En México, se está llevando a cabo un proyecto para la reducción progresiva de los contaminantes en el suelo por el uso de pesticidas.

La reducción de los contaminantes químicos, derivados del uso indiscriminado de DDT, se lleva a cabo mediante la “bioestimulación, que consiste en activar microorganismos poniéndoles nutrientes, sales, minerales y una fuente de carbono, al que llamamos cosubstrato, para que crezcan, se activen y puedan atacar al contaminante”, precisó la doctora Adela Irmene Ortiz López, quien diseñó el proyecto.

¿Cómo funciona la bioestimulación?

Se depositan en el suelo bacterias y hongos benéficos para la tierra los cuales aceleran el proceso de biodegradación de las sustancias químicas dañinas. Estas sustancias químicas llevan en el suelo más de 20 años. Las bacterias y hongos que se encargan de reducir las sustancias nocivas para la tierra pueden ser microorganismos autóctonos o inoculados (pertenecientes a ese suelo o provenientes de otros lugares).

¿Qué es la biodegradación?

Constantemente se habla de productos biodegradables pero pocas veces se explica en qué consiste esta característica. La biodegradación es el proceso mediante el cual las plantas, algunos animales, microorganismos y hongos    que existen de manera natural en el suelo descomponen un producto o substancia en los elementos químicos que lo conforman.

¿Por qué es importante la biodegradación?

Porque está directamente relacionada con la capacidad de las substancias o productos de descomponerse nuevamente en los elementos naturales del medio y con ello reducir la contaminación. El tiempo de biodegradación de cada material varía, por ejemplo, una cáscara de plátano puede tardar en reincorporarse a los elementos naturales de la tierra unos cinco días, mientras que el vidrio tarda un millón de años.

Por ello es tan importante el diseño de proyectos de investigación y desarrollo que logren acelerar este proceso como el de la doctora Adela Irmene Ortiz, quien espera que pronto se pueda aplicar a gran escala.

La noticia sobre este interesante proyecto se publicó en el periódico La Jornada, el 3 de junio de 2012. La nota completa se encuentra en el siguiente vínculo:

https://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/06/03/12042964-limpian-con-microorganismos-suelos-contaminados-por-pesticidas

 
 

Damar López Arredondo
 
 
 
 
 
 
 
 
Sin duda, uno de los grandes retos para la humanidad en el siglo XXI,  será el incremento de la producción de alimentos que permita satisfacer la creciente demanda mundial, la cuál en el último período,  se ha incrementado más allá del crecimiento de la población.
Pero si el reto de incrementar la oferta alimentaria es grande, este es aún mayor si consideramos que el actual esquema de producción agrícola tiene que ser radicalmente transformado,  por otro que sea más económico, más productivo y sobre todo menos contaminante y devastador. Es decir se necesita un modelo más sensato y responsable de producción.
El reto de la producción agrícola en el siglo XXI, todavía es más complejo si consideramos que las fuentes de nutrientes vegetales, que son indispensables para la producción,  como es el caso del nitrógeno y del fósforo, se están agotando a un ritmo acelerado.
Actualmente los fertilizantes nitrogenados dependen del petróleo, y su futuro está ligado a este,  y ya llegamos  al umbral de su agotamiento.
El fósforo que requieren las plantas proviene de la roca fosfórica, pero ésta tiene un horizonte limitado de vigencia. Adicionalmente, el fósforo que se utiliza se desperdicia más del 70% situación similar sucede con los fertilizantes nitrogenados. Estos fertilizantes representan uno de los grandes absurdos del actual modelo de producción agrícola en el mundo; el insumo más caro en la agricultura, es el más ineficiente y altamente desperdiciado: por cada 100 kgs. de aplicación, la planta solo aprovecha cerca de 30 kilos, mientras que 70 kgs. se van a contaminar suelos, agua y atmósfera.
Afortunadamente, existen alternativas viables y deseables para enfrentar estos inmensos retos, como son los biofertilzantes  y otras opciones de la Biotecnología.
Los invitamos a leer este artículo sobre Damar López Arredondo investigadora del CINVESTAV que a los 28 años ha desarrollado cultivos genéticamente modificados para aprovechar el uso de fertilizantes.
https://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/8f5f3eb62bb61e396de9cd0eea64fffd
 

¿Qué hacemos con el campo mexicano? por Manuel R. Villa Issa.

¿Qué hacemos con el campo mexicano? por Manuel R. Villa Issa.


«De finales de los años 70 a la fecha se ha venido deteriorando la situación del agro mexicano, pasando del periodo de la autosuficiencia a una dependencia alimentaria superior del 30%, causando en más del 70% de la población rural condiciones de pobreza y pobreza extrema(…) Del 2006 a la fecha los precios de los alimentos se han incrementado en un 100%, en donde el 10% de la población destina el 88.6% de su ingreso en alimentos(…) ¿Como es que se llego a ese nivel de deterioro del campo?(…) se trata de abandono en el sentido más completo del término:  desinterés, de información,ignorancia, incongruencias, corrupción. (…)  y en un rezago social cada vez mas grande (…)  el campo mexicano tiene la capacidad de abastecer de los alimentos que demanda la población  y eventualmente generar excedentes,(…) La propuesta consiste en… considerar al campo como un asunto de seguridad nacional  y en estado de emergencia bajo 5 ejes: formación de capital humano y social, atención integral para que sea competitivo, atención a grupos rurales,sustentabilidad a las actividades agropecuarias y revisión y adecuación del marco jurídico.»
– Reseña del Dr. Marcel Morales Ibarra. Director General Biofabrica Siglo XXI.-


El título del libro de Manuel Villa Issa es una provocación y una invitación a volver nuestra atención al sector de la producción agropecua- ria que, no obstante su ineludible importancia estra- tégica para cualquier sociedad, en nuestro país se ha mantenido por décadas en una situación de permanen- te deterioro, que se refleja en su incapacidad crónica de respuesta productiva,lo que ha tenido altos costos para la sociedad.

La añeja crisis del sector ha significado la pérdida de capacidad de producir los alimentos que demanda la población, como sucedió hasta entrados los años setenta, cuando, incluso, las exportaciones agrope- cuarias fueron una importante fuente de divisas que permitieron cubrir la necesidades que requería el arranque del proceso de industrialización del país. De finales de los años setenta a la fecha, esta capacidad se ha venido deteriorando, para pasar del periodo de la autosuficiencia a una dependencia alimentaria superior a 30%. Villa Issa señala que México produce 1.7% de la producción agropecuaria del mundo; sin embargo, importa 4.5% del total de los alimentos que se impor- tan en todo el planeta.

Pero si nuestra dependencia alimentaria ha sido un alto costo que se ha pagado, no menos costoso ha sido el que millones de mexicanos hayan caído a la condi- ción de pobreza y pobreza extrema. Hay que recordar que más de 70% de la población rural se encuentra en estas condiciones.

El problema alimentario afecta a toda la población, que tiene que pagar precios cada vez mayores por ellos, y todo indica que esta tendencia se agudizará desmesuradamente en el futuro. El libro nos refiere que si bien los precios de los alimentos tuvieron un discreto incremento de 30% durante el periodo que va de 1990 al 2006, en los últimos cinco años éstos incrementos han sido de 100%.

Los incrementos de precios están ocasionando que millones de mexicanos caigan en pobreza alimentaria, es decir, sin capacidad económica para poder acceder a los alimentos básicos. De acuerdo con el libro de Villa Issa, 10% de la población más pobre del país destina 88.6% de su gasto en alimentos, tendencia que va bajando hasta llegar a sólo 12% para el 10% de la población más rica.

El libro responde a otra pregunta, además de la que da origen al título, una pregunta que prácticamen- te todos los mexicanos nos hacemos: ¿Cómo es que se llegó a este nivel de deterioro del campo? La respuesta es muy sencilla: el abandono.

Pero; cuando Villa Issa nos habla de abandono del campo, no está haciendo referencia a un problema meramente cuantitativo, de dinero, de presupuestos, no se trata de eso. Se trata de abandono en el sentido más completo del término: desinterés, de información, ignorancia, incongruencias, corrupción. Este abando- no se ha traducido en la ausencia de una política de desarrollo del sector, en la ausencia de una visión de largo plazo, en la reproducción y acumulación de problemas estructurales y en un rezago social cada vez más grande.

Manuel Villa Issa nos lleva de la mano y nos hace un detallado recorrido por la catástrofe agropecuaria del país, partiendo desde su origen hasta nuestros días. El libro no se queda en la catástrofe. También hace referencia a sus fortalezas y potencialidades, soste- niendo la tesis de que el campo mexicano tiene la ca- pacidad de abastecer de los alimentos que demanda la población y, eventualmente, generar excedentes para su exportación, como lo venía haciendo hasta cuarenta años atrás.

Para ello, propone Villa Issa, se requiere, en pri- mer término, contar con una política de desarrollo con una visión de largo plazo, que se aboque a atacar los ancestrales problemas estructurales que se han acu- mulado en el último medio siglo, y que sea capaz de articular principios y políticas pública, que lleven a una reforma integral del campo.

La propuesta consiste en un conjunto de princi- pios estratégicos, que tienen como su principal eje el considerar al campo como un asunto de seguridad nacional y en estado de emergencia, de donde se des- prendan políticas públicas que atiendan cinco grandes ejes temáticos: formación de capital humano y social para el campo; atención integral al campo para que sea competitivo; atención a grupos rurales priorita- rios; sustentabilidad a las actividades agropecuarias; revisión y adecuación del marco jurídico.

La lectura de ¿Qué hacemos con el campo mexica- no? nos lleva al final a otra pregunta obligada, que el mismo Manuel planteó en una de sus presentaciones ¿quién tiene, en el actual escenario político del país, los tamaños suficientes para hacer realidad la transfor- mación del agro que todos los mexicanos demanda- mos? Yo no veo a nadie, nos responde el autor.

Biofabrica Siglo XXI y la UNAM a la vanguardia en la búsqueda de alternativas sustentables para la agricultura


El panorama actual para la agricultura a nivel mundial en el marco de crisis económicas y medioambientales no es nada alentador. Esto se debe a diversos factores como la erosión de las tierras cultivables, el cambio climático, la contaminación de acuíferos, entre otros así como el uso indiscriminado de agroquímicos. Respecto a estos últimos, particularmente la agricultura mexicana actualmente enfrenta problemas de tipo económico-social y ambiental.

Agroquímicos: panorama actual

Los fertilizantes e insecticidas químicos son insumos agrícolas cuyo propósito es el aumento en los rendimientos de los cultivos a corto plazo teniendo a su vez efectos sumamente peligrosos para el medio ambiente y para la salud a largo plazo, como ya desde hace 10 años lo había detallado la ONU en su reporte “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial 2000”[1], por otra parte, los precios de estos insumos se han disparado debido al aumento en los precios del petróleo[2] lo cual representa una fuerte carga para los agricultores. En suma, los agroquímicos ya no responden a las necesidades actuales económicas y medioambientales, lo cual ha propiciado alianzas estratégicas entre los sectores involucrados en Investigación y Desarrollo (I+D) tanto privados como públicos, ejemplo de ello en nuestro país son Biofabrica Siglo XXI y la Universidad Nacional Autónoma de México.

La UNAM y Biofabrica: Historia de una alianza sustentable en I+D

En 1980 en la UNAM se creó el Centro de Investigación sobre Fijación del Nitrógeno[3], dedicado a impulsar la investigación sobre biofertilizantes microbianos[4] como alternativa en la producción agrícola del país debido a su bajo costo[5], a sus propiedades regeneradoras del suelo, a que permiten el ahorro de agua, mejoran la nutrición de la planta y de manera relevante aumentan la productividad disminuyendo la fertilización química. La primera aplicación a gran escala de estos biofertilizantes en el campo mexicano se dio en el marco del programa Alianza para el Campo-SAGARPA en 1999. Los microorganismos utilizados fueron Azospirillum brasilense, Glomus intraradices y Rhizobium etli[6]. En total se biofertilizaron 1,882 263 has. en casi todo el país mostrando excelentes resultados, sin embargo, con el cambio de gobierno en el año 2000, el programa se desactivo. Pese a lo anterior, los involucrados en el proyecto estaban convencidos de los beneficios a largo plazo de este tipo de fertilización y siguieron colaborando a través de la empresa mexicana Biofarbica Siglo XXI.

Desde el 2003, Biofábrica Siglo XXI, en su calidad de empresa científica y tecnológica ha trabajado de manera conjunta con la UNAM en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías sustentables para la producción agrícola del país, en la formación de cuadros de profesionales y en la búsqueda de soluciones sostenibles, obteniendo resultados contundentes como el aumento de hasta un 46% en el cultivo de frijol por ejemplo, con un ahorro promedio de hasta $1600.00 en el costo de fertilización[7].


[1] Panorama General PMAM-2000, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 1999. https://www.unep.org/Geo2000/ov-es.pdf
[2] FAO
[3] Hoy Centro de Ciencias Genómicas
[4] Los biofertilizantes microbianos  son fertilizantes biológicos a base de microorganismos benéficos para la planta y el suelo.
[5] De acuerdo a los precios de Biofabrica, los biofertilizantes cuestan el 10% de lo que cuestan los agroquímicos
[6] Organismos microbianos basados en bacterias y hongos benéficos.
[7] Datos proporcionados por Biofabrica Siglo XXI y disponibles en www.biofabrica.commx o a través de contacto@biofabrica.com.mx

La necesidad de la inversión en tecnologia para enfrentar tanto los retos futuros como el cambio climático es una prioridad a nivel mundial hoy en día. La innovación tecnológica en sectores como la agricultura es un imperativo para resolver problemas como los que en México se viven, basta mencionar la terrible sequía que ha azotado al país en los pasados meses y que ha afectado a vastas extensiones de los territorios del norte y centro del país.
En México diversos grupos de investigadores, empresarios y productores luchan por promover nuevas alternativas en materia de innovación para el campo y la agricultura, y una prueba de ello se pudo apreciar en la XVI Expo Agroalimentaria 2011 llevada a cabo del pasado 9 al 12 de noviembre en la ciudad de Irapuato, Guanajuato, en donde representantes gubernamentales de distintos países (47 países invitados entre ellos Israel, Francia, Holanda),  asociaciones como la Asociación Mexicana de Constructores de Invernaderos A.C., The Israel Export International Cooperation Insitute, empresas como Agricola Genética S.A. de C.V., Apelsa Guadalajara S.A. de C.V.,  estudiantes,  productores, investigadores y cientificos en materia de agricultura, se dieron cita para exponer las nuevas tecnologias aplicables al campo para diversos propósitos como la producción o el mejoramiento de cultivos.

Biofábrica Siglo XXI como uno de los principales promotores del uso alternativo de biofertilizantes para producción a pequeña y gran escala en el país asistió a la ciudad de Irapuato para la difusión y venta de sus productos en sus distintas presentaciones (Azofer líquido 1 y 5 litros, Micorrizafer 1 y 40 kg, Rhizofer 380 g.,  Azofer 380 g).
A lo largo de la expo las actividades del personal de la empresa Biofabrica Siglo XXI estuvieron centradas en la difusión de información sobre Biofábrica y los productos que maneja, mediante la entrega de folletos, de muestras de 50 g de Azofer y 100 g de Micorrizafer y de pláticas y explicaciones a productores, académicos, técnicos y estudiantes interesados. La expo permitió difundir nuevas alternativas para la produccion con una gran cantidad de gente.
El uso de biofertilizantes es una alternativa para ayudar a combatir el cambio climático, su utilización en la agricultura implica una reducción de los fertilizantes químicos que en usos excesivos degradan la tierra, erosionándola y dejándola infértil. Además los biofertilizantes no sólo ayudan a la agricultura sino que sirven como regeneradores y mejoradores de suelo, pues aportan bacterias y hongos necesarios para la fertilidad de la misma.

En Biofabrica Siglo XXI seguiremos trabajando para mejorar la calidad de nuestros productos y los servicios que ofrecemos, frente a los nuevos retos que surgen en este nuevo siglo XXI.
 

Participación de Biofabrica Siglo XXI en el Seminario Nacional Insumos para la Producción Agrícola. CEDRSSA.
El día martes 18 de octubre de 2011, se llevó acabo el Seminario Nacional para la Producción Agrícola por parte del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Este seminario contó con la presencia de  distintas personas provenientes de universidades de la republica mexicana, asociaciones civiles, así como diversas instituciones del ámbito publico y privado.
Algunas de dichas instituciones fueron la Universidad Autónoma Antonio Narro, Semillas Ceres, la Asociación Mexicana de Productores de Semillas, Biofabrica Siglo XXI, SAGARPA, la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquimicos, la Asociación de Agrónomos Parasitólogos, la Asociación Nacional de Usuarios de Riego y el Instituto Nacional de Ecología.
El objetivo del seminario fue el de intercambiar opiniones y experiencias en el ámbito de la producción agropecuaria, así como el de proponer estrategias para el aprovechamiento de insumos como las semillas, los fertilizantes y el agua, todos elementos fundamentales para los procesos productivos.

El encargado de inaugurar el seminario fue el diputado y presidente del Comité del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) Héctor Eduardo Velasco Monroy.
La dinámica del seminario fue la división por temas relevantes para la producción, quedando de la siguiente forma: tema 1 Semillas, tema 2 Fertilizantes y Agroquímicos, Tema 3 Agua y Energía.
Dentro de la primera mesa se recalco la importancia de las semillas para la producción nacional y el auto abastecimiento pues no solo es el elemento primario para la producción, sino que su calidad es determinante para la competitividad en el mercado internacional, además de poner a debate la importancia del aumento de la producción del país, pues el crecimiento demográfico prospectivo requiere dicha medida de manera inmediata.
La mesa de fertilizantes y agroquímicos fue la encargada de llevar un tema olvidado a la agenda del seminario, el tema de la biofertilizacion en México. El Dr. Marcel Morales Director y Fundador de Biofabrica Siglo XXI, fue el encargado de recalcar la importancia de estos productos para la producción en México, ya que su costo es inferior al de los fertilizantes químicos usados regularmente en la agricultura, dando mayores ventajas a los productores además de   representar un beneficio para las plantas en cuanto a crecimiento y nutrición.

En esta segunda mesa y a raíz de la exposición el Dr. Marcel Morales el Diputado Javier Bernardo Usabiaga Arroyo hablo de la necesidad de un nuevo marco normativo para la implementación de los biofertilizantes en México, pues el país cuenta ya con leyes regulatorias de organismos genéticamente modificados, leyes en materia de bioenergéticos, pero nada en materia de biofertilizacion.
En la tercer mesa se hablo de la importancia de la captación de agua para riego y el uso racional de la misma en el producción agrícola. México es rico en yacimientos de agua tanto a nivel superficial pero de la misma forma a nivel subterráneo. Sin embargo la captación es algo que se debe de hacer inclusive con el agua de lluvia como recalco el Dr. Manuel Anaya Garduño del Colegio de Post graduados, para el mayor aprovechamiento de la misma.
Diversos son los problemas con el agua en México y la contaminación es uno de los principales, así como la reutilización de ella en los procesos de agricultura.
El camino por andar en materia de insumos agrícolas en México es largo, los acuerdos entre productores, gobiernos y empresarios es sumamente necesario y prioritario, la implementación de nuevos marcos regulatorios es algo que no se debe olvidar pues solo a través de ellos se podrá comenzar a dar marcha a un proyecto de nación que debe ser incluyente, eficiente y pueda ser competitivo a nivel internacional además de ser autosuficiente para el consumo.
México cuenta con grandes iniciativas a nivel empresarial, académico y de gobierno, la necesidad y sobretodo la efectividad con la cual se conjuguen todas podrá dilucidar un proyecto nacional que apunte a la soberanía alimentaria y un desarrollo integral del campo, tan necesario y buscado en el país.


Fuente: Gomez Oscar, «Biofertilizantes, una alternativa para el pueblo chiapaneco», en El Economista, Chiapas, Lunes 3 de Octubre de 2011, pagina 9.
Ahorra hasta 50% en riego y fertilizantes químicos. Se obtienen mejores resultados en el cultivo y la producción
San Cristóbal de Las Casas. EN UN recorrido por una parcela muestra en la Secretaría del Campo (Secam), Marcel Morales Ibarra, director general de la Biofábrica Siglo XXI, dio a conocer que “nuestros biofertilizantes son objeto de estudio en centros de excelencia de investigación en México, como la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México], que es reconocida como vanguardista en esta materia a nivel internacional”.
Recordó que desde hace tres décadas la UNAM creó el Centro de Investigación de Fijación de Nitrógeno, hoy Centro de Ciencias Genómicas, con lo que se le dio un fuerte impulso a la investigación sobre las bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico, que es el principio por el que se crean los biofertilizantes como alternativa en la producción agrícola del país.
“En 2004 se funda Biofábrica Siglo XXI, S. A de C. V., la cuál estableció un convenio de colaboración con la UNAM”, anexó.
Reveló que estos biofertilizantes ya fueron aplicados en el país, al ser incorporados en 1999 y 2000 al programa de Alianza para el Campo de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa), en el que se utilizaron cerca de 3 millones de hectáreas para diversos cultivos a nivel nacional, estando a cargo del seguimiento y evaluación de este programa el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
“Desde entonces fertilizamos aproximadamente 200,000 hectáreas cada año y tenemos presencia en 20 estados de la república mexicana, en diversos cultivos y zonas agronómicas”, anexó Morales Ibarra.
A partir del 2011 los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI participan en investigaciones en materia de bio-remediación de suelos y agua en Canadá, con el respaldo de prestigiosos centros de investigación como la Universidad de Montreal y MC Gill University. El biofertilizante es un producto a base de microorganismos benéficos (bacterias y hongos) que viven asociados o en simbiosis con las plantas y ayudan a su proceso natural de nutrición, además de ser regeneradores del suelo.
Estos microorganismos se encuentran de forma natural en suelos que no han sido afectados por el uso excesivo de fertilizantes químicos u otros agroquímicos, ya que éstos disminuyen o eliminan dicha población.
Marcel Morales afirma que protegen a las plantas ante microorganismos patógenos del suelo, fijan el nitrógeno del medioambiente para la alimentación de la planta, estimulan el crecimiento del sistema radicular de la planta, mejoran y regeneran el suelo, incrementan la solubilización y la absorción de nutrientes “como el fósforo, que de otra forma no son de fácil asimilación natural por la planta”, incrementan la tolerancia de la planta a la sequía y la salinidad, ahorrando en riego hasta 50 por ciento.
Los biofertilizantes también permiten un mayor aprovechamiento de fertilizantes químicos, por lo que se recomienda su disminución hasta en 50%, obteniendo mejores resultados productivos.
“Al usar los productos de Biofábrica se tiene un incremento significativo en la productividad, ya que se disminuyen costos y existe una mayor respuesta productiva”, aseveró Morales Ibarra.
Marcelo Morales explicó en entrevista que tomando el caso del maíz, “en una hectárea más o menos fertilizada tú gastas de 5,000 a 7,000 pesos por hectárea, si estamos hablando que ahorras el 50%, ahorras de 3,000 a 4,000 pesos, [es decir que] si aplicas el biofertilizante gastas 300 [en el producto] y ahorras 3,000, con un incremento en población”.
Además relató que en las parcelas visitadas la población de milpas y elotes era de mayor tamaño en comparación con las que, según personal de la Secam, han recibido 100% de fertilizante químico. Y calcula que usando biofertilizantes en una hectárea de maíz se obtendrán de 10 a 11 toneladas. “Nuestros productos tienen la certificación de la [Comisión Federal para la protección contra Riesgos Sanitarios] Cofepris, de la Secretaría de la Salud [SS]; están registrados como un insumo orgánico, la empresa está certificada como empresa científica y tecnológica por el [Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología] Conacyt”, aseveró Morales Ibarra.

Los biofertilizantes de Biofábrica Siglo XXI han sido garantizados en el uso de la caña de azúcar en otros estados como Morelos, donde el rendimiento nacional de la caña de azúcar varía entre 70 y 112 toneladas por hectárea; “en el siguiente estudio conseguimos alcanzar rendimientos de hasta 180 toneladas por hectárea, lo que representa un incremento considerable, ya que este aumento de producción se traduce en un mayor ingreso para el productor, además de reducir una parte de los costos de fertilización”.
 

Albertina González Márquez*

¿Se ha preguntado qué se hace por los problemas ambientales como el cambio climático, aguas contaminadas o degradación de suelos? Varios de estos problemas se originan por afectaciones provocadas en el suelo, en la forma de hacer agricultura, e incluso en las consecuencias negativas que acarrea el uso descontrolado de los fertilizantes químicos.

El campo necesita utilizarse de forma responsable y sustentable a través de tecnologías que favorezcan la productividad y la calidad de los cultivos, utilizando de forma óptima los insumos requeridos, reduciendo costos. Todos estos aspectos pueden ser impactados a través del uso de los biofertilizantes.

Todas las definiciones de biofertilizante coinciden con los siguientes elementos: es una sustancia que contiene microorganismos vivos, los cuales, cuando se aplican a semillas, superficies de plantas o suelos, colonizan la rizosfera o el interior de la planta, y promueven el crecimiento al incrementar el suministro o la disponibilidad de nutrientes primarios a la planta huésped.

La acción de introducir hongos y/o bacterias a la semilla, al suelo o a los sistemas de riego en cultivos de leguminosas, gramíneas, hortalizas y frutales, principalmente, se le conoce como inoculación. Generalmente los beneficios se traducen en mayor desarrollo de la raíz y rendimiento en el grano. Los resultados a través del tiempo son suelos más ricos en contenidos de materia orgánica y nutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, calcio, entre otros).

El éxito en el proceso de inoculación depende de factores como la cantidad de luz, la temperatura, el tipo de suelo, las regiones climáticas, la mezcla con otros biofertilizantes y agroquímicos, la caducidad de los productos, entre otros. Estos aspectos requieren de un proceso de capacitación y acompañamiento por lo que varias dependencias gubernamentales y empresas particulares dedicadas a la producción de biofertilizantes ayudan a entender cómo usar la tecnología para lograr los mejores beneficios.

Los biofertilizantes se clasifican en dos grupos: de acción directa e indirecta. Los primeros agrupan microorganismos que habitan en algún componente de los tejidos vegetales, y por ello la acción benéfica se realiza en la planta y no en su medio circundante, es el caso de la Fijación Biológica de Nitrógeno (FBN) y las micorrizas. En tanto, en la acción indirecta la biofertilización es aprovechada primero por el suelo y lo transmite hacia los cultivos, pertenecen a este grupo los mecanismos de acción que trabajan en la solubilización de nutrientes como el fósforo.

En la agricultura, el nitrógeno es el principal nutriente para el crecimiento de las plantas. A pesar de que 78 por ciento del aire sea nitrógeno gaseoso, no puede ser aprovechado por las plantas, por lo que se requiere de un proceso para que sea transformado en una presentación de fácil asimilación para la raíz de la planta como son: nitritos, nitratos y amonio. La enzima nitrogenasa se encarga de transformar (fijar) el nitrógeno gaseoso en amonio, este proceso es conocido como FBN.

Al respecto, la bacteria Azospirillum tiene capacidad para fijar nitrógeno gaseoso a las raíces, que conlleva a mayor superficie de absorción de nutrientes y por consecuencia mejor crecimiento de las plantas. Se han realizado diversos experimentos para evaluar sus efectos en distintos cultivos, suelos y condiciones climáticas, y los resultados son alentadores, con éxitos de 60 a 70 por ciento de los casos y con rendimientos en los cultivos de cinco a 30 puntos porcentuales mayores.

Por su parte, las micorrizas son una estructura formada por la raíz de la planta y el micelio de un hongo que da lugar a una relación simbiótica, formando un sistema de absorción que permite proporcionar agua y nutrientes a la planta; además de desempeñar tres roles: biofertilizante, agente de control biológico y bioindicador del estado de la salud del suelo. Basado en estos elementos, un estudio del INIFAP ha reportado rendimientos de cultivos micorrizados que van desde 11.5 por ciento de mejora para el maíz, hasta 22.1 por ciento en el frijol.

Las ventajas de su uso son:

  • Pueden usarse en combinación con productos químicos para lograr un uso más racional de los materiales sintéticos, con lo que es posible mejorar significativamente el aprovechamiento por la planta, al tiempo que disminuyen los niveles de desperdicio y contaminación, incluso se reportan, en algunos casos, mejores rendimientos trabajando juntos.
  • Intervienen diferentes microorganismos que en conjunto pueden lograr la fertilidad, estabilidad y funcionamiento de los suelos.
  • En la actualidad existen diversos productos comerciales que son fáciles de conseguir.

*Ing. Biomédica y M.C. por la Universidad Autónoma Metropolitana. Gerente de Servicios Tecnológicos a Pymes en la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM.

Artículo publicado por el Suplemento Investigación y Desarrollo, 31 de agosto de 2010.

Desarrollo de procesos de cultivos bacterianos y su escalamiento para la producción  comercial de biofertilizantes*

En la búsqueda de bioprocesos altamente productivos, en la Unidad de Bioprocesos del Instituto de Investigaciones Biomédicas nos interesa en el entendimiento de los mecanismos moleculares involucrados en el crecimiento celular, consumo de nutrientes, metabolismo y producción de proteínas recombinantes y metabolitos de interés en modelos bacterianos, fúngicos y en células animales en biorreactores agitados. En los biorreactores se puede mantener y controlar el equilibrio nutricional y ambiental al interior del cultivo, permitiendo comprender las respuestas moleculares causadas por modificaciones ambientales o por condiciones propias del crecimiento cellular. Recientemente, en la Unidad nos hemos encaminado a comprender como los parametros nutricionales, oxidativos e hidrodinámicos determinan la producción de biofertilizantes, biopolimeros, metabolitos bioactivos y proteínas recombinantes. En particular, el proyecto apoyado por CONACyT y la Empresa Mexicana Biofabrica Siglo XXI S. A. de C. V., se basa en estudiar y mejorar los factores nutricionales y de cultivo que permitan incrementar la producción de biofertilizantes basados en las bacterias Azospirillum brasilense y Rhizobium etli en biorreactores industriales de hasta 1,000 litros.

En el caso de la producción de biofertilizantes bacterianos, donde la biomasa viable es el producto, la productividad del biorreactor y los costas del medio de cultivo son de vital importancia para el exito del proceso. La mayor problemática que se presenta en los biorreactores industriales está relacionada con la disminución en la intensidad del mezclado y con el empobreciendo de la capacidad de transferencia de masa, en especial oxígeno, al incrementar la escala del biorreactor. Este fenómeno se hace aún más complejo si en los cultivos se presentan altas viscosidades como resultado de altas concentraciones celulares, fenómeno que se presenta en cultivos productores de biofertilizantes. Esto provoca ambientes cambiantes para el microorganismo dentro del biorreactor y en consecuencia, una disminución de la productividad y el rendimiento. En los cultivos aerobios industriales, el mezclado y la transferencia de masa son insuficientes, presentando así la formación de gradientes de nutrientes entre una zona bien mezclada (cercana a los impulsores) y una zona mal mezclada (zonas alejadas de los impulsores y cercanas a las paredes del biorreactor). Contender con esta problemática sin aumentar los costas asociados a los incrementos de agitación o aireación, manteniendo y/o mejorando las productividades es uno de los objetivos claves de este proyecto. Además, en un proceso biotecnológico industrial, conteniendo varias etapas en cultivo sumergido y su nivel de producción (en este caso a 1,000 L), debe lIevarse bajo estricto apego de las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF). Esto implica que para el proceso deba tenerse en cuenta la elaboracion, autorización, revisión y evaluación de los procedimientos normalizados de operación y lIevarse acabo aunque el proceso este desarrollándose en una institución de investigación (como es el caso de los procesos productivos que estamos realizando).

Hasta este momenta hemos logrado entender y desarrollar procesos tecnológicos de cultivo en matraces, biorreactores de laboratorio y planta piloto hasta de 10 Litros para ambos microorganismos, manteniendo la calidad de los productos que ya son comercializados por Biofabrica Siglo XXI S. A. de C. V. Hemos logrado obtener el conocimiento necesario para la produccion de biofertilizantes Iíquidos con altos tiempos de vida de anaquel, sin diferencias significativas entre la respuesta a la aplicacin de la presentación Iíquida frente a la salida (producto original de la compañía). La importancia de la presentación líquida recae en su fácil aplicación yal gran numero celular que puede ser transportado facilmente. En este proyecto ya hemos logrado escalar la producción de estos productos líquidos hasta un volumen de 1,000 Litros. Lo que implica que por lote productivo se pueden biofertilizar hasta 5,000 hectáreas de siembra (principalmente en cultivos de maiz, frijol, trigo, cebada y caña). Con este proyecto, se producirán al menos 8,000 Litros de biofertilizantes en la Unidad de Bioprocesos en presentación Iíquida en los próximos dos años, 10 que implica el uso de almenos 40,000 hectáreas en el país.

Mauricio A. Trujillo**

* Artículo publicado por la GACETA BIOMÉDICAS No.4, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, abril 2011.

**Investigador responsable de la Unidad de Bioprocesos del IIB, UNAM

LA SOCIEDAD MEXICANA DE BIOTECNOLOGÍA Y BIOINGENIERÍA INVITAN A BIOFABRICA SIGLO XXI AL XIV CONGRESO NACIONAL DE BIOTECNOLOGÍA Y BIOINGENIERIA, QUE SE LLEVARÁ A CABO EN LA CIUDAD DE QUERÉTARO DEL 19 AL 24 DE JUNIO.

MARCEL MORALES IBARRA, DIRECTOR GENERAL DE LA EMPRESA MEXICANA PARTICIPARÁ EN EL SIMPOSIO: BIOTECNOLOGÍA: «TRANSFERENCIA BIOTECNOLOGÍA Y EMPRENDEDORES».

A CONTINUACIÓN TE PRESENTAMOS LA INTERVENCIÓN QUE PRESENTARA DURANTE DICHO EVENTO:

“LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA COMO OPCIÓN DE AGRONEGOCIOS; EL CASO DE LOS BIOFERTILIZANTES.”

POR MARCEL MORALES IBARRA

ANTECEDENTES.

El modelo de producción agropecuaria en el mundo se encuentra seriamente cuestionado. La llamada Revolución Verde, que  se impuso a mediados del siglo pasado, ya nos pasó la factura. El uso indiscriminado de agroquímicos, en particular de los fertilizantes, como base de la producción agrícola, ha resultado altamente costoso, ineficiente, depredador y contaminante del medio ambiente.

El uso y abuso de los fertilizantes químicos, ha significado deterioro de la capacidad productiva de los suelos agrícolas, la contaminación de mantos freáticos y aguas superficiales, además de la atmósfera y mares.

Hay que destacar que el insumo más caro de la producción agrícola en general, son los fertilizantes, que cubren entre el 30 y 35% de los costos totales, con una tendencia creciente en el último periodo. Sin embargo, éste es el insumo más desperdiciado, ya que su nivel de aprovechamiento es máximo del 40%; es decir, de cada 100 kilos que se aplica al suelo, la planta aprovecha 40 kilos, el 60% restante se destina a la contaminación.

Por lo anterior, a nivel internacional se ha iniciado una búsqueda de alternativas para la producción agrícola, que sean económicas, productivas y ecológicamente viables y deseables. Y es aquí donde se inscriben los Biofertilizantes, y más ampliamente, la investigación y transferencia de tecnología.

¿Qué son los Biofertilizantes?

Los biofertilizantes son productos elaborados en base a microorganismos, bacterias y hongos, que ayudan al proceso de nutrición biológica de las plantas, permitiendo el aprovechamiento del nitrógeno atmosférico, desarrollando el sistema radicular, ayudando a una mayor solubilidad y conductividad de nutrientes. Además, los biofertilizantes protegen a la raíz de microorganismos patógenos, y son regeneradores de suelos.

ANTECEDENTES DE LOS BIOFERTILIZANTES EN MÉXICO.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuenta con el Centro de Ciencia Genómicas (Anteriormente, Centro de Investigación Sobre Fijación de Nitrógeno), que tiene más de 30 años trabajando con bacterias fijadoras de nitrógeno: Azospirillum brasilense y Rhizobium etli, siendo pionera en estos trabajos de investigación, y cuenta con un amplio reconocimiento a nivel mundial. Los trabajos realizados por la UNAM han incluido evaluaciones en campo respecto a su uso agronómico en la nutrición vegetal.

En el año de 1999 y 2000, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), estableció un convenio con la UNAM para difundir el uso de los biofertilizantes en base a estas bacterias. En los dos años se difundió el uso de estos productos en una superficie cercana a los dos millones de hectáreas, en diversas regiones y cultivos. De manera conjunta, la UNAM y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), le dieron seguimiento a una muestra de esta superficie para evaluar los resultados, siendo su impacto bastante significativo.

Con el cambio de gobierno, a finales del año 2000, desapareció el programa de difusión de los biofertilizantes, y estos productos también desaparecieron, ya que no entraron al mercado, siendo su producción exclusivamente para el programa oficial.

CONVENIO BIOFABRICA SIGLO XXI CON LA UNAM.

A finales del 2003, Biofabrica Siglo XXI, establece un convenio con la UNAM para adquirir la licencia tecnológica para el uso de las bacterias (Azospirillum b. y Rhizobium e.), para la elaboración y comercialización de biofertilizantes.

Una vez firmado el convenio con la UNAM, Biofabrica establece una serie de parcelas de validación en diferentes cultivos y regiones; asimismo, se llevaron a cabo trabajos de investigación aplicada  para contar con más elementos sobre el impacto de estos microorganismos para su uso agronómica.

RESULTADOS DE INVESTIGACIÓN DE CAMPO.

En términos generales, los trabajos de investigación aplicados nos arrojaron información que hasta entonces desconocíamos, pero que era necesaria para incursionar en el terreno comercial, como es la interacción entre los microorganismos, la dosificación, la aplicación, etc.

Dentro de los resultados más relevantes que nos han aportado los trabajos de investigación aplicada podemos destacar:

1.- Existe una función complementaria en la nutrición vegetal, entre diferentes organismos, como es el caso de los hongos del género Glomus ( Glomus intraradices) con la bacteria Azospirillum b. o Rhizobium e.

2.- Los biofertilizantes no son incompatibles con los fertilizantes químicos, siempre que éstos sean moderados.

3.- Se puede reducir hasta en un 50% la aplicación de fertilizantes químicos con el uso de biofertilizantes, sin demérito en los rendimientos, por el contario, generando su incremento.

4.- Los biofertilizantes se pueden aplicar mediante la inoculación de las semillas a la siembra o posterior a ésta directamente al terreno.

5.- Los biofertilizantes ayudan a la regeneración de suelos, mejorando su estructura y la vida microbiana.

EVOLUCIÓN DEL MERCADO.

En el 2004 fue nuestro primer año en el mercado, llegando a cubrir una superficie de 15 mil hectáreas. Después de 6 años, en el 2010, esta superficie se incrementó a más de 150 mil hectáreas, distribuidos en diferentes cultivos y en 15 estados del país.

¿POR QUÉ NO SE HA CRECIDO MÁS?

Uno se puede preguntar: Teniendo tantas bondades los biofertilizantes, ¿por qué no se ha crecido más rápidamente?

La pregunta puede verse en diferentes ángulos, pero, sin duda, la respuesta es que estamos frente a una innovación tecnológica, donde apenas se están dando los primeros pasos para su adopción. Para avanzar en la difusión de esta tecnología hasta su adopción por los productores, se tiene que recorrer un proceso lento y largo, y superar una serie de barreras, que van desde los intereses creados, el desconocimiento y la resistencia de los productores.

En otras palabras, la difusión y comercialización de los biofertilizantes sólo puede darse en el marco de un proceso de transferencia de tecnología, que va desde la capacitación, la asesoría, la validación, la demostración, el seguimiento, la evaluación, etc. Y este es un proceso lento y costoso.

En nuestro caso, como en el resto de las empresas que trabajan esta línea en México, se trata de pequeñas empresas, sin capacidad para desplegar campañas masivas de promoción para poder posicionar estos productos en el mercado, en un corto plazo. Las grandes empresas, con capacidad de poder desplegar este tipo de campañas, no entran a negocios con estos niveles de complicaciones. Seguramente, una vez que se haya alcanzado cierto grado de posicionamiento, sobrarán este tipo de empresas en el mercado.

LA ARTICULACIÓN INVESTIGACIÓN-PRODUCCIÓN.

La innovación tecnológica, como eje de un plan de negocios, tiene una condición ineludible, que es la articulación del trabajo de investigación con la producción (agropecuaria en este caso); pero esta articulación debe ser dinámica y retro alimentadora; es decir, que vaya de la investigación a la producción y viceversa.

Esta función de articulación es la esencia del proceso de transferencia de tecnología, que a su vez es condición indispensable para la viabilidad del proyecto de negocio. En este proceso se requiere comprometer diversas instancias y actores:

.- Universidades y Centros de investigación.

.- Gobiernos: Federal, Estatal y Municipal.

.- Agroindustrias y Comercializadores.

.- Organizaciones de Productores.

OPORTUNIDADES Y AMENAZAS.

Las oportunidades son muy grandes, en el caso de los biofertilizantes, ya que estamos hablando de una alternativa que se encuentra en ciernes, tanto a nivel nacional e internacional. Sin duda, al ser ésta una alternativa económica, productiva y ecológica, su adopción es sólo un problema de tiempo, el cual dependerá de los esfuerzos, capacidades y voluntades para su difusión. (No se descarta la posibilidad de que esta tecnología se asuma como una responsabilidad de gobierno, lo que agilizaría su adopción masiva).

En México no más de 300 mil hectáreas de cultivo usan los biofertilizantes, sin embargo, el potencial es del orden de 30 millones de hectáreas. Además, son amplias las posibilidades de exportación.

La principal amenaza en este proyecto de negocio, es que el trabajo pionero lo hemos estado realizando pequeñas o medianas empresas, que tenemos que enfrentar una serie de obstáculos y resistencias, que hacen demasiado lento su avance, pero cuando éste rebase cierto umbral, seguramente se despertarán los apetitos de las grandes empresas, que sin mayor dificultad desplazarán a las pioneras.

DEBILIDADES Y FORTALEZAS.

Sin duda, en nuestro caso, la principal debilidad es el mercado, ya que, como hemos visto, el negocio de la innovación es un proceso largo, lento y costoso. Entrar al mercado rompiendo paradigmas y sin el suficiente capital para invertir en él, es la debilidad más grande.

NUESTRA FORTALEZA: ARTICULAR LA INVESTIGACIÓN CON LA PRODUCCIÓN.

AVANCES LOGRADOS:

1.- HEMOS INTEGRADO EL ÁREA DEINVESTIGACIÓN Y DESARROLLO EN LA EMPRESA.

2.- CONTAMOS CON EL REGISTRO NACIONAL DE INSTITUCIONES Y EMPRESAS CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS (RENIECYT), EMITIDO POR EL CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA (CONACYT).

3.- CONVENIOS CON EL CENTRO DE CIENCIAS GENÓMICAS (CCG), EL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES BIOMÉDICAS (IIB) Y LA COORDINACIÓN DE INNOVACIÓN Y DESARROLLO (CID), DE LA UNAM, PARA LA INVESTIGACIÓN DE MICROORGANISMOS, DE PROCESOS Y DIFUSIÓN.

4.- CONTAMOS CON UN CONVENIO DE PARTICIPACIÓN CON LA UNIVERSIDAD DE MONTREAL, CANADÁ, PARA LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL USO DE LOS MICROORGANISMOS COMO BIOFERTILIZANTES Y REMEDIADORES DE SUELO.

NUESTRA ESTRATEGIA: FORTALECER NUESTRA FORTALEZA.