de la Universisdad Autónoma de Chapingo, Carlos Alberto Villaseñor Perea, expresó su preocupación por la calidad de los alimentos que se consumen en el país. De acuerdo con el Rector, lo mejor del país se exporta y el resto se queda en el país.

Aseguró que “en México existen 2 mil 300 sustancias de agroquímicos registradas y utilizadas en el campo, de los cuales el 90% son sintéticos y el 10% son bioplaguicidas. El 20% de éstos tiene alguna prohibición en el mercado de destino porque afectan a los alimentos.”[1]

El excesivo uso de agroquímicos no sólo afecta la fertilidad del suelo en ocasiones, de acuerdo al tipo de químico que se maneja, puede afectarla salud de los humanos, tanto de aquéllos que aplican los agroquímicos como de los consumidores finales.

Lo anterior afecta directamente al derecho de todas las personas a consumir alimentos inocuos. En los países en vías de desarrollo por ejemplo, el “70% de las 1500 millones de episodios de diarrea por año son causados por alimentos biológicamente contaminados. Esto causa cada año mas de 2 millones de muertes en niños menores de 5 años.”[2] Estos contaminantes biológicos pueden ser desechos humanos, microorganismos patógenos, estiércol usad como abono que no haya sido bien procesado entre otros.

Es por esta razón que si se opta por implementar un insumo biológico al proceso de producción, el agricultor debe verificar la reputación de la empresa y asegurarse que el producto cuenta con las certificaciones correspondientes que garanticen que no se pondrá en riesgo su cultivo ni la salud de las personas.

El problema se abatirá únicamente adoptando mejores prácticas agrícolas, lo cual es urgente bajo este escenario ya que el uso de algunos agroquímicos y pesticidas impacta en la salud porque:

  1. Pueden envenenar a quien los aplica
  2. Contaminan suelos y agua
  3. Los alimentos tienen menor calidad nutricional

Una manera de reducir el riesgo de contaminación de los alimentos por el uso de sustancias químicas es mediante la sustitución de estos productos por el uso de biofertilizantes de biofabrica, los cuales aumentan los rendimientos y mejoran los suelos, además de que está demostrado que el uso de nuestros productos enriquece el contenido proteico de los alimentos, tal es el caso del frijol. De acuerdo con el Dr. Humberto Peralta, investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM: “ El incremento de nitrógeno en la semilla repercute directamente en su calidad nutritiva y por ende, la semilla producida mediante el uso de esta bacteria como biofertilizante del cultivo es hasta 50% más nutritiva”[3]

La salud es asunto de seguridad nacional y todos debemos participar. Es por ello que de ninguna manera se pueden sacrificar salud y nutrición a cambio de alta productividad. Nuestros productos elevan ambos aspectos a la máxima eficiencia, es decir, se incrementan los rendimientos mientras que se obtienen cosechas más sanas y nutritivas además de que el costo es muy accesible, su uso no implica riesgos para quien los aplica y son muy fáciles de manejar.


[1] Javier Salinas Cesáreo, “Afecta a más de 90% de mexicanos la falta de sanidad de los alimentos” en La Jornada,  jueves 3 de ago. de 12. https://www.jornada.unam.mx/2012/08/03/ciencias
[2] Sander Essers, Inocuidad de Alimentos y Seguridad Alimentaria, FAO, 2005. https://www.fao.org/alc/legacy/iniciativa/cursos/Curso%202005/3prog/3_20.pdf
[3] Humberto, Peralta. “Biofertilizantes, alternativa sustentable para la Agricultura en México” en El Abasto, Panorama de la Distribución Alimenticia en México. GM Editores, 2006, p. 192.