Aguscalientes será testigo de una transformación en la producción agroalimentaria a través de la puesta en marcha del ambicioso e innovador  Agroparque Industrial.

Este Agroparque será una unidad agroindustrial basada en adelantos tecnológicos, pero, ¿Qué es exactamente un agroparque? Un agroparque es una unidad de producción y de negocios que tiene por objetivo generar hortalizas de excelente calidad, con un nivel de producción de alto rendimiento y con tecnología de punta que incorpora prácticas sustentables. No sólo se enfoca en la producción, sino también en el empaque, distribución y comercialización de los productos. Producción y negocios se encuentran en un solo punto trabajando de manera coordinada para conseguir los máximos beneficios.

En Jalisco, ya hay tres agroparques en funcionamiento (Ubicados en Tamazula, Etzatlán y Ferrería), los cuales han mostrado resultados positivos en cuanto a la generación de empleos así como la adopción de prácticas agrícolas que generen mayores rendimientos con cultivos más sanos, disminuyendo los riesgos de plagas y enfermedades.

En Aguascalientes, sin embargo, de acuerdo a al gobernador Carlos Lozano de la Torre, el Agroparque que se pondrá en marcha será modelo nacional en la producción, procesamiento y comercialización agroindustrial. Este proyecto cuenta con asesoría de expertos en la materia provenientes de la Universidad de Wageningen, Holanda, a través del Grupo Alterra. Holanda se ha distinguido por ser uno de los países con mayor éxito en el desarrollo de este concepto.

La semana pasada, el gobernador del estado junto con el Director del Fondo de Capitalización de Inversión para el Sector Rural (FOCIR), Francisco Javier Delgado Mendoza, y un grupo de empresarios mexicanos reconocidos en el ramo agroindustrial, asistieron a Holanda para dar seguimiento a los avances del Agroparque que se está construyendo en Aguascalientes.

Esta visita se dio en el marco de la Feria Floriade 2012 en la ciudad de Venlo (Feria de horticultura que se lleva a cabo cada 10 años en Los Países Bajos), la cual es muy importante porque a ella asisten empresarios de todo el mundo, lo cual representa una oportunidad de negocios además de que en la exposición se tratan temas relevantes para la producción hortícola, tal es el caso del uso de la biotecnología, tema al que se le asignó un área especial dentro de la agenda.

Entre el grupo de empresas que viajaron a Venlo, se encuentra Biofabrica Siglo XXI, elegida para tal evento especialmente por ser una de las mejores empresas científicas y tecnológicas en México, por su enfoque en investigación y desarrollo de productos biotecnológicos para la producción agroalimentaria, y por su extenso trabajo con los mejores centros de investigación en el país además de que es la empresa dedicada a los biofertilizantes con mayor experiencia en campo y con los mejores resultados en el agro mexicano. Biofabrica expuso en este importante evento avances y resultados en relación a los biofertilizantes. Próximamente estaremos dando más detalles sobre su participación por este mismo medio.

La nota completa de esta visita se puede consultar a través del siguiente vínculo: https://www.oem.com.mx/elsoldelcentro/notas/n2598907.htm

México se encuentra ante una crisis climática que trastoca los componentes social, productivo, económico y por supuesto ecológico debido a una devastadora sequía al norte del país. Estados como Baja California Sur, Sonora, Zacatecas, Durango, Aguascalientes, y Sinaloa se han visto gravemente afectados debido a la falta de lluvia.

Ante esta situación, la desesperación crece a la par de las pérdidas monetarias ( alrededor de los 150 mil millones de pesos de acuerdo con el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Cruz López Aguilar.[1]).

Lo peor del asunto es que nadie sabe cuando empezará a llover, se espera que sea para antes del 15 de julio, sin embargo nada está dicho.

No obstante, no todo está perdido. Ante este clima de incertidumbre, tecnología y sociedad se unen para encontrar una posible salida a tan grave problema, tal como lo relata el artículo publicado hoy, 5 de julio en el portal en línea de CNN Expansión titulado “Tiempos difíciles, soluciones oportunas”, en el cual se relatan tres casos de éxito en materia de inversión en tecnología agrícola para paliar la sequía. La pregunta es: ¿a qué costo?

El primer caso corresponde al agricultor chihuahuense Johan Klassen quien “en mayo de 2011 invirtió 200,000 pesos en herbicidas para sus 135 hectáreas de campo. Buscó hacer la cosecha más resistente a plagas y evitar el crecimiento de plantas indeseadas, «ladronas de agua». Además, usó agroquímicos para que la siembra fuera más resistente al estrés hídrico.”[2] Gracias a esta inversión pudo aumentar sus rendimientos en sorgo y trigo con respecto al año anterior.

Los otros dos casos corresponden a Bernardo Alanisse y Samuel Cruz. El primero adoptó la hidroponia como nueva práctica agrícola y el segundo el riego por aspersión. Ambos invirtieron 1 millón y 16,000 pesos respectivamente.

No hay duda de que la mejor inversión que se puede hacer en términos agrícolas es en tecnología innovadora que procure alternativas sustentables en la producción, sobre todo en cuanto a uso eficiente del agua. Sin embargo, queda una duda en el aire: ¿Y qué hay de quien no pueda costear este tipo de avances tecnológicos? El problema se torna socio-económico cuando las herramientas no se encuentran disponibles para los agricultores debido a la falta de poder adquisitivo.

Quizá invertir un millón de pesos en hidroponía o 200,000 pesos en herbicidas y agroquímicos funcione para algunos agricultores como se puede ver en el artículo, no obstante, existen otras vías accesibles y socio-económicamente responsables. Ese es el caso de los biofertilizantes, fertilizantes a base de microorgansimos benéficos (hongos y bacterias). Entre sus múltiples beneficios posibilitan que la planta haga un uso más eficiente del agua y las  vuelve resistentes a heladas y sequías.

Biofabrica Siglo XXI en este aspecto, cuenta con muchos casos de éxito en los cuales se incrementó la producción y además, se redujo el costo de producción (menos del 5% de lo que el productor gasta en fertilización química). Esto corrobora que las inversiones se pueden recuperar e incluso superar de manera satisfactoria desde el primer cultivo. A diferencia de otras tecnologías más costosas cuya recuperación es a largo plazo (si es que se tiene la suma necesaria).

Ejemplo de lo anterior es el caso del Valle de Mexicali, donde en el 2011 se obtuvo, mediante la aplicación del combo Azofer® + Micorrizafer®, un incrementó en el rendimiento (se pasó de 3.5 a 8.2 toneladas por hectárea) con una inversión adicional de sólo $300.00 por hectárea.

Otro tema aparte es qué tanto saben los productores de estas tecnologías. Recordemos que la brecha en cuanto a la incorporación de la tecnología es otro problema constante en las prácticas agrícolas actuales. En este sentido, una de las cualidades que caracteriza a la relación entre Biofabrica y la UNAM ha sido el trabajo continuo para que los agricultores entiendan la tecnología, sus beneficios y la situación crítica a nivel ecológico por el uso de fertilizantes químicos.  Al fin y al cabo, los productores y sus cultivos no son los únicos que se benefician de este tipo  de tecnología, nos beneficiamos todos.

De que hay alternativas, no hay duda pero es necesario poner en práctica las que han demostrado ser eficientes y al alcance de nuestra realidad socio económica y ambiental.

 
 
 
 


[1] Notimex, Sequía provoca pérdidas por 150 mil mdp, alertan en: (consultado el 5 de julio de 2012, a las 16:43)  https://www.eluniversal.com.mx/notas/852301.html EL Universal
[2] Marco Núñez, en: (consultado el 5 de julio de 2012, a las 12:23https://www.cnnexpansion.com/expansion/2012/06/27/usan-metodos-de-cultivo-mas-efectivos

 

El jueves 28 de junio de 2012, el diario El Economista, publicó el suplemento titulado El Agro Inteligente donde se detallan varios aspectos relevantes del agro mexicano y del mundo. Uno de los artículos de mayor interés en esta publicación, fue el relativo a la caña: “Biotecnología y caña se unen”. En este artículo, se abordan los casos de México y Brasil, donde la biotecnología y la producción de caña se unen para aumentar los rendimientos y disminuir costos. Esto es posible gracias a la apuesta en investigación que se está haciendo en ambos países y la cual ya está dando valiosos resultados.

En Brasil por ejemplo, de acuerdo al artículo, se prevé un incremento en la producción de caña de tal modo que para el 2020, el país sudamericano estaría duplicando su producción anual “es decir, alcanzaría una cifra superior al 66% de la producción global actual”.[1]

¿De dónde vienen estas impresionantes expectativas? Estos incrementos en la productividad se deben principalmente a la “adopción de mejores prácticas productivas en los agricultores y al uso de biotecnología agrícola”[2] . El uso de biotecnología agrícola es muy importante ya que permite que la planta esté mejor protegida de enfermedades y plagas, lo cual se traduce en mayores rendimientos y menos riesgo de pérdidas.

En el caso de México, se están llevando a cabo investigaciones en el ramo cañero para determinar las variedades híbridas que permitan altos rendimientos (70 toneladas mediante el uso de material genético de alto rendimiento). Este proyecto de investigación se lleva a cabo en el marco de una transformación científica en el ramo cañero, en la que convergen proyectos de investigación como la “creación de la Estación Cuarentenaria de la Caña de Azúcar, la modernización de los campos experimentales en La Gloria, pertenecientes al Colegio de Postgraduados, y la modernización de la Estación de Hibridación del Centro de Investigación y Desarrollo de la Caña de Azúcar”[3] .

Esto demuestra que la articulación entre ciencia, tecnología y producción es un camino que dista de ser recorrido por completo y que hace falta mucho por hacer, sobre todo respecto al acercamiento tecnología-sociedad, ya que, lo más importante es que los productores conozcan los avances y los implementen.
En el artículo se menciona la biotecnología en el área de modificación genética. Existen otras áreas biotecnológicas que han demostrado ser altamente efectivas, tal es el caso de  nuestros biofertilizantes: Azofer® y Micorrizafer®, con los cuales se han obtenido rendimientos en caña de azúcar de hasta 192.8 toneladas por hectárea, lo que representa un incremento del 17.8% con respecto al testigo.

Validación en caña del uso de nuestros biofertilizantes: INIFAP, Morelos.


Los invitamos a leer el artículo completo en el siguiente vínculo:
https://eleconomista.com.mx/publicaciones-pdf/agrointeligente/agrointeligente-280612
 


[1] Alberto, Romero. “Biotecnología y caña se unen” en AgroInteligente, El Economista, 28 de junio de 2012. Año III, Número 24, México, D.F.
[2] Ídem.
[3] Ídem p. 11.

 

Los debates alrededor de los combustibles envuelven varias aristas: sociedad, ambiente, rentabilidad, sustentabilidad, seguridad alimentaria entre otros importantes aspectos a considerar.

Uno de estos aspectos gira en torno a las políticas  públicas a implementar, ya que existe el temor de que la producción de biocombustibles afecte la de alimentos. Este debate solamente será superado en la medida en la que la ciencia avance y las innovaciones tecno-científicas se enfoquen en la búsqueda del equilibrio en la relación producción- sociedad-ambiente.

En este ejercicio de reflexión y de búsqueda de las alternativas que coadyuven a este equilibrio, compartimos con ustedes los resultados de un interesante trabajo de investigación, el cual se titula Sistemas Agroforestales con Acacias para la Producción de Leña y Frijol: Análisis alométrico y Energético. Este proyecto se hizo acreedor, por su importancia en el campo de la bioenergía, al segundo lugar del Premio PUMA de la UNAM (Programa Universitario de Medio Ambiente).

En este trabajo participaron: Ricardo Vázquez Perales y Jorge Islas Samperio ambos del Centro de Investigación en Energía, Ivonne Toledo García y Esperanza Martínez Romero del Centro de Ciencias Genómicas, Javier Aguillón Martínez del Instituto de Ingeniería y Raúl García Barrios, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, todos ellos centros de investigación de la UNAM. EL objetivo principal del trabajo fue “evaluar comparativamente la productividad de biomasa leñosa, contenido energético y de carbono (C), así como la cosecha de frijol en los tratamientos experimentales”.

Esto con el propósito de “reconvertir y recuperar suelos de vocación forestal perturbados por el cambio del uso del suelo a ganadería y agricultura, favoreciendo que los campesinos satisfagan la demanda de leña de uso doméstico familiar con la oportunidad de generar ingresos adicionales por la venta de excedentes”.

Esto es de suma importancia ya que uno de los resultados que arrojó el proyecto fue que las leguminosas como el frijol, ayudan a la recuperación de suelos desgastados y de baja fertilidad. El proyecto atribuye esta función rehabilitadora a la capacidad de las leguminosas para asociarse naturalmente con rizobios (bacterias fijadoras de nitrógeno). El rizobio que se utilizó en esta investigación fue específicamente el Rhizofer, nombre comercial del Rizobum Etli desarrollado por la UNAM y que actualmente se comercializa y produce a través de Biofabrica Siglo XXI.

Aunado a lo anterior, se compararon los resultados de productividad de frijol utilizando fertilización tanto biológica como química. El resultado de este experimento fue que “En el cultivo del frijol, la fertilización biológica promovió rendimientos significativamente mayores que la fertilización química”.  La fertilización biológica estuvo por arriba de los 800 Kg. ha

En resumen, son varios los factores a considerar para mejorar la producción de biomasa y los rendimientos en frijol: si es monocultivo o policultivo, la especie leñosa, si esta especie leñosa es interplantada o no con frijol y finalmente si éste último es fertilizado química o biológicamente, en este último aspecto como se pudo observar en la gráfica anterior, la biofertilización coadyuva a la obtención de rendimientos mayores de manera significativa.

Aprovechar al máximo los espacios que tiene la agricultura y mejorar los suelos a través de las leguminosas, es una necesidad, la cual puede ser atacada a través de la fertilización biológica lo cual impacta de manera positiva en los aspectos productivos y ecológicos.

Esto demuestra que la biofertilización es más efectiva en la producción de leguminosas y que por lo tanto la agricultura de autoconsumo se puede ver beneficiada de manera importante aumentando los rendimientos con lo cual se aprovecha el espacio resolviendo así la tensión entre producción de alimentos y la de biocombustibles.

Las alternativas existen y están disponibles, la inciativa de proeyctos como éste y la búsqueda de soluciones que contribuyan a mejorar la caldiad de vida no sólo del ser humano sino de la naturaleza, nos hace pensar que la ciencia puede ser humana y estar estrechamente relacionada con las necesidades reales de nuestra sociedad.

Agradecemos al Dr. Humberto Peralta que nos haya compartido esta valiosa información  y esperamos con entusiasmo ver los resultados finales publicados.

En horabuena por los esfuerzos que los universitarios realizan en la búsqueda de propuestas que apunten a soluciones específicas para necesidades reales de la sociedad mexicana.

Artículo completo:

https://dl.dropbox.com/u/63805385/Plantaciones%20energeticas_Vazquez%20et%20al.doc


* El artículo con los resultados de la investigación está próximo a publicarse. Los datos que aquí se presentan, así como los extractos que se citan, corresponden a la presentación de los resultados en el  VI Congreso de Bioenergía que se llevó a cabo en octubre de 2011 en Valladolid, España.

En México, se está llevando a cabo un proyecto para la reducción progresiva de los contaminantes en el suelo por el uso de pesticidas.

La reducción de los contaminantes químicos, derivados del uso indiscriminado de DDT, se lleva a cabo mediante la “bioestimulación, que consiste en activar microorganismos poniéndoles nutrientes, sales, minerales y una fuente de carbono, al que llamamos cosubstrato, para que crezcan, se activen y puedan atacar al contaminante”, precisó la doctora Adela Irmene Ortiz López, quien diseñó el proyecto.

¿Cómo funciona la bioestimulación?

Se depositan en el suelo bacterias y hongos benéficos para la tierra los cuales aceleran el proceso de biodegradación de las sustancias químicas dañinas. Estas sustancias químicas llevan en el suelo más de 20 años. Las bacterias y hongos que se encargan de reducir las sustancias nocivas para la tierra pueden ser microorganismos autóctonos o inoculados (pertenecientes a ese suelo o provenientes de otros lugares).

¿Qué es la biodegradación?

Constantemente se habla de productos biodegradables pero pocas veces se explica en qué consiste esta característica. La biodegradación es el proceso mediante el cual las plantas, algunos animales, microorganismos y hongos    que existen de manera natural en el suelo descomponen un producto o substancia en los elementos químicos que lo conforman.

¿Por qué es importante la biodegradación?

Porque está directamente relacionada con la capacidad de las substancias o productos de descomponerse nuevamente en los elementos naturales del medio y con ello reducir la contaminación. El tiempo de biodegradación de cada material varía, por ejemplo, una cáscara de plátano puede tardar en reincorporarse a los elementos naturales de la tierra unos cinco días, mientras que el vidrio tarda un millón de años.

Por ello es tan importante el diseño de proyectos de investigación y desarrollo que logren acelerar este proceso como el de la doctora Adela Irmene Ortiz, quien espera que pronto se pueda aplicar a gran escala.

La noticia sobre este interesante proyecto se publicó en el periódico La Jornada, el 3 de junio de 2012. La nota completa se encuentra en el siguiente vínculo:

https://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/06/03/12042964-limpian-con-microorganismos-suelos-contaminados-por-pesticidas

 
 

Damar López Arredondo
 
 
 
 
 
 
 
 
Sin duda, uno de los grandes retos para la humanidad en el siglo XXI,  será el incremento de la producción de alimentos que permita satisfacer la creciente demanda mundial, la cuál en el último período,  se ha incrementado más allá del crecimiento de la población.
Pero si el reto de incrementar la oferta alimentaria es grande, este es aún mayor si consideramos que el actual esquema de producción agrícola tiene que ser radicalmente transformado,  por otro que sea más económico, más productivo y sobre todo menos contaminante y devastador. Es decir se necesita un modelo más sensato y responsable de producción.
El reto de la producción agrícola en el siglo XXI, todavía es más complejo si consideramos que las fuentes de nutrientes vegetales, que son indispensables para la producción,  como es el caso del nitrógeno y del fósforo, se están agotando a un ritmo acelerado.
Actualmente los fertilizantes nitrogenados dependen del petróleo, y su futuro está ligado a este,  y ya llegamos  al umbral de su agotamiento.
El fósforo que requieren las plantas proviene de la roca fosfórica, pero ésta tiene un horizonte limitado de vigencia. Adicionalmente, el fósforo que se utiliza se desperdicia más del 70% situación similar sucede con los fertilizantes nitrogenados. Estos fertilizantes representan uno de los grandes absurdos del actual modelo de producción agrícola en el mundo; el insumo más caro en la agricultura, es el más ineficiente y altamente desperdiciado: por cada 100 kgs. de aplicación, la planta solo aprovecha cerca de 30 kilos, mientras que 70 kgs. se van a contaminar suelos, agua y atmósfera.
Afortunadamente, existen alternativas viables y deseables para enfrentar estos inmensos retos, como son los biofertilzantes  y otras opciones de la Biotecnología.
Los invitamos a leer este artículo sobre Damar López Arredondo investigadora del CINVESTAV que a los 28 años ha desarrollado cultivos genéticamente modificados para aprovechar el uso de fertilizantes.
https://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/8f5f3eb62bb61e396de9cd0eea64fffd
 

¿Qué hacemos con el campo mexicano? por Manuel R. Villa Issa.

¿Qué hacemos con el campo mexicano? por Manuel R. Villa Issa.


«De finales de los años 70 a la fecha se ha venido deteriorando la situación del agro mexicano, pasando del periodo de la autosuficiencia a una dependencia alimentaria superior del 30%, causando en más del 70% de la población rural condiciones de pobreza y pobreza extrema(…) Del 2006 a la fecha los precios de los alimentos se han incrementado en un 100%, en donde el 10% de la población destina el 88.6% de su ingreso en alimentos(…) ¿Como es que se llego a ese nivel de deterioro del campo?(…) se trata de abandono en el sentido más completo del término:  desinterés, de información,ignorancia, incongruencias, corrupción. (…)  y en un rezago social cada vez mas grande (…)  el campo mexicano tiene la capacidad de abastecer de los alimentos que demanda la población  y eventualmente generar excedentes,(…) La propuesta consiste en… considerar al campo como un asunto de seguridad nacional  y en estado de emergencia bajo 5 ejes: formación de capital humano y social, atención integral para que sea competitivo, atención a grupos rurales,sustentabilidad a las actividades agropecuarias y revisión y adecuación del marco jurídico.»
– Reseña del Dr. Marcel Morales Ibarra. Director General Biofabrica Siglo XXI.-


El título del libro de Manuel Villa Issa es una provocación y una invitación a volver nuestra atención al sector de la producción agropecua- ria que, no obstante su ineludible importancia estra- tégica para cualquier sociedad, en nuestro país se ha mantenido por décadas en una situación de permanen- te deterioro, que se refleja en su incapacidad crónica de respuesta productiva,lo que ha tenido altos costos para la sociedad.

La añeja crisis del sector ha significado la pérdida de capacidad de producir los alimentos que demanda la población, como sucedió hasta entrados los años setenta, cuando, incluso, las exportaciones agrope- cuarias fueron una importante fuente de divisas que permitieron cubrir la necesidades que requería el arranque del proceso de industrialización del país. De finales de los años setenta a la fecha, esta capacidad se ha venido deteriorando, para pasar del periodo de la autosuficiencia a una dependencia alimentaria superior a 30%. Villa Issa señala que México produce 1.7% de la producción agropecuaria del mundo; sin embargo, importa 4.5% del total de los alimentos que se impor- tan en todo el planeta.

Pero si nuestra dependencia alimentaria ha sido un alto costo que se ha pagado, no menos costoso ha sido el que millones de mexicanos hayan caído a la condi- ción de pobreza y pobreza extrema. Hay que recordar que más de 70% de la población rural se encuentra en estas condiciones.

El problema alimentario afecta a toda la población, que tiene que pagar precios cada vez mayores por ellos, y todo indica que esta tendencia se agudizará desmesuradamente en el futuro. El libro nos refiere que si bien los precios de los alimentos tuvieron un discreto incremento de 30% durante el periodo que va de 1990 al 2006, en los últimos cinco años éstos incrementos han sido de 100%.

Los incrementos de precios están ocasionando que millones de mexicanos caigan en pobreza alimentaria, es decir, sin capacidad económica para poder acceder a los alimentos básicos. De acuerdo con el libro de Villa Issa, 10% de la población más pobre del país destina 88.6% de su gasto en alimentos, tendencia que va bajando hasta llegar a sólo 12% para el 10% de la población más rica.

El libro responde a otra pregunta, además de la que da origen al título, una pregunta que prácticamen- te todos los mexicanos nos hacemos: ¿Cómo es que se llegó a este nivel de deterioro del campo? La respuesta es muy sencilla: el abandono.

Pero; cuando Villa Issa nos habla de abandono del campo, no está haciendo referencia a un problema meramente cuantitativo, de dinero, de presupuestos, no se trata de eso. Se trata de abandono en el sentido más completo del término: desinterés, de información, ignorancia, incongruencias, corrupción. Este abando- no se ha traducido en la ausencia de una política de desarrollo del sector, en la ausencia de una visión de largo plazo, en la reproducción y acumulación de problemas estructurales y en un rezago social cada vez más grande.

Manuel Villa Issa nos lleva de la mano y nos hace un detallado recorrido por la catástrofe agropecuaria del país, partiendo desde su origen hasta nuestros días. El libro no se queda en la catástrofe. También hace referencia a sus fortalezas y potencialidades, soste- niendo la tesis de que el campo mexicano tiene la ca- pacidad de abastecer de los alimentos que demanda la población y, eventualmente, generar excedentes para su exportación, como lo venía haciendo hasta cuarenta años atrás.

Para ello, propone Villa Issa, se requiere, en pri- mer término, contar con una política de desarrollo con una visión de largo plazo, que se aboque a atacar los ancestrales problemas estructurales que se han acu- mulado en el último medio siglo, y que sea capaz de articular principios y políticas pública, que lleven a una reforma integral del campo.

La propuesta consiste en un conjunto de princi- pios estratégicos, que tienen como su principal eje el considerar al campo como un asunto de seguridad nacional y en estado de emergencia, de donde se des- prendan políticas públicas que atiendan cinco grandes ejes temáticos: formación de capital humano y social para el campo; atención integral al campo para que sea competitivo; atención a grupos rurales priorita- rios; sustentabilidad a las actividades agropecuarias; revisión y adecuación del marco jurídico.

La lectura de ¿Qué hacemos con el campo mexica- no? nos lleva al final a otra pregunta obligada, que el mismo Manuel planteó en una de sus presentaciones ¿quién tiene, en el actual escenario político del país, los tamaños suficientes para hacer realidad la transfor- mación del agro que todos los mexicanos demanda- mos? Yo no veo a nadie, nos responde el autor.

Biofabrica Siglo XXI y la UNAM a la vanguardia en la búsqueda de alternativas sustentables para la agricultura


El panorama actual para la agricultura a nivel mundial en el marco de crisis económicas y medioambientales no es nada alentador. Esto se debe a diversos factores como la erosión de las tierras cultivables, el cambio climático, la contaminación de acuíferos, entre otros así como el uso indiscriminado de agroquímicos. Respecto a estos últimos, particularmente la agricultura mexicana actualmente enfrenta problemas de tipo económico-social y ambiental.

Agroquímicos: panorama actual

Los fertilizantes e insecticidas químicos son insumos agrícolas cuyo propósito es el aumento en los rendimientos de los cultivos a corto plazo teniendo a su vez efectos sumamente peligrosos para el medio ambiente y para la salud a largo plazo, como ya desde hace 10 años lo había detallado la ONU en su reporte “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial 2000”[1], por otra parte, los precios de estos insumos se han disparado debido al aumento en los precios del petróleo[2] lo cual representa una fuerte carga para los agricultores. En suma, los agroquímicos ya no responden a las necesidades actuales económicas y medioambientales, lo cual ha propiciado alianzas estratégicas entre los sectores involucrados en Investigación y Desarrollo (I+D) tanto privados como públicos, ejemplo de ello en nuestro país son Biofabrica Siglo XXI y la Universidad Nacional Autónoma de México.

La UNAM y Biofabrica: Historia de una alianza sustentable en I+D

En 1980 en la UNAM se creó el Centro de Investigación sobre Fijación del Nitrógeno[3], dedicado a impulsar la investigación sobre biofertilizantes microbianos[4] como alternativa en la producción agrícola del país debido a su bajo costo[5], a sus propiedades regeneradoras del suelo, a que permiten el ahorro de agua, mejoran la nutrición de la planta y de manera relevante aumentan la productividad disminuyendo la fertilización química. La primera aplicación a gran escala de estos biofertilizantes en el campo mexicano se dio en el marco del programa Alianza para el Campo-SAGARPA en 1999. Los microorganismos utilizados fueron Azospirillum brasilense, Glomus intraradices y Rhizobium etli[6]. En total se biofertilizaron 1,882 263 has. en casi todo el país mostrando excelentes resultados, sin embargo, con el cambio de gobierno en el año 2000, el programa se desactivo. Pese a lo anterior, los involucrados en el proyecto estaban convencidos de los beneficios a largo plazo de este tipo de fertilización y siguieron colaborando a través de la empresa mexicana Biofarbica Siglo XXI.

Desde el 2003, Biofábrica Siglo XXI, en su calidad de empresa científica y tecnológica ha trabajado de manera conjunta con la UNAM en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías sustentables para la producción agrícola del país, en la formación de cuadros de profesionales y en la búsqueda de soluciones sostenibles, obteniendo resultados contundentes como el aumento de hasta un 46% en el cultivo de frijol por ejemplo, con un ahorro promedio de hasta $1600.00 en el costo de fertilización[7].


[1] Panorama General PMAM-2000, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 1999. https://www.unep.org/Geo2000/ov-es.pdf
[2] FAO
[3] Hoy Centro de Ciencias Genómicas
[4] Los biofertilizantes microbianos  son fertilizantes biológicos a base de microorganismos benéficos para la planta y el suelo.
[5] De acuerdo a los precios de Biofabrica, los biofertilizantes cuestan el 10% de lo que cuestan los agroquímicos
[6] Organismos microbianos basados en bacterias y hongos benéficos.
[7] Datos proporcionados por Biofabrica Siglo XXI y disponibles en www.biofabrica.commx o a través de contacto@biofabrica.com.mx

La necesidad de la inversión en tecnologia para enfrentar tanto los retos futuros como el cambio climático es una prioridad a nivel mundial hoy en día. La innovación tecnológica en sectores como la agricultura es un imperativo para resolver problemas como los que en México se viven, basta mencionar la terrible sequía que ha azotado al país en los pasados meses y que ha afectado a vastas extensiones de los territorios del norte y centro del país.
En México diversos grupos de investigadores, empresarios y productores luchan por promover nuevas alternativas en materia de innovación para el campo y la agricultura, y una prueba de ello se pudo apreciar en la XVI Expo Agroalimentaria 2011 llevada a cabo del pasado 9 al 12 de noviembre en la ciudad de Irapuato, Guanajuato, en donde representantes gubernamentales de distintos países (47 países invitados entre ellos Israel, Francia, Holanda),  asociaciones como la Asociación Mexicana de Constructores de Invernaderos A.C., The Israel Export International Cooperation Insitute, empresas como Agricola Genética S.A. de C.V., Apelsa Guadalajara S.A. de C.V.,  estudiantes,  productores, investigadores y cientificos en materia de agricultura, se dieron cita para exponer las nuevas tecnologias aplicables al campo para diversos propósitos como la producción o el mejoramiento de cultivos.

Biofábrica Siglo XXI como uno de los principales promotores del uso alternativo de biofertilizantes para producción a pequeña y gran escala en el país asistió a la ciudad de Irapuato para la difusión y venta de sus productos en sus distintas presentaciones (Azofer líquido 1 y 5 litros, Micorrizafer 1 y 40 kg, Rhizofer 380 g.,  Azofer 380 g).
A lo largo de la expo las actividades del personal de la empresa Biofabrica Siglo XXI estuvieron centradas en la difusión de información sobre Biofábrica y los productos que maneja, mediante la entrega de folletos, de muestras de 50 g de Azofer y 100 g de Micorrizafer y de pláticas y explicaciones a productores, académicos, técnicos y estudiantes interesados. La expo permitió difundir nuevas alternativas para la produccion con una gran cantidad de gente.
El uso de biofertilizantes es una alternativa para ayudar a combatir el cambio climático, su utilización en la agricultura implica una reducción de los fertilizantes químicos que en usos excesivos degradan la tierra, erosionándola y dejándola infértil. Además los biofertilizantes no sólo ayudan a la agricultura sino que sirven como regeneradores y mejoradores de suelo, pues aportan bacterias y hongos necesarios para la fertilidad de la misma.

En Biofabrica Siglo XXI seguiremos trabajando para mejorar la calidad de nuestros productos y los servicios que ofrecemos, frente a los nuevos retos que surgen en este nuevo siglo XXI.
 

Participación de Biofabrica Siglo XXI en el Seminario Nacional Insumos para la Producción Agrícola. CEDRSSA.
El día martes 18 de octubre de 2011, se llevó acabo el Seminario Nacional para la Producción Agrícola por parte del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Este seminario contó con la presencia de  distintas personas provenientes de universidades de la republica mexicana, asociaciones civiles, así como diversas instituciones del ámbito publico y privado.
Algunas de dichas instituciones fueron la Universidad Autónoma Antonio Narro, Semillas Ceres, la Asociación Mexicana de Productores de Semillas, Biofabrica Siglo XXI, SAGARPA, la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquimicos, la Asociación de Agrónomos Parasitólogos, la Asociación Nacional de Usuarios de Riego y el Instituto Nacional de Ecología.
El objetivo del seminario fue el de intercambiar opiniones y experiencias en el ámbito de la producción agropecuaria, así como el de proponer estrategias para el aprovechamiento de insumos como las semillas, los fertilizantes y el agua, todos elementos fundamentales para los procesos productivos.

El encargado de inaugurar el seminario fue el diputado y presidente del Comité del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) Héctor Eduardo Velasco Monroy.
La dinámica del seminario fue la división por temas relevantes para la producción, quedando de la siguiente forma: tema 1 Semillas, tema 2 Fertilizantes y Agroquímicos, Tema 3 Agua y Energía.
Dentro de la primera mesa se recalco la importancia de las semillas para la producción nacional y el auto abastecimiento pues no solo es el elemento primario para la producción, sino que su calidad es determinante para la competitividad en el mercado internacional, además de poner a debate la importancia del aumento de la producción del país, pues el crecimiento demográfico prospectivo requiere dicha medida de manera inmediata.
La mesa de fertilizantes y agroquímicos fue la encargada de llevar un tema olvidado a la agenda del seminario, el tema de la biofertilizacion en México. El Dr. Marcel Morales Director y Fundador de Biofabrica Siglo XXI, fue el encargado de recalcar la importancia de estos productos para la producción en México, ya que su costo es inferior al de los fertilizantes químicos usados regularmente en la agricultura, dando mayores ventajas a los productores además de   representar un beneficio para las plantas en cuanto a crecimiento y nutrición.

En esta segunda mesa y a raíz de la exposición el Dr. Marcel Morales el Diputado Javier Bernardo Usabiaga Arroyo hablo de la necesidad de un nuevo marco normativo para la implementación de los biofertilizantes en México, pues el país cuenta ya con leyes regulatorias de organismos genéticamente modificados, leyes en materia de bioenergéticos, pero nada en materia de biofertilizacion.
En la tercer mesa se hablo de la importancia de la captación de agua para riego y el uso racional de la misma en el producción agrícola. México es rico en yacimientos de agua tanto a nivel superficial pero de la misma forma a nivel subterráneo. Sin embargo la captación es algo que se debe de hacer inclusive con el agua de lluvia como recalco el Dr. Manuel Anaya Garduño del Colegio de Post graduados, para el mayor aprovechamiento de la misma.
Diversos son los problemas con el agua en México y la contaminación es uno de los principales, así como la reutilización de ella en los procesos de agricultura.
El camino por andar en materia de insumos agrícolas en México es largo, los acuerdos entre productores, gobiernos y empresarios es sumamente necesario y prioritario, la implementación de nuevos marcos regulatorios es algo que no se debe olvidar pues solo a través de ellos se podrá comenzar a dar marcha a un proyecto de nación que debe ser incluyente, eficiente y pueda ser competitivo a nivel internacional además de ser autosuficiente para el consumo.
México cuenta con grandes iniciativas a nivel empresarial, académico y de gobierno, la necesidad y sobretodo la efectividad con la cual se conjuguen todas podrá dilucidar un proyecto nacional que apunte a la soberanía alimentaria y un desarrollo integral del campo, tan necesario y buscado en el país.