Durante el Segundo Foro Nacional “Prospectivas de la Sanidad, Inocuidad, Calidad y Producción Convencional y Orgánica de los Alimentos”, el rector de la Universisdad Autónoma de Chapingo, Carlos Alberto Villaseñor Perea, expresó su preocupación por la calidad de los alimentos que se consumen en el país. De acuerdo con el Rector, lo mejor del país se exporta y el resto se queda en el país.

Aseguró que “en México existen 2 mil 300 sustancias de agroquímicos registradas y utilizadas en el campo, de los cuales el 90% son sintéticos y el 10% son bioplaguicidas. El 20% de éstos tiene alguna prohibición en el mercado de destino porque afectan a los alimentos.”[1]

El excesivo uso de agroquímicos no sólo afecta la fertilidad del suelo en ocasiones, de acuerdo al tipo de químico que se maneja, puede afectarla salud de los humanos, tanto de aquéllos que aplican los agroquímicos como de los consumidores finales.

Lo anterior afecta directamente al derecho de todas las personas a consumir alimentos inocuos. En los países en vías de desarrollo por ejemplo, el “70% de las 1500 millones de episodios de diarrea por año son causados por alimentos biológicamente contaminados. Esto causa cada año mas de 2 millones de muertes en niños menores de 5 años.”[2] Estos contaminantes biológicos pueden ser desechos humanos, microorganismos patógenos, estiércol usad como abono que no haya sido bien procesado entre otros.

Es por esta razón que si se opta por implementar un insumo biológico al proceso de producción, el agricultor debe verificar la reputación de la empresa y asegurarse que el producto cuenta con las certificaciones correspondientes que garanticen que no se pondrá en riesgo su cultivo ni la salud de las personas.

El problema se abatirá únicamente adoptando mejores prácticas agrícolas, lo cual es urgente bajo este escenario ya que el uso de algunos agroquímicos y pesticidas impacta en la salud porque:

  1. Pueden envenenar a quien los aplica
  2. Contaminan suelos y agua
  3. Los alimentos tienen menor calidad nutricional

Una manera de reducir el riesgo de contaminación de los alimentos por el uso de sustancias químicas es mediante la sustitución de estos productos por el uso de biofertilizantes de biofabrica, los cuales aumentan los rendimientos y mejoran los suelos, además de que está demostrado que el uso de nuestros productos enriquece el contenido proteico de los alimentos, tal es el caso del frijol. De acuerdo con el Dr. Humberto Peralta, investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM: “ El incremento de nitrógeno en la semilla repercute directamente en su calidad nutritiva y por ende, la semilla producida mediante el uso de esta bacteria como biofertilizante del cultivo es hasta 50% más nutritiva”[3]

La salud es asunto de seguridad nacional y todos debemos participar. Es por ello que de ninguna manera se pueden sacrificar salud y nutrición a cambio de alta productividad. Nuestros productos elevan ambos aspectos a la máxima eficiencia, es decir, se incrementan los rendimientos mientras que se obtienen cosechas más sanas y nutritivas además de que el costo es muy accesible, su uso no implica riesgos para quien los aplica y son muy fáciles de manejar.


[1] Javier Salinas Cesáreo, “Afecta a más de 90% de mexicanos la falta de sanidad de los alimentos” en La Jornada,  jueves 3 de ago. de 12. https://www.jornada.unam.mx/2012/08/03/ciencias
[2] Sander Essers, Inocuidad de Alimentos y Seguridad Alimentaria, FAO, 2005. https://www.fao.org/alc/legacy/iniciativa/cursos/Curso%202005/3prog/3_20.pdf
[3] Humberto, Peralta. “Biofertilizantes, alternativa sustentable para la Agricultura en México” en El Abasto, Panorama de la Distribución Alimenticia en México. GM Editores, 2006, p. 192.

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